La cancelación de la ayuda que recibían de parte de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha dejado a un grupo de cubanos desamparados, sin techo y sin alimentos, en Puerto España, Trinidad y Tobago.
Los 11 cubanos, entre ellos tres menores de edad, (diez, cuatro y dos años) ostentan el estatus de refugiados, pero quedaron sin opción al dejar de recibir la asistencia de ACNUR y no tener otros recursos para pagar el alquiler de la vivienda donde residían, reportó Martí Noticias.
"Tuvimos que acudir a la penosa necesidad de plantar aquí, frente a ACNUR, porque quedamos sin dinero y por consiguiente sin techo", indicó Yaneisy Santana, madre de tres de los menores.
Los 11 cubanos pernotan frente a la sede de ACNUR y ahí permanecían hasta horas de la tarde de este viernes.
En una carta entregada a los refugiados, ACNUR advierte que "solo es posible manifestarse en horario diurno", y queda prohibido hacerlo "después de las 6PM".
La organización aclara que apoya el derecho a la libertad de expresión, pero señala que los manifestantes "no deben bloquear el acceso a la acera", donde no está permitido dormir, ni pasar la noche.
Los cubanos dijeron que permanecerían en el lugar, porque no tienen opción, y moverse hacia otro punto de la ciudad sería ponerse en riesgo.
"¿Adónde vamos a ir?, si no tenemos opción (...) De día nos asaltan, imagina de noche", dijo Santana vía telefónica a TV Martí. Los voceros de la oficina regional de ACNUR en Washington, Chris Boian y Francesca Fontanini, no respondieron a las llamadas telefónicas ni a los correos electrónicos de ese medio.
Más allá de la libertad de circulación, la atención médica y protección contra la deportación, en Trinidad y Tobago los refugiados no tienen derecho al trabajo, ni a la asistencia pública.
"Muchos de nuestros paisanos cubanos nos han ofrecido ayuda, pero los propietarios de las casas que arriendan no lo permiten", relató Yaneisy, que también es la abuela del menor de dos años.
Por el momento, algunos vecinos trinitenses les han llevado alimentos, agua y refrescos.
"Una funcionaria, identificada como Elsa, salió de las instalaciones de ACNUR y nos informó que lo sentía, que no tenía cómo ayudar, que no había recursos", dijo Yaneisy.
El diciembre pasado, este mismo grupo resultó detenido en medio de una protesta frente al edificio de ACNUR que duró más de 60 días, en reclamo al estatus de refugiado.
Fueron acusados de obstruir la vía pública y luego de dos semanas salieron en libertad bajo fianza. Tras tres vistas judiciales, una jueza retiró las acusaciones porque la Policía no aportó las pruebas necesarias.
Rochel Nakhid, funcionaria de Living Water, entidad de la sociedad civil de Trinidad y Tobago que tiene contrato con ACNUR para lidiar con los refugiados, confirmó en una reciente entrevista que la asistencia se había cancelado para aquellos refugiados que calificó como menos vulnerables y esta se reservaba para los más necesitados a raíz de un éxodo importante de venezolanos que ha llegado a Trinidad y Tobago.
En la carta entregada este viernes, dirigida a uno de los afectados, ACNUR señala que la Living Water tiene la responsabilidad de evaluar las necesidades de los refugiados, atendiendo a la vulnerabilidad de cada caso en particular.
ACNUR dijo en la misiva que ha convocado a una reunión el 12 de noviembre para evaluar la situación de los cubanos. "Esta reunión depende del hecho de que no sean arrestados otra vez", advierte el documento.
La vocera de ACNUR en Washington, Sibylla Brodzinsky, declaró que no se habían dado instrucciones a Living Water de cancelar ayudas, sino que se estaba haciendo un estudio sobre su distribución, aunque admitió que confrontan problemas de presupuesto.
Los cubanos que se hallan plantados frente a la sede de ACNUR en Puerto España son Yaneisy Santana Hurtado, Ramón Arbolaez Abreu, Ailys Arbolaez Santana, Yusnel Reyes Santana, Gladys Lisandra Pérez Molina, Onelia Alonso Hernández, Carlos Alonso Hernández, Pedro Santana Maceo y los niños Melany Arbolaez Santana (diez años), Emanuel David Arbolaez Santana (cuatro años) y Liusnel Pérez Molina (cumple dos años el 21 de este mes).
Al cierre de esta nota, Radio Televisión Martí conoció que los tres menores de edad, con el consentimiento de sus padres, se hallan al cuidado y en casa de la también refugiada de ACNUR, Yaqueline Morfa.