El oficialismo cubano continúa tratando de contar el episodio de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), de manera que la dirección de la Revolución salga tan bien parada cómo sea posible. El más reciente intento es un artículo publicado en el blog oficialista La pupila insomne, que minimiza el papel de la presión internacional en el cierre de esas unidades. Según la publicación, estas se habrían clausurado por órdenes de Fidel Castro y su hermano Raúl, luego de una investigación ordenada por el Ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR).
"Sobre las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), como de otros temas, es necesario hablar, investigar, debatir, publicar de forma esclarecedora y crítica en medios de comunicación para fomentar su conocimiento objetivo. No hacerlo permite su utilización como un mero elemento de propaganda", sostiene el autor del artículo, el productor, director y guionista oficialista Javier Gómez Sánchez.
Según el texto, reproducido por el portal estatal Cubadebate, la propaganda "contra la imagen de la Revolución cubana" ha fomentado "la idea de que se originaron como parte de una higienización social emprendida por la dirigencia revolucionaria; que duraron muchos años; o que fueron cerradas exclusivamente por la presión internacional".
El artículo ofrece como antecedente la emisión de la ley 1.129, que declaraba el Servicio Militar Obligatorio, a cumplir por todos los hombres en la edad de entre 15 y 25, durante un período de tres años, justificada con la invasión por Playa Girón y la Crisis de Octubre.
Reconoce que las UMAP se crearon para "los reclutas cuyo comportamiento social era considerado 'no apto' para las unidades armadas" y que recibieron "a otros dos tipos de reclutas: Aquellos que por motivos de su fe se negaban a portar armas o se les prefería tener apartados por prejuicios hacia la práctica religiosa, y los que eran rechazados por tener preferencias evidentemente homosexuales, con expresiones y comportamientos que transgredían el arquetipo que impone la heteronormatividad, entonces mucho más prevaleciente en el mundo que hoy".
Como elementos para justificar el envío de cientos de cubanos a esos campamentos ubicados en las provincias centrales del país, Gómez Sánchez se refiere a "la difícil relación de la Revolución Cubana y las comunidades religiosas, incluida la Iglesia Católica", y a "los prejuicios homofóbicos y machistas arraigados en la sociedad cubana prerrevolucionaria, tanto la republicana como la colonial" que tenían "los hombres y mujeres que se integraron al proceso de transición hacia una sociedad socialista".
Como cabe esperar de un texto encaminado a limpiar la imagen de los dirigentes de la Revolución, Gómez Sánchez recuerda en el suyo que en los años en que se crearon en Cuba las UMAP "la homosexualidad se consideraba no solo una deformación del carácter o una enfermedad, sino que su práctica estaba penalizada en la mayor parte del mundo, incluidos los Estados Unidos, Reino Unido y otros países desarrollados".
El autor incluye además fragmentos de testimonios de dos cubanos enviados a las UMAP y que luego fueron acogidos por la Revolución: el pintor Raúl Martínez, quien "en 1995 recibiera el primer otorgamiento del Premio Nacional de Artes Plásticas", y el pastor Raúl Suárez, director del Centro Memorial Martin Luther King.
"Sabía que, en los cines, gente dedicada a esta misión se sentaba al lado de cualquiera de nosotros y lo provocaba; al responder, lo llevaban a la estación de Policía. Un intelectual fue sorprendido in fraganti en el baño de 12 y 23. Yo no tenía esta costumbre, que sí disfrutaban algunos de mis amigos, pero, ¿y si me ponían un cebo en la casa? Desconfiaba de cualquiera que me demostrara interés en venir a oír música o a ver mis pinturas", cita el artículo a Martínez.
"Creo que la UMAP fue un error, al margen de las intenciones que la animaron. Si se concibió como algo similar al Ejército Juvenil del Trabajo (EJT), es evidente que los métodos de selección y su propia experiencia demostraron todo lo contrario (...). No por azar ha sido un hecho utilizado por los enemigos en un documental que recorrió el mundo durante los años 80, concebido de manera alevosa para restarle apoyo a la Revolución en sectores de la izquierda europea y norteamericana, apelando al ya sensible tema del machismo y la homofobia", cita a Suárez.
