Varios de los 842 haitianos que terminaron varados en la costa de Caibarién, en Villa Clara, mientras navegaban en un barco de madera buscando llegar a Estados Unidos, aseguraron el jueves que huían de la violencia en su país y que fueron estafados por contrabandistas.
Según relató uno de ellos a la agencia AP, habrían sido engañados por personas que les mostraron imágenes de un crucero, les cobraron miles de dólares por la travesía y acabaron apilándolos en un barco desvencijado, que luego abandonaron a la deriva.
Como reportó el martes DIARIO DE CUBA, los migrantes habían iniciado un bojeo inesperado a Cuba desde finales de la semana anterior, presuntamente impulsados por marejadas, y acabaron recalando en Caibarién, donde las autoridades los atendieron y trasladaron a una base de campismo.
Entre los desembarcados está una mujer que comenzó a dar a luz en pleno trayecto y fue atendida en el Hospital Municipal María del Carmen Zozaya, dijeron a esta redacción miembros del personal médico que allí trabaja.
El canal local Telecubanacán indicó en su muro de Facebook que los haitianos fueron llevados a uno de los campismos de Sierra Morena, en Corralillo, mientras las autoridades cubanas buscaban "asegurar el retorno seguro y voluntario de estas personas hacia su país, en concordancia con los acuerdos internacionales sobre migración de los que Cuba es firmante".
Según AP, este es el mayor arribo de personas procedentes de Haití a las costas cubanas y uno de los más grandes grupos de que se tenga noticia en el país, en medio de un incremento del éxodo provocado por el incremento de la violencia e inestabilidad económica y política en esa nación caribeña.
"Nos engañaron. En mi caso, me dijo un traficante que en el barco iba a haber 200 o 300 personas, y en un barco grandote es algo normal, pero cuando uno está ahí adentro no sabes la cantidad de personas que va a subir", dijo a la AP Maximaud Cherizard, quien habló en español y ayudó a traducir a sus compatriotas que solo hablan creole.
"Nos dio pena cuando llegamos a Cuba y miramos para atrás y vimos cómo estaba el barco, y dijimos 'uuhhh', había gente hasta en el techo", agregó el ingeniero de 34 años, que viajó con su hijo de siete años, su esposa y la hermana de esta desde la localidad de Cabo Haitiano.
Según dijeron al menos tres migrantes a la AP, el grupo salió de Isla Tortuga, al norte de Haití, luego de esperar allí casi dos meses. La noticia de la supuesta oportunidad de ir a Florida se transmitió de boca en boca y para sumarse pagaron unos 4.000 dólares.
Antes de abordar los llevaron en una pequeña barca desde tierra en la madrugada del sábado y les quitaron los teléfonos, argumentando que la señal los haría detectables a la Guardia Costera estadounidense.
Cherizard dijo que reclamó que no era lo que le habían prometido. "Me enseñaron una foto de un barco que no era este barco y luego me dijeron que era pintura. 'Es lo mismo, solamente la pintura'", comentó, aunque la nave no tenía un nombre visible.
La familia de Cherizard fue colocada en un camarote con otras personas con poco acceso al resto de la nave, y cuando se produjo el abandono del barco por el capitán en alta mar, cosa que sucedió en algún momento de la madrugada del martes, no pudieron ver, pero escucharon que algunos migrantes trataban de tomar el control de la embarcación para no morir.
Otro viajero, llamado Joyce Paul, de 19 años, indicó que desde que el capitán se marchó en otra nave pequeña el barco comenzó a ladearse. Los haitianos hicieron señales con linternas hacia la costa cubana para ser rescatados.
En los días previos, 15 personas se arrojaron al mar a causa del hambre que sufrían a bordo, afirmó Paul. No hay una versión oficial de los hechos.
Entre los migrantes hay 70 niños, incluido lactantes, informaron las autoridades cubanas.
"En Haití no hay futuro para los bebés", dijo a la AP Loverie Horat, de 30 años y madre de una niña de 24 días de nacida, que viajó desde Puerto Príncipe junto a su esposo en el barco. La mujer habló en creole y fue traducida por Cherizard.
Todos alegaron que la inseguridad, los crímenes y torturas de las bandas y un contexto de pobreza los arrastró a migrar. Paul dijo que pandilleros habían matado a sus dos hermanas.
"No puede salir a la calle por las locuras de los bandidos, no se puede caminar", agregó angustiado Cherizard. "Hay guerra afuera. Vas a morir, a perder un miembro de tu familia".
Los haitianos llegaron a Cuba en momentos en que la propia Isla sufre una dura crisis económica, la peor en lo que va de siglo, con grave desabastecimiento de comida, medicinas y combustible y una migración récord hacia Estados Unidos.
"Ha sido un verdadero reto esta ayuda humanitaria", dijo a la AP Andy Borges, miembro de la oficina de Protección Civil del municipio de Corralillo, donde está ubicado el campamento de acogida de los migrantes, a quienes se les entrega comida y aseo.
Las autoridades habrían recurrido a médicos cubanos que trabajaron en Haití para que los ayudaran a atender a los migrantes. De momento, ninguno está en situación grave, aseguraron, pero hay muchos deshidratados o con laceraciones en la piel. Allí se les entrega alimentos y aseo, informó AP.
Las tripulaciones de la Guardia Costera de Estados Unidos interceptaron a unos 4.500 haitianos desde octubre de 2021. Muchos intentaban desembarcar en los Cayos de Florida en embarcaciones sobrecargadas. Más de 3.000 de esos migrantes fueron capturados desde mediados de marzo, lo que indica que el ritmo se ha acelerado.
Otros miles hacen el trayecto por tierra a través de Centroamérica y México, para tratar de conseguir cruzar la frontera sur de EEUU. En ese viaje coinciden con miles de cubanos, que hacen idéntico viaje con la esperanza de llegar a la nación norteña.
a que ni uno se queda en cuba.
con nuestros millones de negros empobrecidos nos sobra
La vieja está pensando se jodio caibarien , nos cayo la peste miseria trae miseria.
Llegaron a tierras de Satanas.