Una niña inca momificada fue devuelta a Bolivia por EEUU, después de casi 130 años de haber sido sacada del país andino por un el hijo de un diplomático estadounidense.
La figura está sentada como si estuviera a punto de hablar. A ambos lados de su rostro, dos trenzas negras dan la impresión de que acaban de ser tejidas y sus manos, aún con rastros de piel y uñas, sostienen pequeñas plumas, describió el despacho de la agencia AP.
Aunque nació hace más de cinco siglos, esta momia boliviana conmociona a quien la mira por su buen estado de conservación.
Se cree que la niña, a la que llaman "Ñusta", princesa en quechua, murió a los ocho años por causas desconocidas. De acuerdo con las autoridades de Bolivia, sus restos y el rico ajuar funerario con el que se fue sepultada fueron sacados del país en 1890.
Aunque no está claro qué ocurrió después de eso, la momia finalmente fue donada a la Universidad Estatal de Michigan (UEM), donde permaneció hasta hace dos semanas, cuando regresó a su tierra gracias a una mediación entre el Gobierno estadounidense y la Embajada boliviana en ese país.
Aunque los expertos no han podido precisar el sitio exacto en que nació la niña, se cree que habitó una región del altiplano cercana a La Paz.
De acuerdo con estudios de datación por radiocarbono que se realizaron a objetos suyos en Estados Unidos, pudo haber nacido entre los años 1400 y 1500, es decir, durante los últimos tiempos del auge Inca y antes de la llegada de Cristóbal Colón a América.
Expertos como William A. Lovis, profesor emérito de antropología de la UEM, creen que la niña fue parte de un grupo étnico aymara llamado Pacajes (1100 d.C-1450 d.C), un pueblo indígena de los Andes que estaba bajo jurisdicción inca cuando ocurrió su muerte.
"A pesar de que se le fue dado el nombre de 'Ñusta', o princesa, no sabemos si realmente fue una princesa. Eso podrá responderse con estudios de ADN", dijo Lovis.
El ajuar funerario incluye sandalias de cuero de camélido, una honda, una manilla de hilo, una olla pequeña de barro y bolsitas tejidas con fibra animal que contienen restos de maíz, fruta y coca.
El vestido de la niña, así como otros elementos textiles del ajuar, son de hilo de llama o alpaca, animales domesticados hace más de 4.000 años en los Andes y que aún pasean en manadas por la vasta puna altiplánica de Bolivia, Perú y el norte de Chile y Argentina.