La Comisión Electoral Nacional no sabe cuántos eran los electores cubanos que debían votar en el referendo constitucional llevado a cabo el pasado 24 de febrero. En unas declaraciones a la televisión nacional, Alina Balseiro, presidenta del CEN, no logró explicar el incremento del padrón en casi 700.000 electores en apenas un año.
En febrero de 2018, en las "elecciones" de delegados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, el padrón electoral distribuido por el Gobierno fue de 8.639.989 personas. El pasado domingo, tan solo 11 meses después, el nuevo patrón reflejó la cifra de 9.298.277, lo cual significó un incremento de 658.288 ciudadanos.
"Si usted se da cuenta, culminamos con una lista actualizada alta", declaró Balseiro refiriéndose al padrón. "Eso se debió […] a que tuvimos la posibilidad, y nos la da la Ley Electoral, de que todos los electores pudieran votar en cualquier lugar en que estuvieran por situaciones muy puntuales; hospitales, terminales […]. Esto trajo consigo que muchos de los electores que votaron en esos colegios especiales estuvieran en otro lugar en la lista, en su lugar de residencia, donde les corresponde en el padrón electoral […]. Nosotros ahora tenemos que comenzar todo un proceso de revisión y todos aquellos electores que están doble en la lista, pues bueno tenemos que darles de baja y se quedarán, por supuesto, en el lugar de residencia".
Las declaraciones de Balseiro vierten aún más dudas sobre la legitimidad de un referendo tutelado por el poder omnímodo del régimen cubano.
"Iríamos entonces ya con un resultado oficial, final, con la lista actualizada como corresponde", concluyó Balseiro en sus declaraciones, en referencia a los resultados del referendo.
Según sus palabras, los resultados dados a conocer por la Comisión Electoral Nacional, en la que un 70,30% de los electores cubanos habría refrendado la nueva Constitución, estarían aún sujetos a cambios que podrían hacer aumentar los porcentajes de votos, al reducirse la cifra total una vez eliminadas las duplicaciones.
De las declaraciones de Balseiro también se desprende que el Gobierno cubano no partió de un padrón electoral cerrado. Al no existir una totalidad fidedigna de electores, es imposible determinar con la exactitud requerida cuántos cubanos no acudieron a votar el pasado domingo.