"Me gustaría acabar mi vida aquí, que este sea el final", dice José Laurencio Sánchez, uno de los al menos cinco cubanos que se han asentado en los pueblos españoles Paredes de Nava y Becerril de los Campos, provincia de Palencia, comunidad autónoma de Castilla y Léon, a través del programa de repoblación Arraigo. "No quiero dejar de ir a mi país porque allí tengo a mi familia; tengo dos hijas, mis hermanos (...) Pero de regreso, no. Este mundo nuevo que yo he podido conocer no lo había visto nunca. Aquí tú ves las cosas, no es que te lo cuentan. Entonces, para qué voy a decirte que yo tengo deseos de irme para mi país", añade este hombre de 65 años, natural de Santiago de Cuba.
DIARIO DE CUBA visitó las pequeñas localidades rurales de España que han acogido a los cubanos para conocer los detalles de su viaje y asentamiento.
En Paredes de Nava se han instalado Sandy Aragonillo Vega (28 años, La Habana) y el reconocido actor cubano Juan Carlos Roque Moreno (58 años, La Habana), quien no quiso ofrecer declaraciones. En Becerril de los Campos están, además de José Laurencio Sánchez, su esposa, Julia Elena Leyva Sánchez (55 años, Guantánamo), y la hermana de esta, Miguelina Leyva Sánchez (52 años, Guantánamo).
"Decidimos venir para España porque todos en mi familia se están arreglando sus documentos para venir para acá, buscando mejoría. No es que estemos abandonando el país, no nos gusta el sistema, simplemente. El sistema que se está viviendo allí (Cuba) no nos gusta. Estamos demasiado estrechos (...), se está viviendo demasiada agonía. Se está viviendo muy pero muy apretado", dice Julia Elena.
José Laurencio trabajó toda su vida en la construcción y la pensión de jubilado que tenía en Cuba no le alcanzaba para vivir. "Es imposible engañarse, 2.100 pesos no es un salario, eso lo sabe cualquiera —explica—. Si tú no tienes una forma de subsistir, estás muy mal. Eso de que llegas a la casa y la mujer te dice: 'ay, mijo, ¿qué comemos hoy?' ¡Eso duele! Todo cubano que emigra lo hace por necesidad, porque tiene una necesidad que no tiene cómo darle solución, y eso lo obliga a emigrar".
Sandy Aragonillo Vega quiere traer pronto a España a su esposa, que no pudo viajar con él. "Yo tengo a mi mamá allá, que tiene cáncer, con una pila de enfermedades producto de ese mismo cáncer. Es lupus, eso te va degenerando el sistema completo del cuerpo. Allá yo la ayudaba bastante y aquí la voy a ayudar un poco más", comenta el joven, que trabajaba como mecánico de motos y autos eléctricos en la Isla.
"Bueno, si hubiera un taller para trabajar...", continúa Aragonillo Vega. "Pero no me aferro a una sola cosa, puede ser otro tipo de trabajo que yo sepa hacer. Yo sé hacer de todo. Las metas mías son trabajar en lo que venga, yo no tengo eso de 'yo quiero ser'. Pasado mañana ya estaré trabajando en una panadería. Ha sido todo rápido."
Según Ana Isabel Gutiérrez Antolín, directora de la Oficina de Repoblación de Paredes de Nava, "el proyecto Arraigo en realidad son servicios poblacionales creados desde una empresa privada que contratan ayuntamientos y entidades públicas para que lleguen personas del mundo urbano al medio rural".
El proceso de selección de los migrantes puede tardar semanas. "Nosotros contamos con una base de datos donde la mayoría de la gente se registra, rellena una ficha con su currículo y con las necesidades puntuales que pueda tener. A partir de ahí, estudiamos esas inscripciones, nos ponemos en contacto con los perfiles y, después de conversaciones y reuniones, les invitamos a venir a conocer", detalla Gutiérrez Antolín.
Yolanda Diez Sánchez, concejal de Repoblación de Paredes de Nava, explica cómo son los primeros días de los migrantes en España: "Una vez que llegan aquí, lo primero y fundamental es el empadronamiento en la oficina del Ayuntamiento, y a continuación ir a apuntarse en la Oficina de Empleo. Les acompañamos en todo este proceso. También hacen la solicitud de alguna ayuda que hay para gente hispanoamericana que llega aquí, y luego, ya en el pueblo, los llevamos al Centro de Salud para que se hagan su tarjeta sanitaria".
Gutiérrez Antolín aclara que todos los gastos del proceso de arraigo corren a cargo del migrante. "Tienen que tener un colchón económico para sufragar sus gastos por lo menos hasta que consigan un trabajo. Ese monto depende de qué tipo de familia sea. Si viene una persona sola no es lo mismo que un matrimonio con varios hijos".