El artículo también incluye la respuesta de Fidel Castro sobre este tema al periodista francés Ignacio Ramonet, recogida en el libro de este último Cien horas con Fidel.
"Con aquellas tres categorías se crearon las llamadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), donde iban de las tres categorías de gente: los que por su bajo nivel de estudios no podían manejar aquellas armas, o personas que por su fe religiosa eran objetores de conciencia, o varones en condiciones físicas adecuadas que eran homosexuales. Eso es una realidad, fue lo que ocurrió. (…)".
Las palabras del difunto dictador desmienten a su sobrina Mariela Castro, quien en 2010 dijo a la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) que su tío "ni siquiera estaba al tanto de las UMAP. Vivía concentrado en la supervivencia de la Revolución y en los cambios que se estaban haciendo en la política, las leyes en favor de los derechos del pueblo, dentro de complejas y tensas relaciones internacionales".
La respuesta de Castro a Ramonet también contradice al escritor cubano Miguel Barnet, quien afirmó en septiembre pasado que el fallecido gobernante había asumido con "honestidad y valentía" una responsabilidad que no le correspondía "con la UMAP y con el tema de la discriminación sexual".
En su artículo Gómez Sánchez asegura que las UMAP, "al tratarse de un reclutamiento obligatorio, con un tipo de trabajo al que no estaban habituados, lejos de sus provincias y familias" comenzaron a verse "como una especie de internamiento en campos de trabajo forzado", sin explicar cuál sería la diferencia entre ambos.
También sostiene que "numerosas quejas ante la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), preocupaciones expresadas directamente a líderes de la Revolución por diversos intelectuales y artistas, así como por figuras extranjeras, promovieron una reflexión sobre la función y la existencia misma de las UMAP".
A ello suma los criterios negativos de altos oficiales y cargos de dirección del MINFAR y el resultado de "una investigación ordenada por la Dirección Política de la institución armada".
Si al hablar de la creación de las UMAP Gómez Sánchez apela a la voz pasiva, evitando mencionar quién ordenó su apertura, el desmantelamiento y la disolución los atribuye a Fidel y Raúl Castro. El primero mandó a desmantelarlas en 1967 y el segundo a disolverlas en 1968, dice.
En 2020, Mariela Castro comparó las UMAP con las escuelas al campo, en un intento de minimizar el horror que significaron para quienes fueron recluidos en esos centros contra su voluntad. Ahora, el texto de La pupila insomne cita al personaje de David, de la película Fresa y Chocolate, para atribuir ese y "otros episodios históricos" no a la Revolución sino a los "prejuicios sociales, políticos e ideológicos".
"Son las partes de la revolución que no son la Revolución… Estoy seguro de que algún día habrá más comprensión para todo el mundo, si no, no sería esto una revolución", dijo el mencionado personaje.
El "mencionado personaje" dijo "Son las partes de la revolución que no son la Revolución…" porque sabe, aunque no lo diga, que no existe Revolución.
Cito a Morua, en la última de una secuencia de artículos publicados aquí en DD: "Una revolución que bloquee la posibilidad de revoluciones futuras no está hecha por revolucionarios."
El autor del artículo parte de calificar la existencia de la UMAP como “error”. Un error es pensar que una naranja es una mandarina, no la realidad de aquellos campamentos. Las UMAP fueron campamentos de trabajo forzado bajo internamiento de todo aquel que no entraba en los cánones establecidos por el castrismo de “personas confiables”. Una violación flagrante de los derechos humanos, un abuso de poder, una represión de las más deleznables de ese régimen.
Que no jodan estos mentirosos,por ser cristiano,catolico,homosexual, gusano o desafecto ya tenias el pasaje garantizado a tan " benéfica y noble institución " ....
Pues claro, porque la "revolución" es un sinónimo de mentira, de embuste, de dar gato por liebre, y por supuesto carece por completo del más elemental sentido de pudor y de decencia. Da lo mismo que digan que el asunto fue debido a una temprana manifestación del calentamiento global. Un asco total.
Por trabajo que cueste creerlo, aparentemente no hay límite a lo bajo que puede llegar un esbirro.