La Iglesia Cristiana Reformada mantiene sus programas humanitarios en Cuba ante el avance de la pandemia de Covid-19, "no los hemos suspendidos sino que hemos tomado otras alternativas", dijo a DIARIO DE CUBA el presidente de esa denominación, Yordanys Díaz.
Aunque las ayudas comunitarias de las iglesias protestantes se mantienen a lo largo del año, en tiempos de desastre o en una pandemia como la actual cobran mayor relieve, especialmente "auxiliando a los ancianos, encamados y familias pastorales con alimentos y ayudas económicas", dijo el líder religioso.
Desde el templo que lidera, ubicado en Centro Habana, exigió a todas las iglesias de su denominación en la Isla que tomaran medidas de aislamiento social, una de las recomendaciones de la OMS para evitar la propagación del nuevo coronavirus.
En ese sentido, y al igual a otras denominaciones protestantes, como la Liga Evangélica de Cuba, "nos adelantamos al Gobierno y cerramos nuestras edificaciones y oficinas nacionales", dijo Díaz.
"Los 19 comedores, las dos casas de abuelos y el hogar de ancianos continúan funcionando, pero llevando los alimentos a los hogares de los necesitados", explicó.
En las imágenes compartidas en el perfil de Facebook de la Iglesia Cristiana Reformada se aprecia la distribución de aceite vegetal, cárnicos y productos de aseo personal.
"En algunas comunidades hemos tenido que entregar los alimentos crudos y en otros entregarles el dinero, pues hay lugares donde no hay alimentos para comprar en grandes cantidades", resaltó.
Díaz aseguró que la Iglesia Cristiana Reformada, una de las obras protestantes con más años en el país, está "actuando equitativamente en todos los lugares desde La Habana a Sancti Spíritus, que es donde tenemos nuestros templos y misiones", tanto para creyentes como no creyentes.
El propio líder religioso ha sufrido la incertidumbre de un posible contagio con Covid-19, pues estuvo ingresado por "una crisis de asma" por exceso de manipulación de cloro, y pensó que había sido infectado.
"Me preocupé mucho —recordó—, tengo tres hijos y tuve contacto con un grupo de casi 70 personas que estaban en nuestro seminario. Cuando dio negativa la prueba de coronavirus, le di muchas gracias al Señor”.
Como parte de la sociedad civil, muchos creyentes se han movilizado para producir y obsequiar nasobucos o involucrarse en el voluntariado de asistencia a personas de la tercera edad, uno de los grupos de riesgo de la enfermedad.
Estos son los verdaderos cristianos ayudando a quien mas lo necesitan Dios los bendiga
Aplausos para gesto tan noble y práctico.