No obstante, Diez Sánchez dice que el Ayuntamiento pone "a disposición de los migrantes, de entrada, un piso equipado modestamente, pero no le falta nada, incluida la comida durante los primeros días. Llegan a un sitio que no conocen, de la mano de gente que tampoco conocen, y por eso intentamos hacerles sentir que están en una familia. Ese es un piso de tránsito, en lo que ellos encuentran otra cosa o comienzan a trabajar. No tenemos un tiempo marcado, pueden estar días o meses, depende de su situación laboral".
Sobre las condiciones de permanencia en los pueblos que pudiera imponer el proyecto a los migrantes, Diez Sánchez aclara: "Estamos abiertos a que ellos vayan a donde quieran. Si ellos vienen aquí y no se encuentran a gusto, ellos deciden y se van a donde quieran. Aquí no penalizamos eso. Porque los haya traído el proyecto no tienen que quedarse. Lo que queremos es que la gente que venga esté a gusto y sea feliz".
Al parecer, según declaró esta funcionaria a DIARIO DE CUBA, los migrantes asentados en Paredes de Nava se han integrado bien a la vida del pueblo. "Todos los que han venido en estos dos años siguen aquí. Los primeros, unos argentinos, ya se han comprado su casa, los niños están encantados en el colegio y tienen su negocio. Quienes llegaron después también se mantienen aquí", explica.
El alcalde de Paredes de Nava, Luis Antonio Calderón Nájera, considera fundamental este proyecto para el futuro del pueblo. "Durante décadas, localidades como Paredes de Nava han visto cómo su población disminuye por la migración. Desde hace ocho años nos mantenemos en el entorno de 1.900 habitantes. Para incrementar esa cifra comenzamos una política municipal enfocada a la repoblación, para sobre todo cubrir demandas laborales no satisfechas por los propios vecinos", detalla el funcionario a DIARIO DE CUBA.
Contrario a lo que podría esperarse de una localidad rural, Calderón Nájera enumera la variedad de empleos por los que pueden optar los nuevos habitantes: "Hay determinadas necesidades laborales en el ámbito socio-sanitario, de atención a las personas mayores, de atención en domicilio también. Luego está todo lo ligado a la industria del ganado ovino, como los mataderos, los curtidos o los lavaderos. Además están los distintos servicios, negocios de hostelería, de construcción, o en oficios como fontanería o electricidad, donde puede haber demanda laboral".
Sandy Aragonillo Vega ya comenzó a trabajar en una panadería de Paredes de Nava. Allí asegura estar "superbien". Julia Elena Leyva Sánchez empezó como ayudante de cocina en un restaurante de Becerril de los Campos. "Gracias a Dios estoy sustentando a mi hermana y a mi esposo —dice—, así que yo le doy gracias a Dios por eso y porque haya existido el proyecto Arraigo. Hago de todo, hay trabajo, pero me siento bien. Y las personas son muy chéveres, muy cariñosas, eso vale mucho. La educación en Cuba está por el piso, allí los jóvenes están... no se puede comparar. En Cuba se ha perdido el amor, el amor se ha perdido", lamenta.
Por su parte, su hermana Miguelina sueña con encontrar empleo en una industria local. En Cuba trabajaba para el Estado haciendo zapatos. "Me gustaría trabajar en una fábrica de calzado o de talabartería, porque trabajé también en un taller de eso. Me gusta trabajar con máquinas, en producción", explica.
"Tú vas al mercado y todo está —apunta Julia Elena sobre su experiencia—. Así que no se pasa trabajo ninguno, hay que trabajar y más nada. Yo sí recomiendo a todos los descendientes de españoles que se involucren con Arraigo, que les dará muy buenos resultados".
"Lo de Cuba es una experiencia nueva, ha sido algo sobrevenido por otros caminos", dice la directora de la Oficina de Repoblación de Paredes de Nava sobre la llegada de los migrantes cubanos. "Es una semillita que se ha plantado", concluye.
En estos pueblitos maravillosos de España, sin Mac Donald y Berger King, con una sola Farmacia ó Botica, se puede descubrir la tranquilidad y seguridad de vivir, pueblos llenos de gente afable y comida muy barata, muy recomendable a aquellos apestados, cómo yo, de aquél Mayami que se fué a la mierda, el Mayami del Exilio, de los Hermanos al Rescate, de los que luchaban contra el comunismo, ya desapareció, porque el objetivo de los recién llegados es robar a toda costa para vivir del cuento y vacacionar en Cuba.
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La Junta Militar está logrando que Cuba sea un país de viejos mantenidos por sus desterrados.
Hasta en la tribu más pobre de África se vive mejor que en Cuba.
La Cuba actual es el infierno de los infiernos.