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Turismo

También el turismo europeo se derrumba en Cuba

No son halagüeñas las cifras que ofrecen al cierre del primer semestre del año las hoteleras españolas.

Madrid
Playa de Varadero.
Playa de Varadero. EXCELENCIAS

No solamente la disminución drástica del arribo de turistas estadounidenses, tras las nuevas sanciones de la Administración Trump, ha afectado el negocio turístico en Cuba, pues la evolución del turismo europeo no muestra mejores resultados.

A juzgar por las cifras que ofrecen el cierre del primer semestre del año las hoteleras españolas, la llegada a la Isla de visitantes europeos ha caído un 8,8%.

La invasión del alga marina sargazo no es el único problema al que se enfrentan las grandes hoteleras españolas con presencia en el Caribe. Meliá ha perdido fuelle en México, República Dominicana o Cuba; Barceló ha visto cómo sus niveles de ocupación se resienten; Iberostar está preocupada por el mercado estadounidense; y Riu admite un impacto en las reservas de los argentinos, entre otras nacionalidades, indicó el diario español El Confidencial.

Los ingresos por habitación de Meliá, uno de los indicadores más fiables para medir el desempeño de una cadena hotelera muestran que sus hoteles en Cuba sufrieron un descenso del 10,6%, similar al de República Dominicana (-10,7%) o México (-5,6%).

Los factores que han influido en estos dos últimos mercados no son tan evidentes como los de Cuba, donde "el empeoramiento de las relaciones con el Gobierno de Estados Unidos", según la empresa, y el veto de Donald Trump a los cruceros de turistas norteamericanos han pesado en las cuentas.

"Nos hemos visto afectados por preocupaciones socioeconómicas y políticas, problemas de sargazo, reformas de algunos hoteles o incluso por campañas de desprestigio que crearon ruido entre visitantes, reduciendo consecuentemente la demanda", explicó el CEO y vicepresidente de Meliá, Gabriel Escarrer, en el informe semestral de resultados. En su balance de problemas hizo referencia a las muertes de turistas norteamericanos "por diversas causas" en Punta Cana, y destacó el aumento de la inseguridad en México.

Meliá cuenta con 63 hoteles en el Caribe, distribuidos en Jamaica (uno), Bahamas (uno), Cuba (36), México (12), República Dominicana (12) y Panamá (uno).

Por su parte, Barceló opera 45 establecimientos en República Dominicana (nueve), Cuba (tres), El Salvador (uno), Costa Rica (cuatro), México (26) y Aruba (dos), y reconoce que la ocupación ha bajado en los cinco primeros meses del año. "No se ha trasladado a las cuentas de la compañía porque el tipo de cambio del dólar nos benefició en esos momentos", matizaron fuentes de la cadena codirigida por Simon Pedro Barceló.

La plaga del sargazo, una macroalga de olor nauseabundo que puede duplicar su tamaño en menos de 20 días, ha provocado cancelaciones de última hora y cambios de destino en los hoteles de México. Tampoco ayuda la "alarma injustificada" que se desató con las muertes de estadounidenses en República Dominicana, añadieron desde Barceló, no sin antes citar el pinchazo del mercado alemán debido a la incertidumbre económica. 

Al contrario de lo que se temía, el Brexit todavía no ha impactado en el turismo caribeño. Sí ha influido la ola de calor europea, que ha hecho que muchos turistas opten por quedarse en su país (fenómeno denominado staycation) al no tener la necesidad de huir del frío o la lluvia.

Ese factor, unido al retroceso de la economía en Alemania y a la recuperación de mercados competidores como Túnez o Turquía, también ha pasado factura a los hoteles españoles situados en Baleares y Canarias.

Según la cadena hotelera Riu, algunos mercados como el argentino se han mostrado especialmente sensibles a la aparición del alga marina en las playas. "Viajar al Caribe supone un viaje de larga distancia y coste elevado, así que el sargazo ha supuesto un descenso en las reservas".

La mayoría de los 27 hoteles de RIU en el Caribe se concentran en México, por delante de Aruba, República Dominicana, Jamaica y Bahamas. El perfil de cliente es estadounidense, canadiense, británico o latinoamericano, y la dependencia de la turoperación asciende al 75% en su caso.

Iberostar también destacó el mal comportamiento del mercado argentino, pero lo vinculó a las turbulencias económicas en ese país. "Es cierto que está costando más atraer sobre todo a los clientes estadounidenses hacia México o República Dominicana (...) La vulnerabilidad del turismo es muy alta y está afectando al volumen de reservas de manera global", aclararon fuentes de la compañía.

Eso sin contar con el notable incremento de la capacidad hotelera en el Caribe. La cadena con sede en Palma de Mallorca cuenta con 41 hoteles en las playas caribeñas, en destinos como Cuba (21), México (11), República Dominicana (seis) o Jamaica (tres).

Incluso Playa Hotels & Resorts, operador de hoteles de lujo de la mano de grandes marcas como Hyatt o Hilton, ha sufrido una caída de ingresos por habitación en República Dominicana (-15,4%), México (-8,6%) o Jamaica (-8,3%) en los primeros seis meses del año.

La llegada de turistas al Caribe en 2018 descendió hasta los 29,9 millones de personas (-2,3%), con especial incidencia en el mercado estadounidense (-6,3%). Lo mismo sucedió con el gasto (-1%) y la ocupación, que se quedó en un 65% en 2018 frente al 66% del año anterior, pese a la menor actividad de huracanes en la región.

No obstante, los ingresos por habitación se sostuvieron gracias al aumento de los precios, según los datos de la patronal Caribbean Hotel & Tourism Association.

Pero esos precios altos tienen los días contados, como advirtieron desde la industria hotelera. Todo sea por recuperar la demanda perdida y convertir al Caribe en un destino más atractivo frente a sus competidores. 

Algunas hoteleras españolas han optado por salir de mercados como Puerto Rico. Es el caso de Meliá, que ha vendido su único establecimiento en el país (hoy rebautizado como The Resort at Coco Beach), a Hyatt Affiliated Hotel por un importe de 64 millones de euros. Según la cadena balear, se trata de una mera desinversión de activo no estratégico para avanzar hacia un modelo basado en los contratos de gestión hotelera.

Caso distinto es el de Globalia, decidida a duplicar el número de hoteles bajo la marca Be Live en destinos como Panamá, Cartagena, Lima, Buenos Aires, Iguazú o Asunción, aprovechando que su aerolínea Air Europa ya vuela a todos ellos.

Pero entretanto ha tenido que lidiar con su desembarco fallido en Cancún (México), donde abandonará la gestión del alojamiento de cinco estrellas que había firmado el año pasado. El dueño del hotel no cumple con las expectativas de la empresa capitaneada por Javier Hidalgo porque no invirtió la cantidad que había comprometido. 

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