El Gobierno cubano, enfrascado la recuperación del sector turístico, intenta captar vacacionistas con niños que presenten trastornos del espectro autista. El objetivo es impulsar el llamado "turismo de salud", que promueve mientras los hospitales carecen de recursos para atender a la población.
La sucursal de la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos (SMC) prepara un programa para la atención de esos menores, "encaminado a impulsar el turismo de salud en Ciego de Ávila", informó este lunes el medio estatal Trabajadores.
Según la directora de la entidad en Ciego de Ávila, la doctora Agnerys Cruz, el proyecto se centra en el destino turístico Jardines del Rey e incluye "terapias con animales en los delfinarios de los cayos Coco y Guillermo y atención médica especializada para mejorar el bienestar y calidad de vida de los infantes".
La directiva explicó que la iniciativa es una colaboración entre SMC y la cadena hotelera canadiense Blue Diamond Resorts, y utilizará los delfines para atender "a niños autistas y adultos con problemas de socialización". Describió la experiencia como "única en regiones turísticas de Cuba".
La interacción con los mamíferos acuáticos, añadió estará a cargo de un personal médico especializado y entrenadores altamente calificados, y será "una linda experiencia tanto para los turistas, como para los terapeutas".
Cruz explicó que en estos momentos se organizan ofertas de viaje por estancia de entre siete y 21 días, que incluirán, además, servicios de rehabilitación, consejería psicológica y diversas terapias de la medicina occidental y oriental.
Según los estudios, la interacción con delfines favorece la autoestima de las personas con autismo, pues los ayuda a aumentar su confianza y auto-percepción, subrayó Trabajadores.
El medio estatal añadió que la alianza entre la compañía Blue Diamond Resorts y SMC "proporciona nuevas miradas al turismo saludable, por abarcar diversas modalidades cuya motivación principal es contribuir a la salud física, mental y espiritual de las personas, mediante actividades médicas y de bienestar, una tendencia de la actual industria del ocio en el mundo".
Mientras el Gobierno cubano promueve el turismo de salud para captar vacacionistas, muchos ciudadanos de a pie con enfermedades como el cáncer tienen que pedir auxilio en las redes sociales para conseguir medicamentos imposibles de encontrar en la Isla, o para obtener una visa humanitaria que les permita tratarse fuera.
Las propias autoridades han tenido que reconocer la falta de recursos y de personal en los hospitales, destinados a la atención de la población.
En noviembre de 2023, funcionarios del Ministerio de Salud Pública de Cuba reconocieron que faltaban médicos, medicamentos, recursos, se realizaban menos intervenciones quirúrgicas y que la suerte de los enfermos de cáncer dependía de la medicina natural.
Los ciudadanos de a pie con familiares que tienen trastornos del espectro autista también chocan la falta de atención especializada, a juzgar por quejas como las de la familia de la joven Jennifer Larrea.
En 2020, su madre y su hermana denunciaron a la prensa independiente que las autoridades cubanas se desentendían de ella y nunca había contado con una maestra que fuera a ayudarla.
El Gobierno promueve el proyecto turístico encaminado a niños autistas en medio de crecientes quejas y críticas por la mala calidad de los servicios que ofrece en sus hoteles.
El canadiense Joe Eastcott, residente de en Surrey, calificó recientemente su estancia en el el complejo hotelero Barceló Solymar-Occidental Arenas Blancas, en Varadero, como "la peor experiencia" de su vida.
En una publicación en el grupo de Facebook "Barceló Solymar-Occidental Arenas Blancas", relató su experiencia y compartió fotos para apoyar su descripción sobre la calidad de las instalaciones y la comida.
Aunque la publicación ya no se encuentra disponible en la red social, medios de prensa independientes realizaron capturas de pantalla.
"La comida era apenas comestible, la mayoría de las veces no lo era", escribió Eastcott, y añadió que, debido, a ello, se vio obligado a comer fuera del hotel la mayor parte de tiempo.
Entre otras quejas, señaló que los refrigerios consistían "en panecillos secos de un día, un perrito caliente crudo o una sola rebanada de carne" y añadió que no había "ni mostaza”, añadió.
"Me sirvieron pollo crudo y arroz con piedras dentro", criticó. Dijo que nunca recibió el minibar que debía estar en su habitación y que le daban una sola botella de agua al día.
Eastcott también describió el estado del hotel como "deplorable" y añadió que había "cosas rotas por todas partes".
Canadá se mantiene como el principal emisor de turistas a Cuba, según cifras oficiales recientes de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información. Entre enero y mayo viajaron a la Isla 541.871, una cantidad ligeramente inferior a las 544.767 personas provenientes de la nación norteña que visitaron Cuba en el mismo periodo de 2023.
Son varios los turistas canadienses que han retornado a su país decepcionados con las instalaciones y los servicios de los hoteles cubanos. Lo mismo ocurre con los visitantes procedentes de Rusia, que ocupa el cuarto puesto entre los principales emisores.
Este viernes, el medio ruso Gorodoboy publicó el testimonio de una veraneante no identificada que pagó 500.000 rublos (casi 6.000 dólares) por dos semanas en un hotel de Cuba y se quejó de la falta de limpieza en la habitación y de la actitud grosera del personal, además de la presencia de cucarachas incluso en los manteles de los restaurantes y la falta de higiene del hotel, en general.
Dejen que la mafia rusa que tiene que ver con el turismo empiece a meter a pedacitos en maletas a familias de los verdeolivos que firmaron los contratos con ellos garantizando un " buen servicio"....
Tengo una duda: ¿estos autistas serán repatriados a Canadá o a Moscú?
El colmo es que siguen viniendo luego de leer sobre múltiples casos como este, que cada vez son más comunes. Bueno, que sigan viniendo a comer arroz con piedras como este pobre tonto.