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Salud

Una turista canadiense con una extraña enfermedad renueva la teoría de los 'ataques acústicos'

Fue la única de su grupo que comió un sándwich y bebió agua en el aeropuerto en Cuba, unos 30 minutos antes del inicio de los síntomas.

Toronto
Embajada de Canadá en La Habana.
Embajada de Canadá en La Habana. REUTERS

Una turista canadiese que experimentó tras regresar de Cuba una enfermedad repentina y extraña ha vuelto a poner sobre el tapete el llamado "síndrome de La Habana", que desde 2018 habría afectado a decenas de diplomáticos de EEUU y Canadá en la Isla y que Washington calificó como resultado de "ataques acústicos".

Un informe de la revista especializada JAMA Neurology publicado este martes aseguró que una mujer de 69 años comenzó a desarrollar "debilidad generalizada, aumento de la sudoración, náuseas y vómitos intensos" horas antes de que su vuelo despegara del aeropuerto de La Habana en una fecha no determinada.

"Durante el vuelo, tuvo letargo, vómitos e incontinencia urinaria", relató el informe, a cargo de los doctores Yonatan Serlin, Jeffrey Minuk y Ronald Schondorf, que precisó que la paciente fue trasladada de urgencia a un hospital, donde hubo necesidad de entubarla.

Tras el examen, los doctores confirmaron que la paciente no tenía drogas en su organismo y que no padecía de alergias, aunque una tomografía computarizada mostró algo inusual: el globo pálido, una sección del cerebro que controla el movimiento voluntario, era más denso de lo normal en ambos lados del cerebro.

En pocas horas, la mujer recuperó el conocimiento y pudo retirársele la entubación, pero presentó una alta desorientación, sus músculos faciales se contraían involuntariamente y convulsionaba cuando intentaba moverse.

El diagnóstico final de la paciente fue de "intoxicación con organofosforados", que se produce cuando una persona entra en contacto con una cantidad tóxica de esas sustancias, que se utilizan en insecticidas, algunos medicamentos y en agentes nerviosos empleados como armas.

La "constelación de síntomas" resumida por los investigadores, que incluía una frecuencia cardíaca más lenta, sensación de depresión, micción, debilidad muscular y espasmos, entre otros, apuntaron a esa conclusión.

El texto advirtió que, para intoxicarse a este nivel, un individuo tiene que tener una exposición de carácter ocupacional con las sustancias, ya fuere como trabajador agrícola, o haber realizado una "ingestión suicida de pesticidas agrícolas".

"La paciente fue la única en su grupo de viaje que compró y consumió un sándwich (jamón, queso, lechuga y mayonesa) y agua embotellada en el aeropuerto, unos 30 minutos antes del inicio de los síntomas", aseguraron los investigadores.

A pesar de que, como ha ocurrido con otros casos extrañamente enfermos en Cuba, alrededor de cuyos síntomas existen más preguntas que respuestas concluyentes, en esta ocasión los problemas de salud no desaparecieron después de que la paciente fue dada de alta del hospital.

Cinco meses después de la primera hospitalización, un chequeo determinó que la mujer tenía efectos neurológicos duraderos. Para entonces, habría sufrido de anorexia, razón por la que perdió 18 kilogramos.

Asimismo, presentaba "dolores de cabeza diarios, insomnio, problemas de concentración y memoria, tinnitus e inestabilidad" y con frecuencia sentía entumecimiento en las manos, aparte de tener menos capacidad de atención, función ejecutiva y memoria.

La revista JAMA Neurology aseguró que tales efectos son "consistentes con síntomas neurocognitivos previamente informados entre diplomáticos estadounidenses y canadienses en Cuba".

"No pudo completar las pruebas de memoria de trabajo espacial y calidad de la toma de decisiones; se encontró que ambos estaban significativamente deteriorados entre los diplomáticos canadienses con sospecha de neurotoxicidad adquirida secundaria a la intoxicación por [organofosforados]", indicó la investigación.

También experimentó un desequilibrio en sus oídos internos, llamado vestibulopatía, que puede provocar vértigo a los pacientes, y que se ha observado antes entre los diplomáticos que trabajaron en La Habana.

Los investigadores concluyeron que el hecho de que la turista haya pasado por esta situación sugiere que el riesgo de "intoxicación por insecticida" en Cuba podría ser mayor de lo que se pensaba anteriormente.

La canadiense Universidad de Dalhousie presentó hace un año los resultados de su investigación sobre el fenómeno, que interpretaron como "daño cerebral causado por exposición sostenida a insecticidas utilizados para el control de plagas", una hipótesis que el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) cubano celebró.

Las conclusiones del estudio indicaron que las causantes de las lesiones cerebrales padecidas por los diplomáticos y sus familiares serían neurotoxinas y no un "ataque sónico", la primera teoría que manejó Washington.

"Para combatir a los mosquitos se han respetado los protocolos establecidos internacionalmente, incluidas las normas de la OMS y OPS (organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud), y los procedimientos establecidos por los fabricantes de estos agentes químicos", precisaron funcionarios cubanos en esa ocasión, al hacer referencia a las fumigaciones masivas contra las plagas en la Isla.

Las lesiones generaron en 2018 una crisis diplomática entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos. Washington redujo drásticamente el personal de su Embajada en la capital cubana y acusó a La Habana de no proteger adecuadamente a sus diplomáticos en la Isla.

Por su parte, Canadá retiró en abril de 2018 a los familiares de sus diplomáticos destinados en Cuba después de que parte de su personal también reportara lesiones.

Los científicos canadienses señalaron en su estudio que, "a diferencia de los informes previos de diplomáticos estadounidenses, la mayoría de los canadienses no describieron un estímulo auditivo o sensorial agudo, direccional e inusual, sino un desarrollo gradual de síntomas debilitadores".

Lo que ninguna de las fuentes ha explicado es cómo se produjo tal efecto sobre un número reducido de personas cuando los cubanos, expuestos constantemente a las fumigaciones, deberían presentar problemas de salud de la magnitud de una epidemia.

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6 comentarios

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Visitar Cuba es un riesgo de contraer cualquier tipo de enfermedad que se cultiva en la isla . ¡Estos turistas canadienses amantes de lo barato!

Los delincuentes gringos no podran nada contra cuba

Profile picture for user Plutarco Cuero

Los canadienses haciéndose los suecos y apagandole el fuego a los Castro ... Esos "Hijos de Trudeau" consideran a Cuba su playa particular ...

Castritis aguda en estado terminal.

Profile picture for user Imposible

Pobres turistas ignorantes.

Profile picture for user Ana J. Faya

Sigan yendo a Cuba; ahí tienen.