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Política

Dimite Buteflika en Argelia: ¿qué pasará con los médicos y petróleo cubanos?

La Habana pierde a uno de 'sus pocos aliados dispuesto a pagar servicios médicos y de educación por petróleo', opina un experto.

Argel

El presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, presentó este martes su dimisión tras seis semanas de protestas masivas en la calle y en medio de un pulso entre el jefe del Ejército, general Ahmed Gaïd Salah, y el círculo que poder que protegía y manejaba al enfermo mandatario.

En caso de que el Consejo Constitucional, como se espera, acepte la renuncia, se abrirá en Argelia un periodo de transición complejo e inédito tutelado por el presidente del Senado, Abdelkader Bensalah, y gestionado por el exministro de Interior Nouredin Bedaui, confirmado el martes como primer ministro, reporta EFE.

La dimisión del mandatario ha sorprendido, pues ocurre apenas 24 horas después de la publicación de un comunicado de la Presidencia en la que se anunciaba que Buteflika, de 82 años y enfermo de gravedad desde 2013, renunciaría antes del 28 de abril, fecha en la que expiraba su mandato.

Antes, el presidente debe aplicar "medidas destinadas a garantizar la continuidad del funcionamiento de las instituciones estatales durante el período de transición que se abrirá en la fecha en que decida renunciar", argumentó  la nota.

Unas "medidas" que al parecer se han acelerado una vez que este miércoles decenas de estudiantes volvieron a salir a la calles para exigir la caída del presidente y de su "círculo mafioso", y los líderes sociales advirtieran que las movilizaciones continuarían el próximo viernes.

En una declaración pública, general Ahmed Gaïd Salah insistió en "la necesidad de resolver esta crisis en la mayor brevedad posible, ya que las soluciones a esta problemática existen, siempre que se inscriban en el marco constitucional".

La cuestión a resolver ahora es si la maniobra política de Gaïd Salah y su círculo, que parece un golpe de Estado incruento, servirá para atemperar la masivas protestas populares que desde el pasado 22 de febrero sacuden todo el país.

En un principio los manifestantes exigían que el mandatario, que llevaba veinte años en el poder, renunciara a ser reelegido para un quinto mandato consecutivo en las elecciones presidenciales previstas para el 18 de abril.

Tras semanas de conflicto, y en un intento por calmar las manifestaciones, la Presidencia emitió un comunicado en el que el mandatario renunciaba a la candidatura, se aplazaban los comicios y se abría un periodo de transición tutelado por el citado exministro de Interior, sin fecha fija.

La maniobra no logró su objetivo. Empoderada, la calle pidió más: calificó la decisión de argucia, se negó a negociar con el primer ministro la composición del Ejecutivo de concertación nacional y redobló las manifestaciones para exigir la caída del círculo de poder que gobierna entre bambalinas.

Con la población cada vez más decidida y enardecía, con gritos contra el propio general, Gaïd Salah decidió la semana pasada pasar a la ofensiva y poner en marcha el golpe que ahora le ha convertido en el hombre más influyente del país.

Incertidumbre para el Gobierno cubano

Con el fin del largo periodo de dominio de Buteflika, viejo aliado del régimen cubano, La Habana enfrenta otra amenaza a sus exportaciones de servicios de salud a cambio de petróleo y dinero, en momentos en que se iniciaba un nuevo acuerdo para mitigar la disminución del apoyo de Venezuela.

El país del norte de África es un importante productor de petróleo y gas y ha sido amigo del Gobierno de Cuba desde que el difunto dictador Fidel Castro envió médicos y tropas allí a principios de la década de 1960, cuando se liberó del yugo de París.

El régimen de La Habana ha visto cómo sus ingresos en divisas y las importaciones de combustible en términos preferenciales provenientes de su más cercano aliado, Venezuela, caen constantemente desde 2014, lo que lleva al estancamiento, medidas de austeridad, la escasez y los pagos atrasados ​​a socios extranjeros.

El último golpe a la economía de Cuba se produjo en diciembre, cuando se canceló un acuerdo anual de 300.000.000 de dólares para enviar médicos a Brasil, luego de que el presidente Jair Bolsonaro asumiera el cargo, y en medio del recrudecimiento de las amenazas y sanciones del presidente de EEUU, Donald Trump, contra Venezuela y Cuba.

El Gobierno cubano comenzó a importar petróleo de Rusia y Argelia en 2017 para compensar el déficit venezolano.

"Cuba podría perder a uno de sus pocos aliados políticos capaces de producir y exportar crudo y dispuesto a entrar en un acuerdo de trueque de servicios médicos y de educación por petróleo", dijo Jorge Piñón, director del Programa de Energía para América Latina y el Caribe de Universidad de Texas en Austin.

En 2017 y nuevamente en 2018, el Gobierno cubano importó 2.100.000 barriles de petróleo crudo de Argelia, donde trabajan hasta 1.000 profesionales de la salud y otros.

La Habana dijo que el comercio bilateral en 2017 fue de 295 millones de dólares, exclusivamente en importaciones.

Según Reuters, se cree que un acuerdo 2019-2021 aumenta la cantidad de petróleo que Argel envía a Cuba, al menos parcialmente, a cambio de un aumento de los servicios de salud y asistencia técnica.

Aunque se mantuvo en secreto, la oficial Prensa Latina calificó el nuevo acuerdo firmado el año pasado como "uno de los más importantes entre los dos países en los últimos tiempos" y dijo que Cuba enviaría más médicos a Argelia.

En la nueva coyuntura política en Argelia, habrá que ver qué sucede con los acuerdos entre ambos gobiernos.

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