Más del 80% de las personas que en la última década decidieron residir fuera de Cuba de manera temporal salió del país tras la reforma migratoria iniciada en 2013, señaló la Encuesta Nacional de Migraciones (ENMIG 2016-2017), publicada este mes en el sitio web de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Según la agencia IPS, la cifra de personas que pasó a vivir de manera temporal en otro país, viajando al menos una vez al año a Cuba, se disparó de 8.619 entre 2008 y 2012 a 46.805 entre 2013 y 2016.
Un total de 240.042 personas, procedentes del 8% de los hogares del país, decidieron vivir de manera temporal o permanente fuera de Cuba desde enero de 2008 a la fecha en que fue levantada la encuesta nacional.
De ellas, un 77%, 184.618 individuos, residía fuera de Cuba de manera permanente y el resto, 55.424, de manera temporal.
Como resultado de la eliminación del requisito de permiso de salida del país en 2013, aumentaron también los viajes al exterior por motivos personales.
Del total de 412.691 que respondió haber viajado en los últimos cinco años, 254.920 lo hizo por decisión propia: visitar familiares (35%), hacer una gestión de negocio (6%), pasear (11%), cumplir un contrato de trabajo (6%) o realizar estudios de interés personal (1%).
Entre 2013 y 2016, tras la reforma migratoria, 93.908 personas decidieron residir temporalmente en otro país.
El reporte oficial admite que la situación demográfica actual de Cuba "asiste a saldos migratorios externos sostenidamente negativos y corrientes migratorias internas en las direcciones no siempre favorables al desarrollo social y económico y a la disponibilidad de población apta para el trabajo".
El creciente envejecimiento poblacional en la Isla es un hecho que tiene preocupadas a las autoridades. El tema se ha convertido en una cuestión de Estado.
Movilidad desde y hacia Cuba
La ENMIG, que estudió también los traslados internos en estrecho vínculo con los externos, subrayó que la intensificación y diversificación de los movimientos migratorios internacionales "ha traído como consecuencia el cuestionamiento del concepto clásico de migración", asumido como "la existencia de una residencia única y permanente".
Teniendo en cuenta las particularidades del caso cubano, el estudio empleó el concepto de "movilidad de las personas", entendido como los desplazamientos temporales, la circulación y la reversibilidad, pero también el traslado definitivo o la residencia permanente en el exterior, más consistente con lo que tradicionalmente se ha entendido en Cuba como emigración.
Según el informe publicado por la ONEI, fueron entrevistadas 86.658 personas de 15 años y más, residentes en 42.501 viviendas distribuidas por categorías de asentamiento, con un alto índice de participación y respuesta en todas las provincias del país, con la excepción de Guantánamo, donde el impacto del huracán Matthew obstaculizó la aplicación de la encuesta en los cinco municipios más afectados.
La investigación, realizada por el estatal Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la ONEI con apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas, se llevó a cabo a partir de entrevistas a personas reconocidas como jefes de hogar y no incluyó información sobre misiones de trabajo o estudio fuera del país en vínculo con una institución nacional.
¿Quiénes, cómo y por qué?
La ENMIG 2016-2017 permitió identificar las tendencias que caracterizan los movimientos desde y hacia Cuba desde 2008 al momento de la encuesta y su relación con otras dimensiones del desarrollo.
Entre las principales conclusiones arrojadas, el 38% de la población de 15 años y más tiene familiares en el exterior. Esta proporción asciende al 42% en La Habana y desciende al 28% en la población rural. Las personas del ámbito rural se encuentran en minoría, representando menos del 10% de quienes decidieron vivir fuera de Cuba entre 2008 y 2016.
Las mujeres predominan entre las personas que optaron por la residencia temporal en el exterior desde 2008 y los hombres, entre quienes decidieron vivir de manera permanente. La encuesta revela que entre los hogares con personas residiendo en el exterior se constata una mayor proporción de personas de 60 años y más, de presencia de mujeres, población blanca y superiores niveles de escolaridad.
Asimismo, indica que el 75% de quienes decidieron vivir en el exterior de forma temporal y el 88% de quienes optaron por la residencia permanente se encuentran entre los 15 y 49 años de edad y supera en ambos casos la población residente de Cuba en ese grupo de edad, que se encuentra en el orden de 58%. El 80% tiene educación media o superior terminada.
Otros datos apuntan que el 32% de las personas que viven en el exterior reciben algún tipo de ayuda de sus familiares en Cuba y el 77% envían ayuda a sus familiares en la Isla, en la mayoría de los casos en forma de remesas.
El 59% de los hombres y el 45% de las mujeres que decidieron vivir temporal o permanentemente en otro país lo hicieron "para mejorar económicamente", según la declaración de las personas que ejercen la jefatura del hogar. En el caso de las mujeres, cobra peso "acercarse o visitar a la familia", "apoyar o cuidar familiares" y "ayudar a su familia aquí" (35%), motivos que en los hombres alcanza apenas el 21%.
Según el informe de la ENMIG, "el hecho (de) que algo menos del 40% de la población con 15 años y más cuente con familiares fuera del país y que más de 560.000 personas tengan a hijos o conyugues residiendo en el exterior, se convierte en un condicionamiento importante para el mantenimiento de fuertes flujos migratorias entre Cuba y el exterior de carácter temporal o definitivo".
La reforma migratoria de 2013 (que se actualizó en abril de 2016 y en enero de 2018) supuso el fin del denostado permiso de salida, la conocida "tarjeta blanca" que las autoridades debían conceder para viajar al extranjero, y de la carta de invitación; además de ampliar de 11 a 24 meses el tiempo permitido de permanencia en el exterior.
De este modo, los cubanos residentes en la Isla empezaron a viajar, en teoría, tan solo con su pasaporte en vigor (cuyo precio se elevó de 55 a 100 CUC, moneda fuerte equivalente al dólar) y el visado que exija el país de destino.
Sin embargo, siguen vigentes restricciones en algunos casos, como los del personal médico, científico, educativo, directivo y atletas, que todavía necesitan un permiso especial de salida, algo que el Gobierno justifica para evitar lo que denomina el "robo de cerebros".