Nueva Zelanda ha incorporado la prostitución a la lista de "habilidades laborales" a las que pueden apelar los solicitantes de permiso de residencia, informan varios medios de prensa citando a la Asociación de Migración e Inversión (NZAMI) del país, donde el trabajo sexual es legal desde 2003.
De todos modos, las condiciones exigidas por el Gobierno neozelandés hacen que conseguir el permiso de residencia mediante un empleo como prostituta sea bastante difícil, indica el diario argentino El Día.
Entre esos requisitos figuran ganar como mínimo más de 17 dólares la hora o unos 35.000 dólares por año. Además, acreditar una experiencia de tres años o estar en la lista de ocupaciones que escasean en Nueva Zelanda, algo que no ocurre con la prostitución, según aclaró la propia oficina de migraciones.
El Gobierno neozelandés dijo que los trabajadores sexuales podrán acceder a un permiso de residencia, pero no a una visa temporal de empleo.
"Aunque la prostitución es una ocupación legal, no es una ocupación que un inmigrante puede realizar con una visa temporal", dijo el abogado Peter Moses a la cadena RT.
Lo que la oficina de inmigraciones aprobó es el ingreso como residentes de "trabajadoras sexuales o escort", a quienes define como alguien que "provee a los clientes servicios sexuales o compañías social". Y especifica que también pueden obtener el mismo permiso quien se defina como "prostituta", "dominatrix" o "trabajadora sexual telefónica".
En 2003, Nueva Zelanda votó una ley que dejó de considerar la prostitución como delito. El objetivo de la norma era garantizar los derechos de las prostitutas y defenderlas de la explotación y redes de trata.