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Sociedad

'En el Periodo Especial me peiné con grasa para carros'

Hoy Erlys Pennycook, creadora del proyecto ¡Qué Negra! y de productos para el cabello afro, defiende su identidad racial.

La Habana

En el "Periodo Especial" Erlys Pennycook Ramos llegó a peinarse "con grasa para carros", y durante 15 años de matrimonio no permitió que su esposo viera su cabello natural. Hoy es la impulsora del proyecto ¡Qué Negra! —que defiende y cuida el cabello afro— y patrocinadora del concurso "Lo llevamos rizo".

Uno de los premios de la segunda edición del certamen incluirá un kit de ¡Qué Negra!, el nuevo nombre con el que Erlys ha bautizado su producto para el pelo, antes llamado Black Pride. Incluye una crema para peinar y un spray para hidratar.

Esta avileña de 42 años, descendiente de africanos y chinos, cuenta que sufrió mucho por la idea de que su cabello natural era feo. "Pasé por muchas cosas malas", recuerda.

"Fui bailarina profesional en Cayo Coco. Sabes que en el mundo del espectáculo todas deben estar lo más parejitas y caucásicas posible. Para lograr aquello: desriz de potasa. Y para lograr uniformidad con mis compañeras caucásicas el color del cabello era importante", relata.

"Me teñía. El tinte y el desriz me hicieron llagas tan profundas que dormía con toallas para recoger el humor que me salía de la cabeza. Si iba al hospital, me rapaban al cero y perdía mi trabajo. Me curé con tetraciclina y me puse las trencitas. Las usé durante 16 largos años".

En esa época, Erlys se casó y se mudó a Italia con su esposo. Allí, incursionó en el mundo de las finanzas y en el de las telecomunicaciones. Luego trabajó en un centro de belleza al que solo acudían italianas blancas de muy alto poder adquisitivo.

"Ahí empezó a picarme el bichito. Ya quería quitarme las trenzas. De tanto tiempo con ellas se me habían hecho claros".

"Lo puro es natural"

Habla conmigo mientras peina a una muchacha, cuyo cabello está dañado por la Keratina. Su pelo está en transición, que es el proceso de abandonar los tratamientos químicos permanentes para dejar el cabello "puro".

"Prefiero ese término. Lo puro es natural. Además, para contrarrestar la terminología despectiva. La pureza siempre está asociada a lo blanco. También lo afro puede ser puro", explica.

Exhibir el cabello puro requirió valor para Erlys. Aunque quería quitarse las trenzas por el daño que le hacían, no estaba lista. Su esposo nunca había visto su pelo natural.

"Le había prometido que cuando cumpliera 40 años me quitaría las trencitas y él me iba a ver. Entonces, por el miedo de que no me fuera aceptar, porque nos han dicho siempre que nuestro pelo es feo, decidí hacer algo para que se viera lo más bonito posible, para que no se asustara".

Ya había decidido volver a Cuba con su esposo. Comenzó a estudiar cuestiones referentes al cabello afro y a hacer pruebas con plantas cubanas para ver sus efectos. No quería depender de productos extranjeros, aunque siendo ciudadana italiana podría viajar para comprarlos.

Un día consiguió elaborar un producto y se quitó sus dos primeras trenzas. "Un vecino me vio y me preguntó qué era eso. Le expliqué. Entonces, sacó dinero y se llevó el envase para su hija. Me dijo: '¿Tú no dices que esto lo haces tú? Pues hazte otro?'".

La hija de su vecino quedó muy contenta con el resultado. Fue él quien le dijo que no debía quedarse sola con aquel conocimiento, que debía compartirlo con el mundo.

"No voy a desrizar"

Erlys dudaba que a alguien le pudiera interesar, "aquí todas las negras quieren estar lacias, quieren ser blancas". Pero su vecino le dijo que podía estar equivocada.

Empezó a peinar gratis a domicilio y eso le sirvió también para experimentar. Pero faltaba aún lo más difícil: quitarse las trenzas y dejarse ver por su esposo.

"Me las quité, pero no permití que él me viera hasta que me hice mi primer tratamiento. La noche anterior yo no había podido dormir. Aproveché que él salió, me quité el pañuelo, me abrí mis flat twists (los llamados dos con dos, pegados al cráneo) y, cuando abrió la puerta, le dije: '¡ta, tan!'. Me cargó y me dijo 'estás linda, linda, linda'".

Erlys pasó meses estudiando para incrementar aminoácidos y flavonoides. Anotaba en una libretica lo que quería cada clienta: "algo que me hidrate", "algo que me dé brillo", "algo para desenredarme".

Dentro de la literatura que estudió se incluye el Ayurveda. "Es uno de los estudios más completos que tengo. Ese conocimiento de más de 6.000 años no se explota".

Erlys continúa trabajando para mejorar su creación que ya muestra excelentes resultados en su cabello y el de otras mujeres. Aunque aún es una peluquera itinerante, espera tener pronto una peluquería especializada en el cabello afro puro, sin excluir clientas blancas. Pero de algo está convencida: "No voy a desrizar".

No le interesa registrar su producto ¡Qué Negra!, porque puede tomar "cuatro años". En contraste, ofrece información en su página en Facebook. De todas formas, la idea es aplicarlo, no comercializarlo. En el futuro quiere elaborar un producto para los dreadlocks.

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