Danza Contemporánea de Cuba (DCC) cumplirá al fin el "sueño de hace muchos años" de estrenar una versión a su medida de La Consagración de la Primavera, creada por los franceses Christophe Béranger y Jonathan Pranlas-Descours.
La pieza, que promete ser "el suceso cultural del año", según aseguró a EFE el manager de la agrupación danzaria, Jorge Brooks, tendrá su estreno mundial el próximo 11 de mayo en el Gran Teatro Alicia Alonso de La Habana con una orquesta en vivo que interpretará la partitura homónima de Igor Stravinski.
"Trabajamos con la idea de hacer una coreografía aquí con un significado especial, por eso pensamos un proyecto que no podíamos hacer en Francia", explicó Pranlas-Descours, que destacó la relación de Cuba con la obra y mencionó la novela del mismo nombre, escrita por el escritor Alejo Carpentier (1904-1980).
El tándem de creadores buscó "una manera de reunir las culturas francesa y cubana" y se empeñó en aprovechar la herencia afrocubana de la Isla para diseñar una coreografía exigente tanto en el físico como en la expresividad de los bailarines.
Sobre La Consagración de la Primavera, la obra de danza por excelencia del siglo XX y versionada por grandes como Maurice Béjart y Pina Bausch, los coreógrafos señalaron que decidieron asumir este reto porque están en un momento en sus carreras en el que se "sienten listos para hacer un trabajo como este".
Además de los pasos y movimientos afrocubanos, otra peculiaridad de la coreografía de los artistas franceses radica en que en lugar de solo un "Elegido" o "Elegida" como víctima sacrificada —el personaje protagonista que baila hasta morir—, en este nuevo ballet todos "tienen la posibilidad de ser 'Elegidos'".
"Esta es una versión que respeta la diversidad de cada bailarín, porque aquí todos son muy especiales", subrayó el fundador —junto a su colega Béranger— de Sine Qua Non Art, una compañía enfocada en extender la experiencia de la danza como expresión artística a la mayor cantidad posible de públicos.
La adaptación de Béranger y Pranlas-Descours parte de la "versatilidad" de los miembros de Danza Contemporánea, algo "interesante" y "renovador" para la primera bailarina del colectivo cubano, Thais Suárez, quien considera como elemento "difícil" de la obra "trabajar con una tela que funciona como extensión del cuerpo".
Suárez destacó las ventajas de la colaboración de la compañía cubana con creadores extranjeros que "traen otras técnicas, otros estilos", y aseguró que como artistas "aprovechan mucho esos encuentros porque aunque existen muy buenos coreógrafos en Cuba, el bailarín siempre está sediento de información".
"La Consagración de la Primavera es un sueño nuestro de hace muchos años", insistió por su parte Jorge Brooks.
El manager de Danza Contemporánea recordó que para el centenario de Alejo Carpentier quisieron montar sin éxito una Consagración propia por lo que la propuesta de Béranger y Pranlas-Descours fue muy bien recibida por la compañía caribeña, fundada en 1959.
"Que alguien venga a proponerte trabajar con un sueño que acaricias desde hace tiempo fue lo que nos llevó a decir que sí de inmediato", dijo Brooks. El montaje cuenta con el visto bueno y apoyo del Ministerio de Cultura cubano y varias instituciones galas, entre ellas la Alianza Francesa y la embajada de ese país europeo en La Habana.
El escritor y ensayista adelantó que este estreno dará inicio a las celebraciones por el aniversario 60 de la fundación del DCC y el movimiento de la danza moderna en Cuba, y formará parte de los festejos por los 180 años del Gran Teatro de La Habana.
"Curiosamente, este mayo se cumplen 105 años de que la obra original fuera abucheada y silbada en París (...) Puedo asegurar que va a ser una obra bien acogida por el público de La Habana", agregó.