Back to top
Decreto 349

Una llamada global desde el Tate Modern: 'No al 349'

El contenido del Decreto 'puede resumirse en dos premisas clásicas de cualquier Estado totalitario', alertan desde la prestigiosa institución.

Londres

Desde el Tate Modern se hace este miércoles un llamado al mundo para sumar apoyos para los artistas cubanos que, pese a la represión desatada los últimos días por el régimen, defienden un diálogo con las instituciones para discutir el polémico Decreto 349.

En un acto de solidaridad en la institución británica, se critica que la mencionada norma "blinda legalmente una práctica reaccionaria, vetusta y regresiva incluso en el campo de los que se consideran progresistas".

A continuación de forma íntegra el texto que defiende la causa de artistas como Tania Bruguera, Luis Manuel Otero Alcántara, Amaury Pacheco, la historiadora del arte Yanelys Núñez, el pintor Sander, el productor Michel Matos, entre muchos otros que sufren por estos días el ensañamiento de la maquinaria del régimen.

'UNA LLAMADA GLOBAL: NO AL DECRETO 349':

"El gobierno cubano quiere implementar una normativa —comúnmente conocida como Decreto 349— para someter a la estricta tutela del Estado toda actividad artística y creativa en la Isla. El contenido del decreto puede resumirse en dos premisas clásicas de cualquier Estado totalitario: Sometimiento del artista a una autorización previa del ejercicio de su métier y la censura en cualquier instancia del proceso creador.

La ejecución de estas dos premisas se deja a cargo de un intrincado entramado de funcionarios públicos, contribuyendo de esta manera a una amplia discrecionalidad y al reforzamiento del tan mentado 'burocratismo' que puebla el lenguaje de la autocrítica revolucionaria.

El título mismo del decreto ya refleja la particular visión que tiene el Gobierno cubano con respecto al arte, ya que se refiere a la 'prestación de servicios artísticos'. Si la función del arte es prestar un servicio, pues que se lo preste al propio régimen y a nadie más.

El arte como artefacto utilitario no solo contraviene la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Cuba es miembro activo de la Organización de Naciones Unidas), sino también los principios básicos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

No es que el decreto incluya algo novedoso a la práctica corriente del Gobierno cubano en la gestión de la ingeniería social de su población, pero blinda legalmente una práctica reaccionaria, vetusta y regresiva incluso en el campo de los que se consideran progresistas. 

Nadie niega el logro extraordinario de Cuba en términos de satisfacer las necesidades básicas de todos sus ciudadanos, especialmente la provisión de salud y educación, pese a todas las adversidades impuestas, por más de 50 años, por el bloqueo político y económico de la nación más poderosa del mundo. En ese contexto, todos los creadores cubanos no solo eran libres de practicar el arte, sino que eran promovidos por el Estado y eran el símbolo de una solidaridad global.

En el fondo, la libertad inherente al acto creativo es algo que un Gobierno cuyo objetivo revolucionario es permanecer en el poder no puede tolerar. Seguro lo van a aprobar, pero pronto se darán cuenta que el desierto creativo que será la secuela inmediata de la implementación del decreto los aburrirá incluso a ellos mismos. La nomenclatura viviendo en su confort material, buscarán ver películas de Hollywood, en lugar de escuchar su propia propaganda.

La libertad de creación, una expresión básica humana, se está convirtiendo en una situación 'problemática' para muchos gobiernos en el mundo. La reacción de dichos gobiernos es la degradación de los derechos fundamentales que se evidencia no solo en la injusta detención de creadores de reconocimiento internacional, sino que, principalmente, arremete contra todos los derechos fundamentales de todo creador.

Su estrategia, basada en la construcción de una estructura legal, limita derechos humanos fundamentales básicos que son inalienables, como son la libertad de expresión. Este problema acontece hoy a una escala global y debe preocuparnos a todos".

#NoAlDecreto349

Artistas independientes, la mayoría censurados por el Gobierno, son los que mayor peso han tenido en el despliegue de la intensa campaña contra el decreto.

Sin embargo, la oposición al 349 alcanza también a figuras reconocidas como el Premio Nacional de Artes Plásticas José Ángel Toirac, Carlos Garaicoa, Rocío García, Pedro Pablo Oliva, Flavio Garciandia, curadores como Magali Espinosa o Frency Fernández, cineastas como Carlos Lechuga o Miguel Coyula han hecho patente su oposición a la regulación en misivas enviadas al Ministerio de Cultura y al propio Miguel Díaz-Canel.

Actualmente estas cartas han sido firmadas ya por más de 200 personalidades.

Más información

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.