El Observatorio de Derechos Culturales (ODC) cuestionó la realización de dos conciertos en Cuba de la cantante estadounidense Norah Jones, el 17 y 18 de febrero próximos, eventos que calificó de "bulos en medio de una de las crisis sistémicas más profundas que han sufrido los cubanos".
El ODC, que se define como "una organización sin fines de lucro destinada a monitorear, historiar, analizar y denunciar casos de censura contra artistas e intelectuales cubanos", señaló el fuerte interés turístico que tiene la iniciativa.
"Las ofertas, con marcado énfasis en Cuba como destino turístico, incluyen cuatro noches en el Hotel Grand Aston, visitas a centros oficiales y dependencias de los Ministerios de Turismo y Educación Superior, así como el acceso a otros lugares: la Casa de la Música, Fábrica de Arte, y a los restaurantes La Guarida, El Cocinero, Atelier, entre otros", precisó el ODC en un comunicado.
La organización recordó que Dreamcatcher Events, la empresa organizadora del evento, ha planificado un paquete turístico en acuerdo con las autoridades cubanas. "Con similar formato, Dreamcatcher Events ha ofrecido presentaciones en La Habana de los músicos estadounidenses Tommy Emmanuel, Ben Folds, el grupo Blondie, entre otros", detalló el comunicado.
"Es de señalar —continuó el ODC— que, mediante la pretensión de 'viajes de intercambio cultural y educativo' estos programas se crean sorteando deliberadamente las actuales restricciones de viajes individuales y turísticos a la Isla, entre otras regulaciones impuestas por el Gobierno estadounidense al cubano. Además, todas las instituciones anfitrionas que figuran en la promoción son de carácter oficial o locaciones privadas privilegiadas con 'cartas blancas' del estamento político en el país anfitrión."
El ODC subrayó que los sitios de hospedaje ofertados a los asistentes de los conciertos pertenecen a la cadena hotelera Gaviota Tour. Esta es la cadena hotelera adscrita a GAESA, el conglomerado empresarial propiedad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), sancionado por leyes de EEUU.
Atendiendo a los anteriores señalamientos, el ODC instó al Departamento de Estado de EEUU a que "revise su concepto de relaciones 'people to people' y se documente acerca de la realidad que viven los creadores cubanos, muchos exiliados debido al acoso de la policía política en franca vulneración de sus derechos culturales".
"El ODC denuncia esta estrategia de evasión de regulaciones internacionales en beneficio del régimen cubano —continuó el comunicado—, que bajo un supuesto carácter educativo cosmetiza contrataciones comerciales sumamente lucrativas y destinadas a hacer una limpieza de imagen. El ODC lamenta que artistas de notoria trayectoria promocionen estos bulos en medio de una de las crisis sistémicas más profundas que han sufrido los cubanos, actualmente sin garantías de acceso a la electricidad, el agua y los alimentos, así como en permanente inseguridad y total carencia de libertades ciudadanas."
La organización reclamó "conciencia cívica a los artistas implicados, que evaden tácitamente la cruda represión ejercida por las autoridades cubanas con que pactan, así como el hecho de que más de una decena de colegas del gremio permanecen encarcelados en Cuba".
Como ya hicieron varios activistas citados por DIARIO DE CUBA, el ODC recordó los casos de artistas cubanos como Maykel Castillo "Osorbo", rapero condenado por sus posturas políticas, o Yotuel Romero, cantante cubano que tiene prohibida la entrada a la Isla. "El mismo evento asegura promover la tradición musical cubana, mientras músicos representativos de esta, como Celia Cruz o Willy Chirino, han sido vetados por décadas en los medios de comunicación oficiales y otros tantos artistas eliminados de la memoria cultural cubana", concluyó el ODC.
Escribiendo desde un teclado americano, a esto se le puede denominar como el "Blanqueamiento del ano" del régimen.