Son más de 130 los funcionarios de EEUU afectados por el 'Síndrome de La Habana'

Los funcionarios de EEUU afectados por el llamado "síndrome de La Habana" en los pasados cinco años superan los 130, desde que los primeros casos resultaran reportados en la Embajada de Washington en la capital cubana, reveló el diario The New York Times. 

De acuerdo con esa publicación, los misteriosos episodios que causaron lesiones cerebrales a espías, diplomáticos, soldados y miembros del personal estadounidense en el extranjero, así como a sus familiares, sumarían una cantidad mucho mayor que lo anteriormente reportado, aseguraron funcionarios

El reporte aseguró que la gran cantidad de casos dentro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en ingles), el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa y otras instituciones generó preocupación en la Administración Biden, luego de que los primeros 60 casos fueran reportados en Cuba y China, más un grupo de oficiales de la CIA cuyo total no ha sido hecho público.

Desde diciembre de 2020, al menos tres agentes de la CIA han informado de graves problemas de salud tras haber estado destacados en el extranjero, uno de ellos en las últimas dos semanas. Todos los afectados han sido sometidos a un tratamiento ambulatorio en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed y en otras instalaciones asistenciales.

The New York Times citó un caso en 2019 que no había sido reportado anteriormente de un oficial militar que prestaba servicio en el extranjero, detuvo su vehículo en una intersección y repentinamente sufrió náuseas y dolores de cabeza. Su hijo de dos años, que iba sentado en el asiento trasero, comenzó a llorar, pero después de que el automóvil se alejó de la intersección, sus náuseas cesaron y el niño dejó de llorar.

No obstante, ambos recibieron atención médica del Gobierno, aunque no está claro si sufrieron efectos a largo plazo. 

Funcionarios del Pentágono creen que la agencia de inteligencia militar de Rusia, el GRU, podría estar detrás de este último caso. Si bien hay evidencia que apunta a Rusia en otros casos similares, las agencias de inteligencia no han concluido ninguna causa concreta ni determinaron que algún poder extranjero esté implicado en los presuntos ataques.

"Hasta ahora, no tenemos información definitiva sobre la causa de estos incidentes y es prematuro e irresponsable especular", dijo Amanda J. Schoch, portavoz de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional.

El texto del The New York Times se basa en entrevistas con 20 funcionarios de agencias gubernamentales que han trabajado en el tema o han sido informados sobre los episodios, muchos de los cuales permanecen clasificados.

La CIA ha creado un grupo para investigar el tema que tiene como objetivo "operar con un rigor e intensidad similares al creado por la agencia después de los ataques del 11 de septiembre para capturar a Osama bin Laden. La Casa Blanca también ha trabajado para estandarizar la notificación de incidentes y mejorar el tratamiento médico para las víctimas", afirma el texto.

En una reunión a puertas cerradas del Comité de Inteligencia del Senado el mes pasado, los senadores acusaron a la CIA de hacer muy poco para investigar los misteriosos episodios y por mostrarse escépticos sobre el problema hasta hace pocos meses, informaron personas conocedoras de ese encuentro.

El actual director de la CIA, William J. Burns, estaría tratando de mejorar la respuesta de la agencia, sosteniendo reuniones con víctimas, con médicos que han tratado a oficiales afectados e informando a los legisladores.

También Burns asignó a su adjunto, David Cohen, para supervisar la investigación, además de duplicar la cantidad de personal médico que realiza los tratamientos y maneja casos de oficiales afectados, indicó el reporte.

El fenómeno, calificado inicialmente como "ataques acústicos" llamó la atención por primera vez cuando funcionarios emplazados en La Habana en 2016 se enfermaron y reportaron sentir vértigo, náuseas y dolores de cabeza.

Episodios similares comenzaron a ocurrir el año siguiente en Guangzhou, China. Y en octubre pasado, The New York Times informó que ya en 2017 oficiales de la CIA que viajaban a diversos países, incluida Rusia, informaron síntomas similares.

"No creo que nosotros, como Gobierno, en general, hayamos actuado con la suficiente rapidez", dijo el representante Rubén Gallego, un demócrata de Arizona y exinfante de marina que encabeza el Subcomité de Inteligencia y Operaciones Especiales de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes.

"Realmente necesitamos comprender completamente de dónde viene esto, cuáles son los métodos de orientación y qué podemos hacer para detenerlos", agregó.