Tras años de deterioro, el estatal Parque Lenin anuncia la reapertura de su zona de atracciones, conocida como Parque Mariposa, el próximo 3 de abril, según una publicación en su página de Facebook, que algunos usuarios recibieron con alegría y otros con escepticismo.
"Próximo domingo 3 de abril, reapertura del Parque Mariposa en Saludo a los aniversarios 60 y 61 de la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas) y la OPJM (Organización de Pioneros José Martí) y al 50 aniversario del Parque Lenin", dice la publicación.
Según el post, esta reapertura tendrá lugar "con múltiples ofertas y atracciones para niños, jóvenes y toda la familia cubana". La publicación destaca los equipos de diversión que podrá disfrutar el público, que son solo ocho: Elefantes, Dragon Bú, el Coco bote, el Barco Pirata, los Carros Locos, el Carrito Ruta Fija, el Mundo Plástico Palma Canal y la Casa de las pelotas.
Varios usuarios reaccionaron a la noticia con alegría y enviaron mensajes felicitando a la institución por la reapertura, que para una internauta constituye "un regalo para la UJC y la OPJM".
Sin embargo, otros mostraron desconfianza en que las ofertas tengan calidad o incluso que existan.
"Habrá algo para el consumidor, porque ayer fui con mi familia y solo había muslo de pollo y agua", escribió Julio Vázquez, quien también cuestionó si el deslizador y la montaña rusa no funcionaban.
"Todo es una mentira, cuando está en ese lugar lo único que hay un perro sol y nada de comer para los niños", escribió Yude Estrada, quien, a juzgar por la respuesta que le escribió otra usuaria, fue trabajadora del Parque Lenin.
"Ya esto está deprimente", sentenció por su parte el usuario Ricardo Quintero Bello.
El parque, ubicado en el municipio habanero Boyeros y bautizado con el nombre del líder comunista ruso Vladimir Ilich Lenin, se fundó en 1972 y, mientras existió el campo socialista, fue una de las principales opciones recreativas para las familias cubanas.
Contaba con piscinas, una presa, alquiler de caballos y ponis, áreas de acampada, un acuario, varios restaurantes y el parque de diversiones, cuya reapertura tendrá lugar el próximo domingo.
El paulatino declive del parque comenzó en los años 90, durante los años del Periodo Especial. Las ofertas gastronómicas se hicieron cada vez más escasas y las instalaciones fueron cayendo en el olvido y llenándose de maleza.
En cuanto a las atracciones, la mayoría dejó de funcionar. En 2017, un empleado de la instalación comentó a DIARIO DE CUBA que los planes de reparación de la montaña rusa, uno de los aparatos más populares entre los niños, se habían suspendido.
"La montaña rusa intentaron arreglarla hace casi dos años, pero inexplicablemente ordenaron que pararan el trabajo".
"Empezamos a pintarla y luego no se hizo más nada. Y estamos hablando del equipo con mayor demanda del público que viene aquí", agregó el empleado", agregó.
En cuanto al deslizador acuático, ni siquiera existían planes de repararlo, según el empleado.
"Ya fue olvidado. Cada cierto tiempo tememos que secar el estanque, porque el agua de lluvia acumulada crea grandes plagas de mosquitos. Pero eso tampoco parece tener solución", dijo.
Ninguna de estas atracciones figura en la lista de equipos de diversión que ofrece el post del Parque Lenin.
La presa, una de las áreas recreativas del parque, tuvo un triste protagonismo en redes sociales casi un año atrás.
Un video compartido en redes sociales por el activista cubano Zaqueo Báez Guerrero mostraba a un grupo de hombres y varios niños, buscando clarias en el fango de una zona de la presa.
"Esa es el hambre que hay en Cuba, son las 6:00PM y está gente cazando clarias para poder comer, para alimentar a su familia", se escuchaba decir a una de las personas que era testigo de la escena en el material publicado por Báez Guerrero en su perfil de Facebook.
En los 70 y 80 también se iba a comer. Todo giraba alrededor de los perritos, las medianoches, los quesitos crema, las africanas, las alteas, los peters y otras cosas que solo había allí, y en los restaurantes y cafeterías: La Faralla, Las Ruinas, etc se comía bastante bien para el standard miserable de la hacienda en ese momento. Aún aquella época misérrima es lujo y confort primermundista comparado a la vida burundinesca de los compañeritos de hoy, que literalmente no tienen qué comer deambulando entre ruinas. El pan con mantequilla y el huevo al plato no faltaban en el más insignificante timbiriche. Los huevos de hecho se los tiraban a la cabeza al que osara levantarla. Cualquier tiempo pasado fue mejor en la isla cárcel.
En Cuba la gente sólo piensa en comer, aquí a nadie se le ocurre ir a Disney para comer un perro caliente;
_ Qué malagradecidos son_dijo Mariela Moco Pegado.