La sala polivalente Kid Chocolate de La Habana, ubicada justo frente al Capitolio y junto al cine teatro Payret, está siendo demolida para comenzar la construcción de un nuevo hotel de GAESA, El Pasaje.
Se trata de una de las siete instalaciones hoteleras que le fueran encargadas a la empresa francesa Bouygues-Batiment en la zona, y de los cuales ya el Manzana y el Packard se encuentran en operaciones.
Hasta el momento, la construcción de hoteles en la capital se había restringido a inmuebles abandonados y muchas veces en ruinas; ese fue el caso de los hoteles Packard, Prado y Malecón, Gran Hotel y Regis, todos contratados con la Bouygues y la Unidad de Construcciones Militares (UCM), del conglomerado empresarial de los militares Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA).
Pero la Kid Chocolate no encaja en ese perfil: era una instalación en operaciones y totalmente funcional que en agosto de 2018 fue sede de los torneos habituales de fútbol sala y de competencias interbarriales, señala un amplio reportaje del sitio El Toque.
Poseedora del único tabloncillo volado del país, ubicado en un segundo nivel y no a ras del suelo como sucede en el resto de las instalaciones de este tipo en Cuba, era centro del movimiento deportivo habanero. Fútbol sala, balonmano, boxeo, levantamiento de pesas, ajedrez, lucha, judo: cerca del 70% de los eventos deportivos celebrados en la capital del país, tanto provinciales como nacionales e internacionales, se realizaban allí.
Además, fue la sede de entrenamiento de los campeones nacionales de lucha greco, lucha libre, judo y pesas, y allí radicaban también los mejores entrenadores de lucha y judo.
Construida en 21 días con las prisas de los Juegos Panamericanos de 1991, la Kid Chocolate tuvo una vida breve. Apenas 27 años.
En 1982, el edificio multifamiliar en el que se había convertido el Hotel Pasaje, se vino abajo. Casi una década más tarde, durante la euforia que vivió Cuba para organizar los únicos juegos continentales en los que ocupó el primer lugar, la sala se erigió como el sitio para albergar el torneo boxístico.
Para los vecinos y trabajadores de la Kid Chocolate no hubo un comunicado oficial. Los rumores fueron en aumento cuando a mediados de 2018 una comitiva de ingenieros llegó a la instalación para hacer mediciones, acompañados por representantes del gobierno local.
A pesar de su clausura inminente, a finales de agosto de 2018 la Kid Chocolate recibió con normalidad los insumos que precisaba. Hasta entonces a la dirección del centro nadie le había comunicado, al menos no oficialmente, que la sala desaparecería en poco tiempo: seguían trabajando como de costumbre y hasta tenían presupuesto para el curso 2018-2019.
Tres meses más tarde, y sin tener un sitio que la reemplazara, la Chocolate comenzó a ser desmantelada por una brigada del propio INDER. Aunque en casi tres décadas la instalación nunca tuvo un mantenimiento capital, pues nunca hubo suficiente dinero para devolverle su esplendor, los costos del desmantelamiento de la Kid Chocolate fueron asumidos íntegramente por el INDER.
Trabajadores y vecinos creían que aquellas obras de la Revolución inauguradas por Fidel Castro serían intocables. Al parecer, en la Cuba actual no hay nada sagrado.