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Emigración

'La Pequeña Habana' es una playa: más de 600 cubanos varados en una localidad colombiana

Los habitantes de Capurganá les han cerrado el paso y la situación amenaza con convertirse en crisis.

Turbo

Durmiendo en carpas y a punto de quedarse sin un centavo están más de 600 cubanos en el puerto colombiano de Necoclí, en la región colombiana de Urabá. Algunos se encuentran allí desde el pasado 12 marzo, día en que la localidad de Capurganá, fronteriza con Panamá, decidió prohibir el paso a emigrantes irregulares.

Ante tal concentración, algunos llaman al lugar "La Pequeña Habana". Y cada día arriban más emigrantes, lo que amenaza con generar en una crisis como la ocurrida en Turbo en 2016.

"Por la mañana llegaron dos guaguas con 70 cubanos y por la noche llegaron otras 15 personas", dijo el viernes a DIARIO DE CUBA Niurka González Osorio, de 32 años.

Esta cubana inició su recorrido hace cuatro meses en Guyana. Con su hijo de tres años y su esposo atravesó la selva de cuatro países. La familia ingresó a Colombia desde Ecuador, por el puente internacional de Rumichaca. Durante la travesía por Colombia, aseguró la cubana, siempre recibieron un trato digno por parte de las autoridades migratorias.

"Fuimos con temor y preparados a pagar por el salvoconducto a la Oficina de Migración Colombia, pero solo nos tomó medio día adquirirlo y sin ningún costo. Eso sí, revisaron nuestros antecedentes penales en las bases de datos de la Interpol y otras antes de darnos el documento", relató.

Ya en Medellín, la familia compró dos boletos para Necoclí por un valor de 46 dólares. Por el niño no les cobraron.

Según Niurka, el viaje hasta la localidad turística y de pescadores fue tranquilo. Pero al llegar se encontraron con la noticia de que no podrían continuar.

"La Pequeña Habana"

Para ahorrar el dinero que les queda, los cubanos se han dividido en grupos de 40 o 50. Cada uno aporta 75 centavos de dólar para un único alimento diario: por lo general, arroz, yuca o papa y algún embutido, que es lo más económico.

Los alimentos son preparados en ollas comunitarias al calor de la leña y en la playa. Para ducharse, los que pueden pagan 70 centavos de dólar, otros usan un acceso de agua potable adaptado por la comunidad local.

El campamento bautizado como "La Pequeña Habana" consiste en un centenar de carpas instaladas en las playas de Necoclí.

"La gente viene, nos da carne, arroz y nos pregunta cómo estamos", dijo Niurka. Añadió que el viernes los visitaron "unos miembros de las iglesias" que dejaron artículos para los niños "y unos jóvenes nos trajeron bolsas de agua".

"Hasta a mi pequeño niño, que está con tos, le trajeron medicamentos", expresó.

Orlando Ezequiel Márquez Montes de Oca salió de Trinidad y Tobago el 11 de marzo junto a otros 15 emigrantes. Llevaba 14 meses varado en la isla caribeña, donde las autoridades le retuvieron el pasaporte.

"Al llegar a Medellín solicitamos el salvoconducto en Migración Colombia. A quienes no portábamos pasaporte no nos lo otorgaron. Aun así, decidimos continuar hasta Necoclí", relató.

"Ya en esta localidad nos presentamos ante el oficial de Migración. Después de mostrar todos los documentos, de enseñar las cartas de la ACNUR [a la que Orlando Ezequiel pidió la condición de refugiado en Trinidad y Tobago] y la solicitud de devolución de pasaportes, nos otorgaron el salvoconducto", explicó.

"Ellos ya conocían nuestro caso gracias al reportaje de DIARIO DE CUBA. Es más, hasta nos preguntaron por Onelia", dijo.

La Dama de Blanco Onelia Alonso Hernández, parte del grupo de salió de Trinidad y Tobago, ha solicitado refugio en Colombia.

