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Sociedad

Una iniciativa LGBTIQ cancelada por no tener permiso gubernamental levanta polémica en Cuba

'Saca los besos del clóset' pone en duda el alcance del activismo fuera de los márgenes de las instituciones oficiales.

La Habana

Pese a su cancelación horas antes, decenas de personas se reunieron el 27 de octubre en el Paseo del Prado de la capital cubana para la besada pública convocada por el proyecto Abriendo Brechas de Colores (ABC) para respaldar la aprobación del matrimonio igualitario en Cuba.

La actividad fue suspendida debido a la falta del permiso por parte de las autoridades para usar el espacio público, lo que ha generado una fuerte polémica entre el activismo de lesbianas, gay, bisexuales, trans e interesexuales y queer (LGBTIQ), según precisó la agencia Inter Press Service (IPS).

Fotos y videos colgados en redes sociales por activistas mostraron detalles de la reunión sucedida el sábado en la emblemática arteria habanera, donde personas del mismo sexo se besaron acompañadas por la bandera del arcoíris que identifica a la comunidad LGBTIQ, además de haber música, bailes y manifestaciones artísticas.

A través de las redes sociales, ABC invitó los últimos sábados de cada mes (27 de octubre, 24 de noviembre y 29 de diciembre) en la explanada de Prado y Malecón, entre las 3:00PM y 5:00PM, a la iniciativa denominada "¡Saca los besos del clóset!".

Sin embargo, el 26 de octubre, el grupo que trabaja a favor del respeto a la diversidad sexual y los derechos humanos, anunció la cancelación.

"Conociendo los mecanismos que existen en nuestro país para el uso del espacio público, apelamos a las solicitudes requeridas, pero el final de ese camino es esta nota en la que debemos informar, con profunda tristeza, que decidimos cancelar el Besuqueo", indicó el texto titulado "Lo que pudo ser el Besuqueo y por qué lo cancelamos".

Ante las críticas que generó la suspensión, ABC hizo pública el 30 de octubre otrea declaración ("Consideraciones finales sobre la cancelación del Besuqueo"), en la cual explicó que pidieron permiso a las autoridades porque, como proyecto, les interesa alejarse de los márgenes e insertarse "en cada espacio de poder y participación".

El programa incluía la entrega de materiales impresos sobre el fundamentalismo religioso, carteles, pegatinas y la proyección de vídeos producidos durante los últimos meses en la campaña Todos los derechos para todas las familias, sesiones fotográficas desde la visión de diferentes artistas, un flashmob y la decoración de esa sección de Prado con banderas de la diversidad, amplió.

Recordó que una acción de este tipo requiere en Cuba, como en cualquier otro lugar del mundo, no solo el permiso, sino el apoyo de las autoridades para el uso de la música en espacios públicos, el empleo de carpas e incluso el control del tráfico en una zona altamente transitada.

Aclaró que "el Besuqueo solo lo autorizaron para activistas amparados por la institucionalidad”.

"Que la mayoría de las personas que participaron en el flashmob estén vinculadas de alguna manera al (estatal) Centro Nacional de Educación Sexual (CENSEX), no significa que la actividad fuera concebida desde o para la institución", enfatizaron.

"Quienes convocamos y cancelamos el Besuqueo fuimos de todas formas (…) desde nuestros compromisos personales con el activismo y no desde nuestros vínculos y/o pertenencias a otros grupos o instituciones", añadió.

Críticas

La suspensión de la besada generó inconformidades entre varios activistas como Roberto Ramos, quien declaró que "no sabía que para besarse había que pedir permiso".

Para la activista Sandra AbdÁllah-Álvarez, este hecho demuestra que "la homofobia en Cuba es estructural", mientras el crítico de teatro Norge Espinosa opinó que "el activismo de veras se hace con arrojo, con la disposición precisa a ir más allá de los límites permitidos, o no se hace".

A través de su cuenta de Facebook, el también activista Yadiel Cepero aseguró sentirse dolido "de ver cómo se renuncia a una acción legítima que podría haber dado un mensaje claro de amor y respaldo al Proyecto de Constitución".

A su juicio, renunciar a la besada implica "restarle credibilidad al movimiento LGBTIQ de #Cuba que poco a poco va tomando forma".

También advirtió que "las denominaciones religiosas que colocan carteles, promueven discursos de odio en sus templos y recogen firmas sin esconderse, se sentirán aún más fuertes para discriminar".

Se refería a las iglesias evangélicas que, con la asimilación del Gobierno, han desplegado una fuerte campaña contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, en lugares públicos e incluso distribuyendo sus materiales a través de dispositivos como El Paquete.

Actualmente, buscan recopilar medio millón de firmas para recomendar a las autoridades modificar el polémico artículo 68 del proyecto de Carta Magna, el cual abre la posibilidad a que dos personas, sin importar el sexo, contraigan matrimonio.

Desde junio vienen colocando en fachadas de viviendas, en paradas o postes de luz carteles en defensa de lo que denominan "diseño original de la familia, como Dios la creó", un hombre, una mujer y sus hijos.

También la Iglesia Católica se pronunció contra el matrimonio igualitario en un reciente mensaje pastoral, fechado el 24 de octubre

Por su parte, la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES) lanzó una declaración oficial, que fija su "posición científica ante el tema de las familias homopaternales y homomaternales, a propósito del debate popular sobre el anteproyecto de reforma a la Constitución de la República".

La organización no gubernamental apoyó el artículo 68 y afirmó que "no existen razones de índole clínica, psicológica o social para aducir negativas a la conformación de las familias homopaternales y homaternales".

Rechazó "las expresiones estigmatizantes, discriminatorias y excluyentes que hacia las personas con géneros y sexualidades no hegemónicas han aflorado desde varios ámbitos de la sociedad cubana actual, por constituir actos de violencia simbólica, psicológica, verbal y/o física, con consecuencias sobre la salud física y mental de estas personas y sobre el ideal de equidad y justicia social de nuestro proyecto social".

Alegó "que el crecimiento y educación adecuada de niños y niñas depende de las pautas de crianza saludables y no de la orientación sexual de los adultos que asumen esta responsabilidad, ya que no es precisamente la estructura de las familias sino su funcionamiento lo que las hace más armónicas y desarrolladoras".

"El amor, el respeto mutuo y la educación en los valores dignificantes del ser humano, son los que hacen que una familia sea un hogar óptimo para educar a su descendencia", sostuvo SOCUMES.

Asimismo, exhortó "a otras sociedades profesionales cubanas, a manifestarse al respecto, en el afán de promover en nuestro pueblo la comprensión de estas realidades avaladas por las evidencias científicas".

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