"Un fotógrafo depende mucho de un contexto, y esa es una de las razones por las que he regresado a Cuba", nos confiesa Leandro Feal (La Habana, 1986), quien estuvo de visita en nuestra redacción en Madrid para hablarnos de sus proyectos recientes.
El fotógrafo cubano expone actualmente en el centro Azkuna Zentroa de Bilbao junto al artista navarro Taxio Ardanaz en la muestra Nadie lo sabe todo, que puede verse hasta el 14 de mayo. Este proyecto surge de la residencia Artista x Artista, una iniciativa del Estudio Carlos Garaicoa, y también es fruto del programa "Anfitrión" del centro vasco. Ambos artistas convivieron en Cuba y España para dar forma a esta muestra que "propone una visión de La Habana desde dos puntos de vista muy diferentes", según explica la nota de presentación.
"Feal explora la fascinación mediática por la Cuba actual a través de fotografías". En tanto, Ardanaz "se centra en el relato que la Revolución ha construido en torno a su historia".
Como sugiere el crítico Iván de la Nuez en las palabras dedicadas a la muestra, Ardanaz se remonta "a las causas de la revolución cubana" mientras que Feal explora "sus consecuencias". Aunque ambos artistas intentan "escudriñar la contemporaneidad de aquel acontecimiento hoy casi remoto".
En esta muestra Feal exhibe dos series: ¿Y allá qué hora es?, compuesta por fotografías realizadas en varias ciudades del mundo, y Parten los Cadillac: de la reforma a la contrarreforma, la cual "tiene que ver con todo lo yo he podido documentar en tiempo real de todos los grandes eventos que han pasado en Cuba en 2016", explica el fotógrafo. "El concierto de los Rolling Stone, el desfile de Chanel, la filmación de Rápido y Furioso, y algunos famosos" que se dejan ver por la Isla, indica.
"Trato de asumir la postura del paparazzi, coquetear con ese género", dice Feal, "pero no son fotos que venda a una revista", advierte, "uso ese subgénero de la fotografía documental para discursar, ya que esto no sale en ninguna prensa local".
"Mi misión como fotógrafo documental es dejar constancia gráfica de todos esos acontecimientos", señala el artista, que considera que su obra sirve como constancia visual de una "época desprovista de toda épica".
"La fotografía más importante que se ha hecho en Cuba es la fotografía épica, la fotografía de la Revolución, (…) la que más ha trascendido y ha puesto a Cuba en el mapa", opina Feal.
"La única manera de lidiar con eso, estar a la altura de esos fotógrafos, es viviendo una época tan importante como la que vivieron ellos", señala Feal, quien considera que como mismo ocurría una fascinación por los inicios del régimen de Fidel Castro, con la visita de numerosos artistas e intelectuales, ahora sucede parecido: "La gente quiere ir a Cuba a ver el final o la transformación", y esto es lo que pretende hacer con su obra, "retratar ese momento, el fin", señala.
"Trato de hacer una fotografía bien realista, pero desprovista de todos los clichés con los cuales se retrata a Cuba", ya que la imagen de la Isla está "muy prostituida visualmente".
El desnudo y los retratos
“Los desnudos tienen que ver con la libertad, con buscar espacios de libertad en interiores", confiesa el fotógrafo que retrata a su propia generación y a su círculo de amigos, en busca de "una relación directa".
"Por eso la mayoría de los retratos que hago son de mis amigos, porque me es más fácil", señala, "y cuando son otras personas que no conozco, trato de conocerlas, romper un poco ciertas primeras barreras que hay".
Algunos de estos retratos pueden verse en series como Retratos (La Habana, 2006-2008), Tratando de vivir con swing (La Habana, 2006-2008), Almost blue (La Habana, 2011), Extraños en la noche (Madrid, 2009-2011) o Donde nadie es exclusivo (Barcelona, 2011-2013).
Volver al contexto de la Isla
Tras vivir algunos años en España, Feal regresa a la Isla e intenta entender el contexto cubano actual. "Ahora hay una pluralidad en cuanto a propuestas estéticas", señala el fotógrafo, que también advierte que se han ampliado los espacios expositivos, con un espectro que abarca desde lo más institucional hasta los espacios alternativos y/o autogestionados por los propios artistas.
"Empieza a haber un incipiente coleccionismo en Cuba", algo que Feal valora como positivo ya "casi siempre todo el arte cubano se va fuera de Cuba" ante la precaria labor de coleccionismo por parte de las instituciones culturales de la Isla.
"Desde algunos dueños de paladares hasta algunas personas que les gusta el arte", que buscan facilidades de pago o trueque, dice.
"Ahora el mercado es un ingrediente que ha entrado" con fuerza, señala el artista ante la afluencia de compradores internacionales. "Cuando los espacios alternativos también lidian con eso, tienen un alto riesgo, pero a la vez tienen algo de poder también, el poder para producir una exposición, para comprar un espacio donde exponer, y eso es interesante", conseguir cierta "autogestión", concluye.
Leandro Feal Bonachea es graduado de la Academia de Bellas Artes San Alejandro y cursó la Cátedra de Arte de Conducta dirigida por Tania Bruguera, así como estudió el primer año del Instituto Superior de Arte ISA en La Habana. Ha expuesto individualmente en Bilbao: Lugar común, lugar extraño (2015), en Bilbao Arte; y en La Habana: Vivir la fotografía sin vivir de ella (2015), en la galería Luz y Oficios del Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, y Donde nadie es exclusivo (2013) en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales. Entre otras exposiciones colectivas destaca su participación en Iconocracia, expuesta en el centro Artium, Vitoria-Gasteiz, (2015), y en CAAM, Las Palmas (2016).