Hija mía: He dormido poco y mal. No paraste de tomar de mis tetas en mi ratico de descanso. Tus despertares son, invariablemente, tan felices, que el cansancio se disipa solo (quizá en algo ayude la prolactina). Leímos un ratico, tras saludar a todos tus juguetes, que se han apoderado de tu abandonada cuna de colecho. No tienes una rutina después de este rito mañanero, y Mamá ha decidido acompañarte, más que criarte o educarte, porque siento que eres sabia.
Hoy, pediste asomarte a la ventana. Calle desierta salvo por dos transeúntes con nasobucos. Casas cerradas a cal y canto. Algunos pájaros cantando. Al final, sobre la mar, el cachito de mar que han dejado los altos edificios, y antes del horizonte, una larga nube gris.
Es el smoke, te dije, señalando la marca más visible de la contaminación del aire, que hoy se veía más que de costumbre al amanecer. Tú balbuceabas algo sobre la mar. Yo preferí hablarte de peces, de viajes en barcos, de la playa a la que iremos cuando todo esto pase; cantarte algo, todo lo desafinada y ronca que soy acabada de despertar. Nada disipa la nube que está ahora en mi cabeza. Hice una foto que no sé si publicar. Me dan cierta vergüenza mis fotos. Creo que lo haré solo para que te rías cuando crezcas.
Tomaste muy poquito de tu desayuno: leche con cereal, de esos que tienen azúcar. Mamá sabe que vienes de una isla que por siglos produjo azúcar de caña. Aunque sé que tienes que hacer honor a tus raíces, hubiera querido que no te enfrentaras a esta droga hasta los dos años. Pero me ha sido imposible en medio de tanta carencia.
Debo confesarte que comes de todo, incluso lo que no está en la cultura alimentaria de los bebés aquí: rúcula, lechuga rizada, espinacas, brócolis y una larga lista de vegetales y frutas exóticas que pago carísimas y bajo protesta pública en uno de los agromercados para personas ricas de La Habana. A veces, me hacen precio. Creo porque voy contigo en el fular, como una cangura. No porque me presten atención. Pero no hay quien te haga repetir una comida dos días seguidos ni cambiando su forma ni camuflajeando su sabor. Tú reconoces el contenido. Y algo logró acopiar para nosotras tío Frank, con su pierna coja, pobre. Yo hago que dure.
En fin, que jugamos hasta las 11:00 AM (con algunas interrupciones de Mamá, cuando te ponías en modo independiente, para coordinar el trabajo de la semana) en que me dispuse a buscar en internet la transmisión en vivo del ministro de Salud Pública de Cuba sobre el avance del Covid-19.
No lo encontré en el sitio oficial del Gobierno para estos asuntos. Y el oficialista Granma y otras páginas nacionales, como Cubadebate me cargan demasiado lento. Ya ni las abro. Así que presta me fui a Facebook a pedir información.
Hace años que no tenemos televisor, por mi salud mental. Mamá no suele ser sarcástica. Pero lo fui. Escribí: "¿Podrían contarme detalles de la dimisión del ministro de Salud de Cuba? Nadie transmite por aquí en directo, parece..."
Vengo pidiendo la renuncia del titular cubano por no prever la crisis, por permitir que Cuba fuera promocionada como destino seguro para turistas, por la falta de transparencia, por no decretar la emergencia sanitaria que ya está... Pero en Cuba no se renuncia. No los funcionarios públicos. No a esos niveles.
Pocas personas entendieron la ironía. Las que sí, me guiaron —para mi asombro— hasta la Fanpage del MINSAP, en Facebook. No daba crédito, hija, que una institución seria transmitiera en un espacio que puede ser bloqueado hasta por un algoritmo, teniendo la posibilidad de hacerlo desde su sitio oficial. Pero no me distraigo.
Entre las que no entendieron hay un escritor al que respeto, dos periodistas mucho más mayores que yo, y una defectóloga devenida funcionaria de un Fondo de Bienes Culturales. Ella me llamó "berraca", que solo en Cuba es mal calificativo: tonta, grosera, soez, según la Real Academia. Me entristecen sus dos profesiones y su género.
En resumen, hoy se borraron 11 personas de mi amistad en Facebook: un récord. Y yo sigo pensando que el ministro debe dimitir, más después de escucharlo hoy, en otro de los actos de desmemoria de un país que en su misma voz pasó, en 24 horas, de la emergencia a la pre-emergencia.
Por suerte, siempre estás tú, Nina. ¿Jugamos? ¿Quieres que sea tu caballito? ¿Me dibujarás la cara, como una payasita? Almorzamos juntas. Te acompaño en tu merienda, tu cenita, la tetica que adormece. ¡Es tan rico ser tu mami!, te digo, y pones tu manito en mi mejilla para darme una caricia cada vez menos torpe. Ahora solo espero que amanezca para verte sonreír y abrazar a tus juguetes, que duermen al lado tuyo, mientras Mamá te escribe desde este encierro.
Después de las elecciones acá me quite del Facebook al descubrir que fue un vehiculo de propaganda que los rusos utilizaron para hacer piedra la candidata por los demócratas. MMR aquí en este espacio tendrá muchos más fans que en el Facebook.
Bueno, no solo tiene que dimitir el ministro de salud; tienen que dimitir todos los ministros, consejo de estado, politburo, y por ahi pa abajo. Son una caterva de ineptos.
Marta parece que vive en un buen barrio de la habana. Desde su ventana no se ven derrumbes.
A lo mejor me anoto como su amigo en fb.
El Vedado, al fondo se ve el Hotel Presidente.
No se engañe en Cuba no hay buen barrio.
Once se borraron y uno que te va a pedir de amigo por FB