Este domingo 27 de noviembre se efectuaron en Cuba las "elecciones" para delegados de circunscripción del Poder Popular, que son los dirigentes de base del sistema político cubano. A pesar de ser este el único cargo público que es postulado y votado entre diversas opciones directamente por el pueblo, no está exento de manipulación y presión por la Policía política para que salgan candidatos afines al régimen.
Tradicionalmente era fácil imponer el relato oficialista por el control de los medios de comunicación y se lograba una participación casi absoluta, que luego el Gobierno exhibía como un apoyo tácito del pueblo al sistema político. Sin embargo, en los últimos años es tendencia que el índice de participación vaya disminuyendo y en cada proceso eleccionario se establece un nuevo récord de abstención. En esta, con un 68% de participación, ha sido además muy brusco con respecto a la pasada (Código de las Familias), apenas dos meses atrás, de más de cinco puntos porcentuales.
"Estas son las elecciones del desencanto, es lo que se percibe y lo que se vive: un desencanto total", opina Lexter, un holguinero que esta vez decidió no ir a votar. "Siempre había votado, aunque fuera por inercia. Me daba lo mismo pero iba. Ahora no tuve estómago para participar en esa payasada. La política de esta gente (el Gobierno del PCC) ya no hay quién se la trague. Da deseos de vomitar con tanto descaro, tanta mentira y muelas."
"En mi barrio andaban como buitres buscando a la gente para que fuera a votar y, con todo y eso, hubo poca participación. Estaban desesperados para que uno fuera. A mi abuela le llevaron la boleta a la casa, a pesar de que puede ir por sus propios pies, no está ni postrada ni nada. A mí me llamaron dos veces para preguntarme si no iba a ir. Les decía que sí, que más tarde, pero no fui. Yo lo que quiero es irme de este país lo antes posible, ya no aguanto más jugar ese juego, me cansé", confiesa.
Luis Alberto fue tarde a votar, casi a las 6.00PM. "Sinceramente, se me olvidó ir temprano. Como era domingo estaba muy atareado arreglando cosas en la casa y la verdad no le veo importancia a votar, me distraje. Fue al salir de la casa pasé frente al colegio, oscuro porque estábamos en apagón, y por pena llegué y voté. Lo gracioso es que me propusieron que votara por mi esposa y mi hermano, que no lo habían hecho todavía y ya se iban a quedar sin votar. Les dije que no, que eso era personal", cuenta.
"Me imagino cuántos habrán votado así, de esa manera, sin haber ido. Como eso nadie lo controla, hacen lo que les da la gana. Todo eso es una farsa, con el Código de las Familias la gente votó masivamente en contra y después nos quedamos con la boca abierta cuando fue aprobado. Los que cuentan los votos son ellos y la gente que tienen preparada para eso lo que quieren es aparentar que fueron la mayoría. Esos leones, los comunistas, no pierden ni a los yaquis", opina.
En efecto, tras el referendo popular del pasado 25 de septiembre, para validar o descartar el muy polémico Código de las Familias, la desconfianza de los cubanos en el sistema electoral se ha elevado. Pasó de ser "simples sospechas" a "certeza", para muchos. La percepción ciudadana del voto en contra se vio contrastada por un inesperado voto a favor por amplio margen, que si bien ayudó al régimen a imponer su propuesta, cercenó la ya frágil confianza. Máxime si el organismo carece de supervisión imparcial. Un factor que, unido al descrédito económico del Gobierno y las vicisitudes por la crisis, podría haber influido en la baja participación popular con respecto a años anteriores.
En sintonía con este fenómeno, han sido recurrentes por los medios independientes y en las redes sociales denuncias de irregularidades desde la postulación de candidatos. En la circunscripción de Yosbel, un carpintero cuentapropista, "la asamblea de nominación de candidatos fue el pasado 31 de octubre y la participación fue de menos del 10%, según calcularon los mismos que dirigían la reunión", comenta a DIARIO DE CUBA.
"Era a las 7:00PM y a las 6:00PM se había ido la corriente (servicio eléctrico). La mayoría de la gente pensó que se había suspendido, pero decidieron hacerla así mismo, con cuatro gatos, como se dice. Me quedé con la boca abierta, parecía algo sin importancia, como para salir del paso. La realidad es que ni estas elecciones ni ninguna de las demás que se hacen, tienen impacto en nosotros. No deciden nada. Todo sigue igual: ellos mandan y viven bien, mientras el pueblo está cada vez más jodido", opina.
En el informe del Consejo Electoral Nacional sobre los resultados, su directora Alina Balseiro evaluó los comicios como "una jornada democrática", que transcurrió "con tranquilidad, organización, disciplina y cumplimiento de la ley, como siempre nos tiene acostumbrado nuestro pueblo". Y a pesar de la notable tendencia a la abstención, consideró que las recién celebradas elecciones "demuestran el respaldo popular a sus representantes y la confianza en la Revolución".