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Sociedad

Sí o No, los cubanos debaten en los días previos al referendo del Código de las Familias

DIARIO DE CUBA habla con activistas cubanos sobre sus opiniones sobre el referendo del Código de las Familias.

Madrid
Anteproyecto del Código de las Familias.
Anteproyecto del Código de las Familias. Cubadebate

En los últimos días se han agudizado las polémicas entre cubanos en las redes sociales debido al referendo del Código de las Familias, que se realizará este domingo en Cuba y dónde los votos podrían estar mucho más divididos de lo que acostumbra a suceder en la Isla.

En DIARIO DE CUBA conversamos con activistas cubanos sobre sus diferentes posturas ante el referendo, donde las opciones se dividen entre los que defienden su aprobación, los que por diversas razones se oponen y quienes no aceptan participar en la votación.

La activista cubana Daniela Rojo, una de las coordinadoras de la Marcha Cívica por el Cambio, quien se encuentra exiliada en Alemania, dijo que no tiene nada contra el Código de las Familias, sino contra el referendo convocado por el Gobierno.

"Entiendo que este referendo no es porque ellos sean democráticos sino porque hay un conflicto entre la comunidad LGBTI y las iglesias fundamentalistas, y a lo que le teme el régimen es a varios grupos que están en el eje del conflicto. Lo vimos en la marcha del 11M y en la campaña por el diseño original", opinó la activista cubana.

Aunque se encuentra fuera de la Isla y el régimen no le permite votar, Rojo afirma que "no iría porque no participaría en nada convocado por ellos".

No obstante, dijo que se siente identificada con el Sí, pues "la que no entiendo es la campaña por el No, que se está llevando a cabo sin haberse leído el texto o habiéndolo leído de una manera muy superficial".

"Si sale el No, se va a quedar el Código anterior, que reconoce menos derechos que este y refleja la obligación de los padres de educar a sus hijos en los principios del socialismo. Eso fue corregido en el nuevo Código y es una de las cosas que más me gusta. El socialismo sigue siendo irrevocable, pero ya no está establecido por ley que los padres eduquen a sus hijos en la moral socialista", agregó.

Para Manuel de la Cruz, activista LGBTI y periodista independiente cubano no hay dudas en votar a favor del Código de las Familias, que reconoce el derecho al matrimonio entre personas de un mismo sexo.

"Yo votaré Sí a todo lo que proponga derechos, parezca cortina de humo, lavado de imagen, sea en dictadura o no, venga firmado de quien venga. En mi caso creo que otra postura sería obstinación y orgullo político absurdo", afirmó el periodista.

"Veo una incoherencia fatal en que hayamos reclamado derechos en una marcha como la del 11M, y que muchos otros que no estuvieron en aquel entonces hayan apoyado el reclamo, y ahora la mayoría de ambos grupos se nieguen a aceptar la ley que recogerá aquellos viejos reclamos", dijo, en referencia al matrimonio igualitario, entre otros aspectos reclamados por la comunidad LGBTI.

Sobre asuntos enarbolados por un sector de la sociedad civil cubana para defender la opción del No, como los relacionados a la responsabilidad parental, De la Cruz dijo que "han estado teñidísimos de desconocimiento”, pues “la inmensa mayoría de la gente que rechaza el código ni siquiera lo ha leído, y el juego del teléfono descompuesto los ha llevado a repetir un absurdo".

El activista cubano consideró que "el conservadurismo y el fundamentalismo religioso siguen siendo venas visibles en el brazo que es la sociedad civil cubana, y como es costumbre, la comunidad LGBTIQ ha sufrido la instrumentalización del Gobierno y de la sociedad civil, y el rechazo de muchos actores de esta que considerábamos aliados".

"Una postura significativa frente al Código ha sido la de tomar partido en la abstención. Bajo la máxima de que 'en dictadura no se vota' han deshecho la oportunidad de ser signatarios de un avance sinigual en la historia de la sociedad cubana, y quedarán como los protagonistas del titubeo. No quieren negarle derechos a nadie, pero tampoco quieren 'secundar a la dictadura'", cuestionó De la Cruz.

Para Miryorly García, historiadora del arte y activista cubana, la opción será no participar en la votación, aunque de hacerlo tiene más razones para el No.

"El primer punto por el que yo me opondría, tiene que ver con el tema de la discriminación. Se trata del Artículo 12, que habla de la discriminación en el ámbito familiar, y la discriminación por asuntos políticos se ve también a nivel familiar, pero en el Código de Familias no mencionan la opinión política en los temas a no discriminar. Algo que aparece recogido incluso en la Convención de los Derechos de los Niños, lo que me parece totalmente intencional y grave", afirmó.

