Back to top
Sociedad

El cubano que quiso estafar a ISIS

¿Aprendiz de terrorista o mitómano? Esta es la historia de Raúl Gutiérrez Sánchez, deportado a la Isla desde Colombia.

Turbo

Durante cuatro meses siguieron a Raúl Gutiérrez Sánchez los organismos de inteligencia de España, Colombia y Estados Unidos. La investigación resultante, recolectada en 14 discos compactos, contiene las conversaciones del cubano por Telegram y WhatsApp con supuestos terroristas que le enseñaban cómo fabricar una bomba con una olla a presión, clavos y tuercas.

Desde el cuarto de una pensión colombiana de mala muerte, pagada por su exesposa, González Sánchez envió a un terrorista de ISIS el siguiente mensaje la noche del 2 de febrero de 2018: "Necesito 200 dólares para el atentado contra los perros gringos. Todo está programado para el 13 de marzo". Terminaba diciendo que Alá lo iba "a recibir en el paraíso". Con lo que no contaba era con que el supuesto terrorista era en realidad un agente del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés).

DIARIO DE CUBA tuvo acceso al material probatorio recolectado por los organismos de inteligencia. En él, están las conversaciones entre un presunto líder de ISIS, de nombre Makin Muhanndad, y el cubano.

Makin Muhanndad: En concreto, ¿cómo piensas atacar y cuántos embajadores van a estar en el restaurante?

Raúl Gutiérrez: Más de 29. Van a almorzar a la happy hour.

Makin Muhanndad: ¿Cómo se llama el pub y cómo vas a atacar? ¿Te piensas sacrificar?

Raúl Gutiérrez: Si toca, toca; si logro salir, bien. Pedí trabajo como lavaplatos.

En otra conversación, el 17 de febrero de 2018, el supuesto Makin Muhanndad insistió al cubano en que el ataque debía ser realizado en nombre del Estado Islámico, como han hecho otros terroristas en el mundo.

C4, dinamita, pistola y emigrantes

Makin preguntó al cubano si el Ejército de Liberación Nacional (ELN) colombiano le había conseguido C4, a lo que Gutiérrez Sánchez respondió: "Sí, ellos también venden artefactos armados, también listos para su uso, pero para todo se necesita plata".

Más adelante, Raúl Gutiérrez le confirmó a Makin haber comprado cuatro kilos de C4, seis de dinamita y una pistola. Para dejar constancia, mandó fotos. El supuesto terrorista le respondió con un vídeo en el cual se explica cómo armar un detonador con control remoto para C4.

En su afán de conseguir dinero, Gutiérrez Sánchez contactó con otro supuesto terrorista de ISIS, de nombre Zyad Tawhid, a quien le solicitó ayuda para hacer un atentado contra la embajada de Estados Unidos, pero le dijo que su idea inicial era atentar contra la embajada de Cuba en Colombia.

"¿Por qué esa embajada?", le preguntó Tawhid. "Porque son los que más odio y porque le han hecho mucho daño a los hermanos musulmanes, pero los atentados podrían ser dos", contestó el cubano.

Zyad Tawhid: ¿Pero quieres hacer un acto de mártir?

Raúl Gutiérrez: Quiero secuestrar y que la tele vaya, así proclamar en público el nombre de Alá. Primero quería atacar la embajada cubana, podrían ser dos. La embajada de Estados Unidos opera de 8 a 11, el restaurante abre a las 2.

Zyad Tawhid: Hermano, ¿comprendes los métodos sobre explosivos y el manejo de estos? Anda, dime tu nombre y a ver si en par de días te soluciono.

Raúl Gutiérrez: Si todo sale, cruzo a Argentina a hablar con Makin.

En su deseo de recibir los 200 dólares, el cubano acabó revelando a los supuestos terroristas sus datos personales: nombre, número de pasaporte y dirección de residencia.

Pero según las investigaciones, los intentos de estafa de Raúl Gutiérrez no solo se limitaron a los supuestos terroristas, sino que también alcanzaron a una red encargada de mover emigrantes irregulares por Sur y Centroamérica.

El cubano dijo tener contactos en Necoclí, Colombia, para ayudar a emigrantes a cruzar a Panamá por la ruta marítima, y desde allí continuar hacia el norte.

Los organismos de inteligencia colombiana encontraron conversaciones de Gutiérrez Sánchez con un traficante residente en Chile para coordinar el traslado de cubanos desde Perú.

Según lo dialogado, se le cobraría a cada emigrante entre 2.500 y 3.000 dólares por llevarlos hasta Panamá.

