En La Habana decadente de los noventa, Reinaldo, un joven recién salido del correccional, se cruza con lo más bajo de la sociedad: mendigos, prostitutas, travestis, vendedores callejeros, los habitantes de un edificio abandonado y en ruinas; gente sin un centavo que vivió lo más duro del llamado "Periodo Especial".
Esa es la trama de la película El rey de La Habana, del director español Agustí Villaronga (Pa negre, 2011), basada en la novela homónima del escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez y estrenada esta semana en el Festival de Cine de San Sebastián.
El guión del filme mantiene la esencia del libro, opinó en declaraciones a DIARIO DE CUBA el actor y coach Jazz Vilá. "Es una historia que sorprende porque es de la indigencia cubana, de la que por supuesto no se habla, no está registrada; pero se vivió y no podemos borrarla aunque queramos", señaló.
"La literatura de Pedro Juan es muy incisiva, profunda; es una literatura de la cotidianidad, son libros de la historia contemporánea de la Cuba de hace 20 años", opinó Vilá.
"Creo que nunca había dicho tantas malas palabras en toda mi vida; también hay escenas muy fuertes, algunas con mucha carga sexual", afirmó por su parte Yordanka Ariosa, la protagonista femenina del filme.
"Visualmente, creo que se centraron en lo lúgubre y oscuro que tuvo ese periodo, los apagones, la decadencia. Son personajes rayando en la marginalidad y la idea fue acercarse a la realidad lo más posible, maquillados con mucho churre, la ropa bien raída; una imagen muy decadente", explicó la actriz.
La crudeza con que la película refleja los efectos del Período Especial en los personajes sería la principal razón por la cual las autoridades culturales cubanas no permitieron que fuera rodada en la Isla.
Villaronga y sus actores tuvieron que irse a República Dominicana para que el proyecto saliera adelante. Por el momento, El rey de La Habana no se ha exhibido en salas cubanas.
El elenco
La selección del elenco estuvo divida en dos partes, explicó Jazz Vilá, quien colaboró en el casting en Cuba.
"Primero Agustí estuvo en La Habana para conocer algunos actores. Ya había visto a Héctor Medina en el teatro y lo eligió para la película. Desde el primer momento le sugerí para el protagónico femenino a Yordanka Ariosa. Buscar al niño para el rol principal fue más difícil, conllevó una primera lectura y después un casting más general. Finalmente la directora de casting, Livia Batista, lo encontró", relató Vilá. "Creo que nos sacamos la lotería con Maykol Tortolo pues, a pesar de no ser actor, hizo un papel entrañable".
El propio Jazz Vilá interpreta a Raulito. "El personaje tiene pocas secuencias, pero me encantó porque abre una nueva racha de personajes masculinos, serios", dijo.
"Raulito es un traficante, una suerte de proxeneta. Estando ya en la película como coach, hice otros pequeños papeles, incluido un travesti (…) En ese sentido fue muy divertido transformarme en varios roles, porque es algo que un actor hace en el teatro, pero no en el cine", agregó.
Yordanka Ariosa, reconocida en Cuba por su trabajo en el teatro, asumió por vez primera un protagónico en el cine.
"Si miramos la historia de Magda, está bastante alejada de mí, de lo que soy como persona, pero viendo más profundamente creo que tiene muchos puntos de contacto por su manera de ser, por su simpatía, a pesar de la miseria en la que vive y de las cosas que le pasan", dijo sobre su personaje, pareja del protagonista de la película.
"Es un personaje complejo, que puede llegar a ser negativo para el público", advirtió.
El ICAIC dio la espalda al proyecto
Cuando ya se había realizado el casting en Cuba y seleccionado posibles locaciones, la negativa del ICAIC a permitir el rodaje en La Habana obligó al equipo a buscar otras opciones.
Esto "retrasó la película, que de hecho estuvo a punto de no hacerse", dijo Vilá. "La decisión conllevó un nuevo casting en República Dominicana y otro en España", indicó.
El filme se rodó en San Pedro de Macorís y en Santo Domingo. El equipo y el director de arte, Alain Ortiz, intentaron recrear la atmósfera de la capital cubana.
"Se buscaron locaciones que se parecieran bastante a La Habana, cosa un poco difícil pues, por mucho que se quiera, La Habana es La Habana y se conoce en todas partes del mundo; pero se trató de hacerlo lo mejor posible. Pienso que la cosa va más de los interiores que de los exteriores, más a la especificidad de lo que pasa a estas personas, dónde y cómo viven", explicó Ariosa.
A juicio de Vilá, "alguien que no sea cubano verá algo tan colorido como La Habana. Un cubano, un habanero, sabrá que no lo es".
"La Habana tiene sus colores, sus olores, que no se sienten en el cine, pero si están en el entorno de los actores. La Habana es única, en su desconstrucción, en su ambiente, en su construcción, estado y atmósfera; es imposible reproducir esta ciudad en ningún lugar", consideró el actor.
No es la primera vez que las autoridades culturales cubanas rechazan coproducciones con directores extranjeros, perdiendo la posibilidad de abrir nuevas facetas en el cine nacional.
Para Vilá, esta "va a ser otra de las grandes películas de Agustí Villaronga. Desgraciadamente, dejamos perder en Cuba la oportunidad de que un director con esta maestría trabajara en el país".
"Los cubanos sienten mucho cuando ven una película de este tipo, porque suele ser como un espejo macabro donde se alegran al verse, pero se entristecen al reconocerse", dijo Vilá. "Es una película que toca un momento de la historia que al cubano de dentro y de afuera le duele ver".
El rey de La Habana está basada "en una novela de un escritor muy realista; no hay adorno posible en las situaciones y Agustí hizo una adaptación espectacular", señaló Ariosa. "Pienso que ya es hora de acercar al público cubano a esas cosas que también sucedieron. No digo que basta ya de cine que te divierta y no te deje pensar; pero el cine también tiene que mostrar lo que Cuba vivió y que de alguna manera bloqueó a muchas personas".