"El activismo en Cuba existe. Las personas que han salido a las calles [en las protestas de los últimos años] no eran activistas, pero hicieron activismo", dijo la activista e historiadora del arte Anamely Ramos en el programa de DIARIO DE CUBA Los Puntos a las Íes.
A pesar de que el fervor del 11J no ha cuajado en los centenares de manifestaciones posteriores, y de que muchos opositores han sido obligados a abandonar el país, para Ramos el activismo no ha desaparecido en la Isla y el régimen no ha podido destruir a la sociedad civil a pesar de una represión sistemática.
Según la activista, cuando las personas "salen a pedir mejoras sociales están pidiendo un cambio político, aunque no lo digan con esas palabras, y eso hay que saberlo leer. […] Llevamos años desaprendiendo el lenguaje de la ciudadanía. Cuando los cubanos dicen una cosa, a veces, quieren decir otra, es lo normal en una dictadura", dijo, al argumentar que no cree que haya una desconexión entre el discurso político del activismo y las demandas de la población, en su mayoría centradas en mejoras sociales y económicas.
"Eso es parte de un despertar cívico, es nuestro camino. Tanto dentro como fuera hay activismo, aunque hay que articularlo mejor", dijo la activista, quien aboga por seguir creando espacios para educar a la población cubana en sus derechos ciudadanos.
Cuba parecía abocada a un cambio político el 11 de julio del 2021. Sin embargo, las manifestaciones, duramente reprimidas, no perduraron. Desde entonces, las autoridades han condenado a cientos de personas a penas de cárcel por cargos que van desde desórdenes públicos hasta sedición. Otros disidentes, hostigados y amenazados, han huido del país, en el que se vive el mayor éxodo en décadas.
"El descontento ha abandonado en gran medida el país", dijo Bert Hoffmann, experto en América Latina del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área, en una nota de la agencia Euronews. "Para ser sostenible en el tiempo, el movimiento necesita organización".
Para Ramos, la salida de Cuba de opositores del Gobierno no es un síntoma de debilidad del activismo. En su opinión, "intentar huir del país también es activismo. No podemos pensar que el hecho de querer que las personas vivan dignamente es una derrota o un hacer lo que ellas [las autoridades] quieran".
"La Seguridad del Estado existe y se ve porque hay activismo en Cuba", dice. "Estamos desterrados, hay muchos presos políticos, pero no es una derrota, es una ganancia porque es símbolo del miedo que tiene el régimen".
"Hemos llegado al punto en el que el Gobierno ha sancionado por sedición política, algo que no habíamos visto antes, cuando eran delitos comunes construidos. Las autoridades han tenido que asumir cosas que todo el tiempo negaron", concluyó la activista e historiadora de arte en Los Puntos a las Íes.
Los unicos que estan desconectados de la realidad son ellos y su sistema equivocado