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Exilio

¿Qué pasó con el crucero lleno de cubanoamericanos que La Habana no dejó atracar?

El Gobierno dice que la agencia de viajes 'no cumplió los requisitos', pero esta asegura que tenían los permisos y 'todo firmado'.

Miami

Un barco repleto de cubanoamericanos procedentes de Florida no pudo anclar el viernes en La Habana, donde decenas de familiares de los viajeros los aguardaban para subir al buque e irse a navegar por tres días en aguas del Caribe.

El confuso incidente, que ha dado pie a todo tipo de especulaciones dentro de la Isla y entre la comunidad del exilio, fue confirmado por la agencia que vendió el viaje en Florida, Viva Travel.

"El Gobierno de Cuba no lo dejó entrar, sin razón. Teníamos todo firmado, permisos con los abogados de aquí y de allá… En Cuba manda hasta el que limpia la basura. Vamos a tomar acciones legales sobre el tema, porque nos enteramos por clientes que nos llamaron", dijo un molesto empleado de Viva Travel a El Nuevo Día

El Grand Classica, de la firma Bahamas Paradise Cruise Line, fue fletado por la empresa Viva Travel, agencia radicada en Coral Gables, la cual vendió paquetes de 599 dólares por un viaje de cuatro días. 

La promesa de producto era que el barco saldría de Florida y anclaría en La Habana, donde los pasajeros podrían recoger a sus familiares de la Isla para pasar tres días en altamar, con un programa que incluía actividades y música cubana.

En teoría, los cubanos podrían viajar con sus familiares en barco sin tener que solicitar visas de terceros países, porque el crucero sólo tocaría tierra en La Habana, primero para recogerlos y luego para dejarlos, para luego regresar a Florida.

Pero eso no ocurrió, pues el diferendo procesal con las autoridades cubanas provocó que el barco permaneciera en altamar sin una solución clara por horas, hasta que finalmente dio la vuelta y se fue sin poder atracar.

"Debido a la negativa del Gobierno cubano de entrar a La Habana sin una razón clara y con las aprobaciones de rigor vigentes, el viajer charter de Viva Travel en el Grand Classica fue dirigido a Nassau, Bahamas, para completar la ruta de cuatro días. La seguridad de los pasajeros continúa como nuestra máxima prioridad", dijo la firma de cruceros en un comunicado.

La respuesta de La Habana

El incidente es el primero de este tipo que se haya hecho público desde que los cruceros fueron autorizados a viajar a Cuba por el presidente Barack Obama. Los cubanos pueden, teóricamente, viajar en barco desde 2016.

Su resonancia hizo incluso que el Noticiero Estelar de la Televisión cubana emitiera un comunicado el sábado en la noche explicando sus razones de por qué se había impedido la entrada del buque 

La Administración Marítima de Cuba dijo que el crucero "no atracó en el puerto de La Habana en su primera visita a Cuba, por haber modificado de manera unilateral la actividad inicialmente pactada".

La nota de prensa asegura que "no se cumplieron los requisitos de precisión de la información y plazos establecidos para los trámites y lamenta lo sucedido y responsabiliza a los operadores por las consecuencias."

Tensiones y versiones

Dentro del barco, decenas de cubanos compartieron vídeos en redes sociales de las horas de tensión que vivieron.

El médico exiliado Yordi Santana, en su perfil de Facebook, publicó diversos vídeos donde se ve a las autoridades del crucero ofreciendo explicaciones a los pasajeros molestos.

Más adelante, en otro vídeo, Santana lamentó no poder ver a su familia. "Quería darle un beso y un abrazo a mi mamá, qué daño le iba a hacer eso al maldito Gobierno cubano. Yo también nací en Cuba", dijo. 

"Esta ha sido una experiencia horrible. Los oficiales cubanos que llegaron a bordo informaron que nuestra visita se había cancelado sin una razón válida, ya que toda la documentación estaba en orden antes de nuestra partida. Esto es una excusa para evitar la entrada que previamente estaba autorizada por el Gobierno cubano", dijo desde el barco a El Nuevo Herald Peter Regalado, presidente de Viva Travel.

Directivos de la empresa declararon que al parecer el Gobierno cubano estaba furioso por la presencia entre los pasajeros de médicos que intentaban reunirse con sus familiares y burlar la prohibición de ocho años que impone Cuba a quienes escapan de sus misiones.

Familias frustradas

Según reportó el diario 14ymedio, decenas de personas se aglomeraron en la puerta de la Terminal Marítima Sierra Maestra a la espera de poder encontrarse con sus familiares y abordar el crucero.

Un funcionario del lugar, que prefirió el anonimato, confirmó que "no está permitido que los cubanos aborden embarcaciones de recreo con motor que estén o naveguen en aguas territoriales".

"Con nosotros no tiene contrato, como sí lo tienen todos los cruceros que llegan aquí", detalló el empleado a quienes aguardaban por reencontrarse con sus parientes. 

"Una cosa es la entrada y la salida y otra muy diferente que naveguen o se mantengan en nuestras aguas", especificó el funcionario de la terminal Sierra Maestra. "El crucero ofreció algo que no está permitido".

Julia María, una farmacéutica de 45 años estuvo tentada de comprar un boleto para el crucero, pero en el último minuto cambió de idea. "Llevo diez años sin poder ver a mis padres, pero cuando indagué un poco más todo el mundo me dijo que era muy difícil que el Gobierno cubano dejara que algo así pasara", comentó.

"Habíamos preparado todo para pasarnos unos días de sueño con mi hermana", contó Katia, una joven de 25 años que aguardaba a las afueras de la terminal. "Una de las ilusiones que tenía era poder hacer fotos de mi ciudad desde el mar y conocer la costa cubana desde un barco, pero ya veo que no será posible".

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