En concordancia con la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, el Artículo 29 del Código Civil cubano marca la mayoría de edad a partir de los 18 años. Sin embargo, ese límite no aplica para todo, principalmente cuando se trata de "integración revolucionaria". La ley establece además otras edades para determinados actos y circunstancias.
Por ejemplo, el Código de Familia establece que el matrimonio se realiza entre un hombre y una mujer mayores de 18 años, pero excepcionalmente podrán formalizarlo la hembra de 14 años y el varón de 16, previa autorización de sus padres o representantes legales.
En el momento que se redactó el Código de Familia, 1975, se intentó brindar protección legal mediante el matrimonio a muchachas en desventaja social, que empezaban a tener relaciones sexuales y descendencia a edades muy tempranas.
Aunque los padres hayan dado su consentimiento por escrito, el notario debe emitir un juicio de capacidad, para garantizar que prevalezca el principio de voluntariedad y que el contrayente menor de edad no ha sido obligado o coaccionado, ni siquiera por sus padres, para contraer matrimonio. Pero, ¿hasta qué punto puede asegurarse de ello un notario?
Aun si puede avalar la voluntad de la persona menor de edad, ¿puede garantizar que tiene la madurez necesaria para asumir un rol de esposa o esposo? Una niña puede casarse a partir de los 14 años y un niño a partir de los 16. Aunque la madurez sexual se produzca antes en hembras que en varones, ¿implica esto que también están preparadas antes para casarse?
Esta es una de las razones por las que el Código de Familia cubano debe ser modificado. Que una niña se case a los 14 años y un niño lo haga a los 16, constituye una violación de la Convención sobre los Derechos del Niño, al introducirles en dinámicas para las que no están listos física, mental ni económicamente.
Para el Código Penal las personas son imputables desde los 16 años. Cuando el autor de un hecho delictivo tiene entre 16 y 20 años, se hace una diferenciación respecto a la reducción de límites mínimos y máximos de la sanción. El Código prohíbe el castigo con pena capital para menores de 20 años. A la vez, el uso de menores para cometer un delito constituye un agravante. Las víctimas son menores de edad hasta los 16 años, por ejemplo, para delitos como la corrupción de menores y el estupro. Contradictoriamente, para el delito de violación no concurre la modalidad agravada cuando las víctimas son menores entre 14 y 16 años.
Por su parte, el Código de Trabajo fija la edad laboral a los 17 años, aunque excepcionalmente pueden concertar contratos laborales los menores a partir de los 15. El Código establece "la obligación del empleador de facilitar la capacitación y preparación de los jóvenes para el desempeño de su labor, bajo la tutoría de trabajadores con experiencia reconocida".
También prohíbe el empleo de menores en trabajos que los expongan a riesgos físicos y psicológicos, labores en la nocturnidad, bajo tierra o agua, alturas peligrosas o espacios cerrados. Además, los exime de labores con cargas pesadas o que impliquen exposición a sustancias peligrosas, temperaturas altas o bajas, o niveles de ruido perjudiciales para su salud y desarrollo. Sus jornadas laborales no deben exceder las siete horas diarias ni las 40 horas semanales.
Para cumplir las tareas de la Revolución nunca se es demasiado joven
Para votar en elecciones y referéndums, la Constitución otorga el derecho a los 16 años. Curiosamente, Cuba es una de las ocho naciones en las que se puede votar a esa edad (en Irán, a los 15).
A diferencia de países como España, Estados Unidos, Argentina y México, en Cuba se considera que una persona de 16 años tiene suficiente madurez y capacidad de discernimiento para votar. ¿O será justamente por esa falta de madurez y de discernimiento que al Gobierno cubano le parece ideal que adolescentes ejerzan el derecho al voto?
A los 15 años, los adolescentes pueden ser elegidos para entrar a la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), brazo juvenil del Partido Comunista. Pero un año antes, a los 14, pasan a engrosar de manera automática las filas de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Las niñas, además, se convierten en miembros de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
En el caso de los CDR y la FMC, no se les pregunta si quieren pertenecer a estas organizaciones de control social, subordinadas al Gobierno. No se trata de que a esta edad se les exija tener opiniones políticas, lo que se espera es precisamente que no opinen, que sigan obedientemente el camino que se les ha trazado.
Se da por descontada su disposición a la "integración revolucionaria", primero porque desde prescolar los maestros los han sometido al necesario adoctrinamiento para garantizar que sean "el relevo". Segundo, y más importante, porque la mayoría de los padres cubanos tiene demasiado miedo para negarse a que sus hijos se incorporen a estas organizaciones e incluso para aceptar que se nieguen por sí mismos. Si no lo han hecho aún, el arribo a los 14 años es un buen momento para que los padres aleccionen a sus hijos sobre la inconveniencia de señalarse en Cuba.
Estos adolescentes son considerados menores de edad si cometen un delito. Para casarse requieren un permiso de sus padres y es cuestionable que tengan la madurez necesaria para el matrimonio. Todavía no están aptos para trabajar, ni siquiera excepcionalmente, por lo que sus cuotas de membrecía del CDR y la FMC deben pagarlas sus padres. Aún no sabemos si esas cuotas aumentarán dentro de la Tarea Ordenamiento. Pero para cumplir las tareas de la Revolución nunca se es demasiado joven.
De hecho, desde la primaria, a una edad en que los niños suelen tener como ídolos a personajes de aventuras y dibujos animados, a los cubanos se les enseña que tienen que ser como Ernesto Che Guevara y se les utiliza en actos de repudio contra personas que no conocen ni les han hecho ningún daño.
Si alguien tiene la más mínima duda de que lo que desgobierna Cuba es una dictadura fascista, que vaya a St. Google y que busque información acerca de las escuelas en el régimen Nazi y la Hitlerjugend. Cualquier semejanza NO ES coincidencia.
Donde vivo, a los padres se les pide autorización para sacar a un niño de la escuela a cualquier cosa, y pudiera esa escuela ser sujeta a tribunales si se les ocurriera llevarlos a una manifestación política. Pero bajo el régimen cubano se dan esas manipulaciones de niños, y además lo muestran en los medios como algo loable.
Se han olvidado de las "escuelas al campo" y "las escuelas en el campo". Niños con 12 años haciendo labores agrícolas solo porque al hdp mayor se le ocurrió que eso tenía que ser así, explotación infantil se llama eso.