Aunque García consideró que muchas personas han exagerado con el tema de la sustitución del término "patria potestad" por "responsabilidad parental", dijo que "no es menos cierto que muchos padres tenemos el criterio de que ellos pueden de alguna manera socavar nuestra identidad parental y atentar contra ella a partir de los órganos creados para eso a partir de criterios políticos".

"El Artículo 138 cuando habla del contenido de la 'responsabilidad parental' tiene dos incisos que me asustan bastante, y es cierto que eso está mucho peor en la Constitución anterior, pero que yo rechace el Código no quiere decir que quiera el anterior. Le estoy diciendo a esa instancia legislativa que hay que seguir trabajando y volver a sentarse. Yo no escojo entre este y el anterior", afirmó García.

La activista cubana, quien fue una de las promotoras de la Marcha Cívica por el Cambio del 15N, dijo que "este Código amplía muchos derechos en las familias en cuanto a los niños y los abuelos, pero de algún modo también, subrepticiamente, está tirando la responsabilidad a las familias. Habla del deber de alimentar a los hijos, pero cuando lo lees, dices ¿dónde está la responsabilidad del Estado, si la Constitución reconoce el derecho a un trabajo digno?".

Otro aspecto que motivaría a García a votar No es el de la educación de los hijos.

"El Artículo 26 de la Declaración de los Derechos Humanos dice que los padres tienen el derecho a elegir la educación de sus hijos, ¿cómo en el Código de las Familias yo voy a aceptar que no pueda elegir la educación de mis hijos?", preguntó.

La cubana, quien reside en La Habana, señaló que para ella el contexto en que sucede el referendo es clave, y uno de los principales motivos por los que no irá este domingo a votar.

"Hay un punto que me obliga a no votar que es el estado de las familias actuales, que están rotas o con procesos durísimos de migración, separación. Familias que han perdido a seres queridos por enfermedades evitables. En ese contexto me parece un profundo cinismo que el Gobierno escoja el Código de las Familias y no otro para hacer todo este circo, que no es más que para probar el apoyo popular, porque para colmo han salido en televisión diciendo que el Sí por el Código es un Sí por la Revolución", afirmó.

"Creo que no debemos seguir haciéndole el juego a esa propaganda política", añadió García, quien insistió que para ella "los derechos de la comunidad LGTBI son impostergables" pero "el Estado me los puesto en un paquete que me resulta muy difícil aprobar".

Daniel Triana, actor y activista cubano, dijo que probablemente no vaya a votar "por una cuestión emocional, pues todo lo que me huela a participar en procesos impulsados por el Partido Comunista de Cuba lo evito. Soy como objetor de conciencia ante este tipo de cosas".

"Quiero que gane el Sí, y he impulsado una campaña a favor del Código, para que todo el que sienta que puede votar que ejerza su derecho. Quiero que gane el sí por los derechos de las minorías LGBTI. Soy un activista y una persona LGBTI y lo que más me interesa es verdaderamente eso. No tengo hijos ni ancianos que pueda cuidar. Me leí la versión del anteproyecto, pero eso todavía no atraviesa mi vida, a diferencia de los derechos de las minorías sexuales", afirmó.

"El matrimonio igualitario, el acceso a la reproducción asistida, la unión de hecho y la adopción monoparental. Son cosas que dignifican mi existencia, en cuanto a ese tipo de derechos dejo de ser un ciudadano de segunda, aunque en dictadura uno es un ciudadano de quinta", añadió Triana.

El también actor cubano dijo que en su opinión los derechos a la comunidad LGBTI que reconoce el Código de las Familias "políticamente representan una reivindicación muy importante que me da lo mismo que lo hayamos obtenido en dictadura o en democracia, porque en todos los sistemas y espectros políticos las minorías sexuales son el último escalón y ciudadanos desechables".

"Para muchas personas va a dignificar su vida porque quieren o tienen que seguir viviendo en Cuba y necesitan tener más derechos, pues no pueden esperar a la transición democrática, que a veces parece que no va a llegar nunca. Son personas que no pueden seguir esperando, quieren casarse, tener hijos, emigrar con su pareja, acceder a la herencia de su pareja si fallece, beneficiarse del patrimonio que construyeron en común", concluyó.

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1 comentario

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Leyendo el artículo que no lo termine de leer, estoy viendo el desastre que se avecina en una Cuba sin los Castro. La democracia en ese futuro país no va a entrar tan fácil.