Súplica a Capurganá

"Llevamos diez días varados aquí (en Necoclí). Aunque hemos contado con el apoyo de la comunidad, estamos desesperados. Nuestra intención, y la de todos los migrantes cubanos, es continuar nuestro viaje hacia Estados Unidos, no quedarnos en Colombia ni crear problemas a las comunidades por las que pasamos", dijo entre lágrimas Niurka González.

"Por ello, pido a la comunidad de Capurganá que permita el viaje a la localidad de una comisión de tres mujeres cubanas, para hablar y que, de común acuerdo, permitan nuestro paso, según las condiciones que ellos pongan", agregó.

"Puede ser en grupos de unos 50 por día y, apenas estos abandonen la localidad, otro grupo sale. Todos los días oramos para que ellos se conduelan de nuestro drama. Los cubanos no queremos ponernos en manos de coyotes como han hecho algunos africanos", señaló.

DIARIO DE CUBA pudo comprobar que el flujo de emigrantes hacia la localidad panameña de Puerto Obaldía, Panamá, continúa a un promedio de 40 por día. Pero no son cubanos.

Un habitante de Puerto Obaldía que ha sido la fuente de esta publicación durante dos meses, describió así la situación actual: "El flujo de emigrantes cubanos se acabó, mas no así el de los haitianos y africanos, a diario pasan unos 40".

"Pero la situación acá tampoco está fácil para ellos. Los coyotes los dejan botados en las playas; cuando intentan ingresar al caserío, el SENAFRONT (Servicio Nacional de Fronteras se Panamá) los detiene, los obliga a rodear el pueblo y continuar el camino por su cuenta y riesgo", advirtió.

"Enfermos, mujeres embarazadas y niños son tratados por igual. Nada le importa a la guardia panameña", denunció la fuente, que pidió mantenerse en el anonimato.

Dijo que el 22 de marzo "un africano en delicado estado de salud y un haitiano que sufrió graves heridas causadas por un motor fuera de borda quedaron abandonados en la selva y fueron llevados por habitantes de la comunidad al caserío. De allí fueron enviados a Ciudad de Panamá por su delicado estado de salud".

En busca de una solución

Las autoridades colombianas buscan una solución para la situación existente en Necoclí.

En rueda de prensa, el comandante de Policía Urabá, coronel Gerson Fajardo Guevara, dijo que el pasado miércoles visitó la zona Wilson Patiño Sánchez, director regional de Migración Colombia, y se reunió con varios alcaldes, en especial con el de Necoclí. A esa reunión también asistieron representantes de la Policía Nacional y el Ejercito de Colombia.

"Lo que se pudo corroborar es que existe todavía, digámoslo así, alguna especie de protesta por parte de personas en Capurganá", dijo Fajardo Guevara refiriéndose a los obstáculos al paso de los emigrantes.

"Nosotros hemos sido muy respetuosos con esta protesta, pero también les reiteramos que la migración no es un delito, ellos no tienen la intención de quedarse en nuestro país, ellos van en tránsito. Por eso estamos haciendo unas capacitaciones a la gente de Capurganá, junto con Migración Colombia, para que ellos entiendan hasta qué punto pueden ayudar a los migrantes sin que se vean involucrados en un delito".

El coronel Fajardo Guevara espera que, con estas gestiones, esta semana se pueda normalizar el transito de los migrantes hacia Panamá. Aclaró que a los migrantes también se les dará una capacitación sobre las leyes colombianas, para que su transito sea lo menos traumático posible.

Por otro lado, informó a DIARIO DE CUBA sobre una reunión con la comunidad de Capurganá prevista para este martes, 26 de marzo, a la que asistirán Migración Colombia, la Armada Nacional de Colombia, la Policía Nacional y Defensoría del Pueblo.

"La idea es permitir un flujo controlado diario de los emigrantes represados en Necoclí y Turbo", dijo.

En el momento de redactar este reportaje, en Turbo se vendían boletos a cientos de emigrantes para el martes 26 de marzo.

Una de las líderes de la protesta en Capurganá dijo sin embargo a DIARIO DE CUBA que "la restricción al paso de emigrantes continúa".

"El martes tendremos la reunión con las autoridades", confirmó. Entretanto, "migrante que llegue sin que haya un acuerdo será devuelto".

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