La mañana del 12 marzo, un día antes de la fecha programada para el atentado contra un reconocido restaurante de Bogotá frecuentado por funcionarios de la embajada estadounidense, Gutiérrez Sánchez fue detenido por agentes de la Sección de Policía Judicial e Investigaciones (SIJIN) de Colombia en la ciudad de Pereira.

Para su captura, se montó un fuerte operativo antiterrorista: la Policía colombiana desplegó equipos para desactivar bombas y perros antiexplosivos. Varias cuadras fueron acordonadas por decenas de efectivos.

Cambio de versión

Después de dos meses detenido en la cárcel La Picota de Bogotá, un reconocido delincuente con quien tejió una amistad entre barrotes recomendó a Gutiérrez Sánchez cambiar su declaración y decir que su intención era atentar contra Gustavo Petro, candidato a la presidencia de Colombia por la izquierda, y contra el líder del ahora partido político FARC, Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko.

En entrevista con Vicky Dávila, de la W Radio, el cubano negó pertenecer a ISIS y aseguró que el atentado contra Timochenko iba a ser ejecutado por dos paramilitares —a los que llamó "hermanos"—, pero se frustró. Con respecto a Gustavo Petro, dijo haber recibido su perfil, pero añadió que la detención le impidió hacerle seguimiento e inteligencia.

Además, expresó que los atentados iban a ser patrocinados por exiliados cubanos de extrema derecha residentes en Miami y España.

Gutiérrez Sánchez le aseguró a la periodista colombiana ser parte del grupo de extrema derecha MJ51. "Movimiento Justiciero 51 es mi grupo. Es de extrema derecha. No pertenezco al Estado Islámico. No iba a atentar contra gente de Estados Unidos. Iba a atentar contra la embajada cubana", dijo.

Con respecto a los atentados a las personalidades colombianas, el cubano declaró: "Me arrepiento de no haber cumplido mi misión. Los atentados contra Gustavo Petro y Rodrigo Londoño siguen en pie".

Al ser consultado sobre ciertos miembros del Estado Islámico y los atentados contra la embajada de Estados Unidos, el cubano dijo haber recibido órdenes desde Movimiento Justiciero 51 para hacerse pasar por yihadista y sacar dinero a los terroristas, pero afirmó que su causa real era luchar contra la extrema izquierda.

Un mar de contradicciones

Para Carlos Arturo Toro López, reconocido abogado penalista colombiano, Gutiérrez Sánchez "es un mar de contradicciones y un mitómano".

Toro López logró la absolución del cubano en una defensa que duró más de un año y por la cual no cobró un céntimo.

El abogado dijo que su defendido repetía la frase "'combatir el nuevo orden mundial', como un loro mojado, sin entender el verdadero significado".

Explicó que tomó la decisión de defender a Raúl Gutiérrez porque comprendió que por sus mentiras iba a ser condenado a 60 años de prisión.

Si existieran "evidencias contundentes" de que iba a atentar contra la embajada de Estados Unidos, Gutiérrez Sánchez "hace rato estaría en Guantánamo pagando cadena perpetua", dijo.

El abogado basó la defesa del cubano, en el principio de que "solo pensar en cometer un delito, no convierte a nadie en un delincuente".

"A Raúl no se le pudo comprobar ningún vínculo con grupo terrorista alguno, no se le encontraron armas ni explosivos. Quiso estafar a ISIS y el tiro le salió por la culata", señaló. "Es un vividor, un estafador, él mismo lo reconoció ante el juez".

DIARIO DE CUBA logró hablar con Raúl Gutiérrez poco antes de que fuera deportado a Cuba por las autoridades colombianas.

Vistiendo una camiseta con la imagen del Che, dijo ser un revolucionario hasta el tuétano.

El 29 de mayo, ya en la Isla, el cubano le comunicó a su abogado en Colombia encontrarse bien y tranquilo, en compañía de sus padres.

Sobre Raúl Gutiérrez, Manuel José Morales, profesor titular de la Universidad de Antioquia y doctor en Lingüística, Ciencia Cognitiva y Lenguaje, declaró: "Lo poco que se podría decir, a partir de lo publicado por algunos medios, es que se trata de una persona con dificultades mentales para ubicarse en el mundo".

En su última audiencia, de alegatos de conclusión, Gutiérrez Sánchez pidió la palabra y aseguró ser inocente.

"Soy un tonto, sin falta de oficio, una persona trastornada por su situación personal, con carencias y pérdidas emocionales, afectado por el destierro, por el abandono de mi mujer, la pérdida de mi familia, por una sociedad moderna que se ocupa de esclavizarlo a uno más, no se ocupa del ser humano como tal, trastornada por el veneno de internet", dijo, según la prensa. "En realidad, soy una persona patética".

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.