Colombia cierra este sábado pasos fronterizos con Venezuela, Ecuador, Brasil y Perú, pero deja abierto el de Panamá, el más usado por los emigrantes cubanos que viajan por tierra hacia Estados Unidos.
El Ministerio del Interior de Colombia tomó la decisión de cerrar los pasos fronterizos terrestres y fluviales desde las 6:00 de la tarde (hora colombiana) de este sábado y hasta las 6:00 de la mañana del lunes 30.
La medida, dijo el director general de Migración Colombia, Juan francisco Espinosa Palacios, "busca garantizar la total normalidad en el desarrollo de la jornada electoral para la Presidencia que se llevará a cabo en Colombia el próximo domingo 29 de mayo".
El decreto emitido por la Presidencia de la República de Colombia no menciona, sin embargo, el paso fronterizo por Capurganá hacia Panamá.
"El decreto habla de pasos fronterizos terrestres y fluviales. Los pasos fronterizos entre Colombia y Panamá son marítimos", dijo al respecto un funcionario de Migración Colombia.
En 2021, por los pasos fronterizos de Capurganá y Acandí pasaron 130.000 migrantes, de los cuales unos 8.000 eran cubanos, registran los datos oficiales. Pero, según nuestra experiencia, dada por diez años de cobertura del fenómeno migratorio por el Darién colombo-panameño, siendo conservadores la cifra general de migrantes que tomaron la llamada "Ruta de la Muerte", por la selva del Darién, podría rondar los 200.000.
En lo corrido de 2022, según datos aportados por Migración Colombia, cerca de 10.000 migrantes han salido del puerto de Necoclí con destino al Darién, de los cuales unos 700 son cubanos.
Pero esos 10.000 son solo los que han compraron ticket para embarcaciones que hacen la ruta hasta el puerto de Capurganá, en la frontera con Panamá, desde donde los migrantes toman la ruta del Darién.
La cantidad de emigrantes cubanos que pasa por Colombia para seguir camino hacia Centroamérica, en busca de la frontera de México con Estados Unidos, ha disminuido desde que Nicaragua estableció el libre visado para los ciudadanos de la Isla y se convirtió en el nuevo punto de partida de quienes viajan hacia el norte,
Aunque la comunidad colombiana de Capurganá ha tratado —y en gran medida lo ha conseguido— de humanizar el paso por la selva del Darién, dando capacitación a los guías en temas de seguridad, derechos humanos y primeros auxilios, el fenómeno migratorio es dinámico y la ilegalidad busca nuevas formas de lucrarse de la necesidad y la vulnerabilidad del migrante
En los últimos meses, han surgido nuevas rutas para el tráfico de migrantes. Algunas por el Pacífico y otras por el Atlántico.
La ruta clandestina más usada por los cubanos sale en las noches desde una playa entre los puertos colombianos de Turbo o Necoclí. Por 800 dólares, los emigrantes viajan siete horas por mar abierto hasta Puerto Carreto, en Panamá. Las embarcaciones utilizadas para este trayecto, lanchas impulsadas por pequeños motores fuera de borda, no son aptas para cruzar el océano; además, los emigrantes viajan sin salvavidas.
A los peligros inherentes a cruzar una selva tropical húmeda e inhóspita, se suman las bandas criminales, que en el lado panameño roban, violan y asesinan los migrantes.
El pasado 14 de mayo fueron detenidos Aldemar Pájaro Gómez y Dubermei Pérez Madrid, de nacionalidad colombiana, a quienes las autoridades encontraron varios celulares, relojes y otros objetos de valor, por lo que el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (SENAFRONT) alertó a los puestos de recepción migratoria de Canaán Membrillo y Bajo Chiquito.
Los artículos incautados coincidían con los robados descritos por migrantes. Los dos colombianos fueron retenidos por el SENAFRONT en el punto conocido Loma Bandera, en la comarca Guna Yala.
