El jurista cubano Fabio Raimundo Torrado falleció el domingo 9 de enero, según publicó el diario oficial Granma, que exaltó su carrera profesional al servicio del régimen cubano, pero no dio detalles de las causas de la muerte.
Torrado fue fundador de la oficialista Unión Nacional de Juristas de Cuba y profesor titular adjunto de la Escuela Superior del Partido Comunista Ñico López, del Centro de Preparación y Superación del Ministerio de Justicia y de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.
Asimismo, trabajó como fiscal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y como segundo jefe de la Fiscalía Militar. Fue fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias y de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), el mayor sistema de control social y delación del régimen.
Según Granma, se desempeñó, además, durante casi cinco décadas, hasta su fallecimiento, como funcionario de la estructura auxiliar del Comité Central del PCC en las oficinas del segundo secretario desde su creación y posteriormente en las del primer secretario Raúl Castro.
Integró también los grupos de trabajo que elaboraron el Código Penal, la Ley Electoral y la Ley de la Defensa Nacional, entre otras, así como del grupo redactor de la Reforma Constitucional de 1992.
Fabio Raimundo Torrado fue miembro de la Sociedad Cubana de Derecho Constitucional y Administrativo, y escribió "textos sobre derechos humanos y el sistema político en Cuba".
El régimen lo premió con varias condecoraciones y distinciones, entre ellas el Premio Nacional de Derecho Carlos Manuel de Céspedes, en 2018.
Que el demonio ? se encargue de este hijo de la gran p…
Despresiable chivaton de mierda .Me alegra mucho su muerte. Rene Libertario.
Un cuatrero menos ...
Torrado apellido no muy numero,acaso sera familia del extinto?
La nota necrológica en Granma con ese diplomita en la mano, su colaboración con las oficinas de Raúl Castro, más su trabajo en la fiscalía militar y en la Ñico López me dicen quién era este tarado al servicio del régimen.
DEP
Bravo! Un chivatiente menos y otro más para el infierno. Qué el Diablo lo acoja en sus calderas.