Juan Goytisolo, uno de los más celebrados escritores españoles de la posguerra, cuya obra le valió el Premio Cervantes 2014, falleció este domingo a los 86 años de edad en su residencia en Marrakech, Marruecos, reporta la AFP.
El novelista, ensayista y poeta, siempre crítico e inconformista, murió "en su domicilio de Marrakech rodeado de sus allegados", señaló una nota de prensa de la agencia literaria Carmen Balcells, en Barcelona.
Citando fuentes del Consulado español en Casablanca, la agencia EFE indicó que Goytisolo falleció "por causas naturales".
La familia del llamado escritor "de las dos orillas", por su defensa del mundo árabe y de los puentes con Latinoamérica, había informado de percances de salud en meses recientes, entre ellos una fractura de cadera que lo dejó en silla de ruedas.
Su hermano, el también novelista Luis Goytisolo, dijo a la agencia española Europa Press que los funerales de Juan tendrán lugar probablemente en Marrakech, donde residía desde los años 90. "Lo sentimos muchísimo, aunque sabíamos que estaba mal desde hacía tiempo", indicó.
Conocido por su continua experimentación narrativa y por un estilo singular e imprevisible, fruto de su independencia intelectual, Goytisolo es autor de una variada obra narrativa y ensayística, que le valió el Cervantes.
Su muerte fue lamentada por autoridades en España, donde se le considera uno de los autores más destacados de la época posterior a la Guerra Civil (1936-1939) y durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), que prohibió su obra en el país.
"Hoy nuestras letras están de luto, pero nunca abandonadas, porque la obra de Juan Goytisolo acompañará siempre a nuestro idioma", dijo la Casa Real española.
"Es uno de los autores premiados con el Cervantes que quizá más cerca se sintió del autor del Quijote", expresó en un comunicado el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, al valorar su obra, una "mezcla de géneros, de personajes de diferentes mundos o la ironía, atravesada por la tradición heterodoxa española".
Nacido en Barcelona en 1931, en una familia burguesa, tenía además de Luis otro hermano, el poeta José Agustín Goytisolo, también fallecido.
Su infancia estuvo marcada por la muerte de su madre en un bombardeo franquista sobre la ciudad durante la Guerra Civil y por el posicionamiento de su padre a favor del franquismo.
Juan Goytisolo, siempre crítico con las injusticias, dio la espalda al mundo en que creció para convertirse en opositor a la dictadura, especialmente desde que se instaló en París a finales de los años 50. Desde ese momento, no volvió a residir en España.
Debutó en 1954 con la novela de realismo crítico Juegos de manos, que retrató momentos trascendentales de la historia reciente de España, Europa y el mundo islámico.
En la capital francesa fundó la revista Libre y como asesor de la editorial Gallimard contribuyó a la publicación de varios escritores españoles opuestos al régimen franquista. Vivió en Estados Unidos en 1969 y 1975, impartiendo clases de literatura en universidades de California, Boston y Nueva York.
Prohibido durante la España franquista, publicó en París, México y Buenos Aires obras destacadas como Para vivir aquí (1960), Señas de identidad (1966) o Juan sin tierra (1975). Aparte de la novela y el relato, cultivó géneros como el reportaje, la literatura de viajes y las memorias.
Pese a su frágil salud, acudió en abril de 2015 a la gala de entrega del Premio Cervantes, donde denunció las desigualdades en España.
"Nos resulta difícil resignarnos a la existencia de un mundo aquejado de paro, corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales y exilio profesional de los jóvenes como el que actualmente vivimos", dijo.
Además del más prestigioso premio de las letras hispanas, Goytisolo recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas 2008, el Octavio Paz de Literatura 2002 y el Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana 2004.
Goytisolo y Cuba
Juan Goytisolo visitó Cuba por primera vez en 1961. A petición de Carlos Franqui, escribió una serie de reportajes que aparecieron en el diario Revolución, y dos años más tarde serían recogidos el libro Pueblo en marcha. Tierras de Manzanillo. Instantáneas de un viaje a Cuba.
"Los sucesos de la Revolución cubana me sacudieron de mi apatía", escribiría después. "Había una maldición que parecía pesar contra los pueblos de nuestra lengua, siempre dormidos, siempre inmóviles y como aplastados bajo el peso de las oligarquías y las castas. La odisea de Fidel y sus hombres era la negación de esa fatalidad".
En una visita posterior, justificada por su trabajo como guionista a sueldo del ICAIC, pudo detectar "la paulatina degradación del proceso revolucionario", como escribiera en su libro de memorias En los reinos de taifa (Seix Barral, Barcelona, 1986)
En 1967, Virgilio Piñera le dio noticias de los campos de trabajo forzado (UMAP) para homosexuales y otras "lacras". Más tarde, Goytisolo sería uno de los intelectuales que daría testimonio de la represión castrista contra los homosexuales en el documental Conducta impropia (1984), de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal.
Junto a Jean-Paul Sartre, Susan Sontag, Mario Vargas Llosa, Juan Rulfo, Octavio Paz, Simone de Beauvoir, Marguerite Duras y otros escritores y artistas (muchos los cuales habían visitado, llenos de simpatía, la Cuba revolucionaria) firmó en 1971 una carta pública dirigida a Fidel Castro, para expresarle "vergüenza" y "cólera" por la represión del poeta Heberto Padilla, que compararon con "los momentos más sórdidos de la época del estalinismo, sus juicios prefabricados y sus cacerías de brujas".
En 2015, Goytisolo recordó en un artículo una conversación en la que dijo al general William Gálvez "que una cosa era Cuba y otra el sistema que se perpetuaba en el poder; que la Cuba que viví permanecía siempre en mi memoria y la echaba de menos pero mis desacuerdos con el régimen eran profundos".
Durante la conversación, "pensaba en Virgilio Piñera, Walterio Carbonell, Calvert Casey, Reinaldo Arenas, Cabrera Infante, toda una generación inicialmente simpatizante con la Revolución y que soportaría luego el peso de un sistema que truncó sus destinos y asfixió sus vidas. La realidad cruel de los campos de trabajo de la UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción) a los que fueron a parar decenas de miles de homosexuales, el terror vivido por los intelectuales durante el grotesco e infame proceso a Padilla ¿podían borrarse de un plumazo y con ellos la amargura y frustración de quienes, atraídos por el señuelo de una sociedad más justa, verificábamos que habíamos auspiciado un totalitarismo calcado del de la hoy difunta Unión Soviética?", añadió.
Aunque la novela final de Goytisolo, El exiliado de aquí y de allá, apareció en 2008, habrá un último libro: dejó un manuscrito en su agencia literaria para publicar 10 años después de su muerte.