Tres hombres armados y cubiertos con pasamontañas irrumpieron la noche del domingo en un albergue de Ciudad Juárez para golpear y robar documentos migratorios, celulares, dinero e incluso ropa y artículos de limpieza a los emigrantes que buscan asilo político en EEUU, reportó El Diario de México.
"Mata a uno, mata a uno para que vean que esto es de verdad", gritaba uno de los asaltantes a sus compañeros mientras los golpeaban y les apuntaban con las armas, relató un cubano de 30 años de edad, quien después de esperar cuatro meses para cruzar la frontera de manera legal, fue retornado por el Gobierno de Donald Trump hace una semana como parte del programa Permanecer en México del Protocolo de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés).
Enrique, que no es su nombre real, recordó lo sucedido la noche del domingo que describió como "los minutos más estresantes" de su vida, al ver que los encapuchados golpeaban y le apuntaban con el arma a su papá, con quien salió hace un año y medio de Cuba en busca de una mejor vida.
Según precisó el medio mexicano, el asalto ocurrió aproximadamente a las 8:30PM, en un albergue ubicado en el poniente de la ciudad, donde actualmente viven 52 ciudadanos de la Isla, pero unos 14 de ellos se encontraban fuera del lugar. El pastor Rodolfo Barraza había salido a comprar cena para algunos de ellos.
Enrique repartía los kits de aseo personal, cuando los tres asaltantes llegaron caminando hacia ellos y sacaron sus armas: dos cortas y una larga. Tres de sus compañeros estaban sentados en una de las puertas.
"Uno de ellos entra corriendo y nos grita: 'corran', 'corran'. Pero a los otros dos, los hombres lograron alcanzarlos y los tumbaron al llegar a la puerta. Entonces ellos trataron de esconderse debajo de las literas, pero los sacaron, los arrastraron y comenzaron a darles golpes, les dieron con las armas en la cabeza, les dieron patadas, a uno le dieron varias veces en una pierna, intentando quizás quebrarle la pierna", relató.
Los asaltantes continuaron por el resto de las habitaciones donde Enrique repartía los kits de aseo, pero al salir del baño, su papá, de 50 años de edad, se topó de frente con uno de ellos, quien le apuntó con el arma y luego lo golpeó en la cara, por lo que cayó al suelo, añadió el diario.
Lo primero que hizo Enrique, según añadió, fue abrazar a dos niñas y correr con ellas hasta el área de mujeres, mientras ellas le preguntaban "si se iban a morir".
"Las llevé al cuarto de mujeres, apagué la luz y las escondí debajo de las literas; ahí me quedé con ellas, siempre tratando de calmarlas y fue cuando llamé a la Policía", declaró.
"Empezaron a pedir dinero, apuntándole y dándole golpes a todo el que se topaban… había una parte (de los migrantes) en los cubículos y otra en el patio", desde donde se alcanzan a ver los edificios de EEUU, describió.
Algunos de los que estaban en el patio cuando el primer migrante ingresó pidiéndoles que corrieran, alcanzaron a brincar las bardas y fueron apoyados por los vecinos, quienes les permitieron resguardarse en sus viviendas.
Los que quedaron dentro del albergue fueron golpeados y asaltados, sin embargo, los hombres se llevaron todo lo que pudieron de las habitaciones. Además de las carteras y celulares, se robaron las mochilas que estaban junto a las camas, ropa e incluso los kits de limpieza que acababa de repartirles Enrique.
Ocho de los emigrantes fueron golpeados; tres de ellos fueron trasladados en una ambulancia a un hospital de la ciudad para descartar alguna fractura. Debido a que solo fueron lesiones leves fueron dados de alta la misma noche del domingo.
Los emigrantes reconocieron que lo que más les preocupaba son sus identificaciones personales y documentos migratorios de Cuba, México y EEUU. Al menos 14 de los asaltados se quedaron sin ningún documento.
"En ese momento yo pensé que estaba viviendo los últimos segundos de mi vida", confesó el cubano, quien hace unos 25 días había sido asaltado con una pistola en el centro de la ciudad cuando iba a trabajar.
Para algunos emigrantes el atraco demoró dos a tres minutos, mientras que otros estiman que fueron unos diez.
Enrique perdió la noción del tiempo, pero recordó que lo que más decían los atacantes era "mata a uno, mata a uno para que vean que esto es de verdad; tienes que matar uno, tienes que matar uno para que respeten y vean que esto es de verdad", además de insultos como "pinche cabrón".
El lunes, el pastor Barraza acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) con un primer grupo de ocho migrantes para que denunciaran, acompañados de una abogada del Consejo Estatal de Población y Atención a Migrantes (COESPO), mientras otro personal de la misma dependencia y abogadas de Desarrollo Social daban atención emocional al resto de los cubanos en el albergue, precisó el reporte de El Diario.
"Esto es algo muy delicado, de algunos se llevaron todo, carteras, sus documentos oficiales, pasaportes, algunos son MPP (retornados de EEUU con una cita ante la Corte)… fue una experiencia muy fea, nadie podía dormir, a las 4:00AM la gente estaba en shock; algunos únicamente se asomaban por la ventaba para estar seguros de que la patrulla que estaba afuera no se hubiera ido", dijo el pastor.
Barraza aseguró que la misma noche se tuvo respuesta inmediata por parte de Seguridad Pública Municipal, paramédicos, Derechos Humanos del municipio, COESPO y el lunes tuvo apoyo del Instituto Nacional de Migración (INAMI).
Enrique aseguró haber sido víctima de discriminación en las calles de la ciudad. Por eso pidió el apoyo de la Policía municipal para dar mayor seguridad a los albergues, y recordó a los juarenses que los emigrantes salieron de su país para trabajar.
Actualmente hay más de 6.400 emigrantes registrados ante COESPO, esperando en Ciudad Juárez su turno de cruzar a EEUU, mientras que 13.292 han sido retornados por el Gobierno de Trump para que esperen allí su proceso de asilo político.