El bar-restaurante Zona VIP, ubicado en una céntrica esquina de Alamar, Habana del Este, cerró sus puertas para siempre; no por voluntad de su propietaria, la cubana repatriada Zorabel López Arévalo, sino porque —según cuenta— así lo han querido las autoridades municipales.
"Responsabilizo al jefe de sector (de la Policía), Frank Ernesto Guerrero Ramírez, quien acudió al presidente del gobierno (municipal), Víctor Manuel Calas Pérez, para que me cerrara el local", dice Zorabel López, refiriéndose al inmueble que su negocio ocupaba hasta hace solo unos días, arrendado a la estatal Empresa de Servicios por un plazo de diez años, de los cuales solo se cumplieron tres.
Esta emprendedora considera "arbitraria" la medida y afirma que se debe al "abuso de poder" del jefe de sector, quien —asegura— tenía "intenciones sexuales" hacia ella.
"Empezó a asediarme. Tengo testigos suficientes", asevera Zorabel López. Agrega que, al ver sus intenciones frustradas, el policía acudió al gobierno municipal y pidió una inspección de la Dirección Integral de Servicios (DIS) al establecimiento.
"Se acercó aquí a las 2:35 de la mañana con dos inspectores de la DIS y en muy mala forma, queriendo entrar al local. Yo no los dejé entrar al área restringida de la cocina y del almacén, y supuestamente me empezaron a inspeccionar", relata.
Como resultado, a Zorabel López le fueron retiradas 272 cajas de cerveza por presuntamente carecer de los vales de compra de las mismas. Los funcionarios le quitaron además la licencia de "cuentapropista" por tener supuestamente a dos trabajadores ilegales y haberse excedido en el horario de cierre por 35 minutos.
"No tenía los vales de compra porque estaban en casa de la económica, que tenía una niña enferma y no me los pudo traer en el momento adecuado", explica la afectada. Sostiene que los dos trabajadores habían dejado los carnets en sus domicilios.
Pero "automáticamente me retiraron la licencia y también la cerveza. He escrito a Atención a la población, a la Fiscalía General, a la Fiscalía Militar, a la Fiscalía Provincial y he nombrado dos abogados, pero todo en vano: me acusaron de 'acaparamiento' y 'especulación'".
"También me aseguraron con una medida cautelar: reclusión domiciliaria". Según Zorabel López, a partir de ese momento comenzó el proceso de la reclamación por la cerveza incautada y la reapertura de su negocio.
Mientras el tema de la cerveza ha quedado inconcluso, las autoridades retiraron la acusación de "acaparamiento", pero impusieron otra: "infracción a las normas del consumidor".
"Para ellos toda la cerveza estaba supuestamente en mal estado; pero yo no la fabriqué, sino que la compré en diferentes tiendas, en días distintos y varios municipios. Tengo los vales. Ahora dicen que hay que 'arrojarla'".
La cuentapropista solicitó estar presente cuando las autoridades botaran la cerveza, pero la petición le fue denegada.
No es la primera vez que Zorabel López pierde un negocio. En 2013 le cerraran un cine 3D a solo un mes de inaugurado.
"En aquel entonces perdí una cifra abismal, 24.000 dólares. Tuve que vender mi carro para sobrevivir, y aun así continué adelante", dice entre sollozos.
Para diciembre de 2018, el Zona VIP era uno de los establecimientos nocturnos más conocidos de Alamar, barrio en el que escasean este tipo de atracciones y cuya población supera los 90.000 habitantes.
"A veces el destino te pone estas situaciones para que te des cuenta de que estás en un país frustrado, donde no hay derecho a la humanidad, como ciudadano, como trabajador, ni como empleador", lamenta Zorabel López.
"Yo tenía 30 familias con niños pequeños que dependían de este negocio; entre ellos cuatro trabajadores jubilados y mujeres con hijos", expresa.
La emprendedora se consideraba una persona integrada a la comunidad. Colaboraba en actividades gratuitas que involucraban a grupos como La Colmenita, de cierre e inicio del verano, etc. Asimismo, asegura haber cooperado con el propio órgano que hoy la deja sin negocio, prestando cámaras de seguridad de su instalación.
"Dice el presidente del gobierno (municipal) que este es un negocio que representa un peligro para la sociedad de Alamar; pero aquí no han descubierto drogas, ni prostitución. Tal vez el error ha sido regresar a este país y ser una mujer atractiva", se lamenta la joven, quien prefiere no especificar el monto exacto del perjuicio económico que ha sufrido, aunque afirma que supera lo perdido por el cierre del cine 3D.
El local será posiblemente ocupado por mesas de venta en las que se comercializan productos traídos por las "mulas" de países como Panamá, Rusia, Ecuador y Guyana, según refirió la emprendedora.
Zorabel López ve perdido el proyecto de su vida por lo que considera la arbitrariedad de dos personas, queda con una enorme deuda a pagar y, de momento, no encuentra el camino de vuelta al país desde el cual —dice— nunca debió regresar.