La ministra-presidenta del Banco Central de Cuba, Marta Wilson González, habló en el programa televisivo Mesa Redonda acerca de los objetivos de la política monetaria, cambiaria y crediticia del país, pero no ofreció información concreta acerca de la cacareada unificación monetaria, lo que generó reacciones de diversos economistas.
Sobre la política monetaria, Wilson González estableció como objetivo principal lograr estabilidad en el poder adquisitivo de la moneda nacional y el equilibrio macroeconómico.
En el caso de la política cambiaria, señaló como prioridad conseguir la convertibilidad de la moneda nacional, y en el caso de la política crediticia resaltó la necesidad de estimular el papel de los créditos en el país y la diversificación de estos.
La ministra también mencionó algunos "retos" encaminados al ordenamiento monetario del país, entre los que destacó el perfeccionamiento de las herramientas técnicas para el cálculo de la liquidez necesaria para asegurar el equilibrio monetario, y el desarrollo del mercado interbancario para gestionar los desequilibrios de liquidez.
En ese sentido, se refirió además a la importancia de implementar un mercado de deuda pública, el diseño de un mercado cambiario "en la medida que el peso cubano gane en convertibilidad y respaldo", la ya adoptada eliminación del gravamen al uso del dólar estadounidense y el aumento del acceso a los créditos.
Wilson González informó también de la posible creación de un banco especializado en el fomento de la actividad agropecuaria, de la necesidad de un programa de capitalización de la banca y de la importancia de fortalecer el sistema de garantías de los créditos y de la ejecución de los mismos.
Intenciones más que medidas concretas
El economista cubano Mauricio de Miranda Parrondo señaló en un texto publicado en su Blog que "sobre el tema de los créditos se habló sobre todo de intenciones más que de medidas concretas, y sobre lo que sería necesario lograr antes de desplegar la política crediticia".
Añadió que "se hizo evidente que en estos campos no existe claridad acerca de cómo abordar los inmensos problemas que afectan tanto al sistema monetario como al sistema financiero del país, los cuales son cruciales para conducir al país a una trayectoria económica ascendente".
Por su parte, Pedro Monreal mostró preocupación respecto al "silencio ensordecedor sobre la unificación cambiaria, especialmente respecto a la continuidad de una injustificada sobrevaluación del CUP en tasa de cambio oficial de 1 CUP= 1 USD" —que no es la que se aplica a la población—, lo cual, en su opinión, si no se resuelve, "no se facilita el resto de las medidas".
En la opinión de Miranda Parrondo, el Estado cubano enfrentará un gran problema a la hora de captar recursos, pues "los niveles de ahorro son insuficientes porque los ingresos de la mayor parte de la población no alcanzan para asegurar las necesidades fundamentales de su subsistencia".
En esta situación, el economista considera que el sistema financiero cubano, al carecer de "las condiciones para desplegar suficientemente créditos de fomento que permitan el despliegue de la actividad económica doméstica" tendrá que acudir a "la inversión extranjera directa" o incrementar el "nivel de endeudamiento externo".
El endeudamiento no es la mejor opción ya que, señaló el especialista, "la deuda externa actual de Cuba es lo suficientemente nociva para la salud de las finanzas externas del país como para procurar un incremento del endeudamiento con los mercados internacionales de capital".
Por lo tanto, a Cuba solo le queda la opción de atraer capital extranjero, pero para ello "no basta la Ley 118 de 2014, sino que resulta imprescindible adoptar una posición más abierta respecto a capitales foráneos que se dirijan no solo a los grandes proyectos de la llamada 'cartera de oportunidades de inversión', definida por el Gobierno, sino también a pequeños negocios de producción de bienes y de servicios", escribió el especialista.
Pero para que la inversión extranjera se convierta en una posibilidad, es necesario facilitar los trámites, ofrecer incentivos tributarios, crear un marco legal transparente y estable, así como un sistema jurídico y de arbitraje independiente del Gobierno y permitir la libre contratación de los trabajadores, inidicó Miranda Parrondo.
Además, "resultaría muy convincente que el Gobierno cubano invitara, especialmente, a la emigración cubana a invertir en el país y a ser parte de su futuro, con todos sus derechos", lo que sería para el especialista "un golpe demoledor a las fuerzas que, dentro de la emigración, favorecen las políticas de sanciones económicas".
Les quedó bonito: "un sistema jurídico y de arbitraje independiente del Gobierno"
Ciertamente, la única opción que tiene el régimen es atraer capitales, pero resulta que en rigor eso tampoco es una opción, pues ningún inversor está dispuesto a arriesgar capital en Cuba actualmente. Por tanto, la única opción que tiene el gobierno si quiere evitar la hambruna --que ya se avizora con cierta nitidez en el horizonte--, es desmantelar el modelo centralista estalinista, liberar las fuerzas productivas y permitir de una vez la libre empresa en Cuba. No valen ya ni paños tibios, ni “reformas” solo la esfera solo de la circulación y no en la productiva, que es la concreta. Es así de simple
En serios problemas CUBAMAX Y VACUBA al permitir que algunos de sus usuarios enviaran DÓLARES a Cuba durante breves horas burlando el embargo al régimen de La Habana. Estos trámites fueron ''suspendidos de inmediato'' y pudieran ser sancionadas estas dos agencias pro-Castro en MIAMI.