Siete emigrantes cubanos permanecen en el puente internacional Paso del Norte-Santa Fe, en México, con la esperanza de cruzar a los EEUU, mientras que efectivos de la patrulla fronteriza (CBP, sus siglas en inglés) reiniciaron operativos de disuasión con equipo antimotines y armamento oficial, reportó la edición digital del diario Excelsior.
El medio precisó que el Instituto Nacional de Migración ofrece atención permanente a 39 guatemaltecos (diez niños, 19 hombres, siete mujeres y tres bebés), así como de siete cubanos (seis hombres y una mujer), quienes se encuentran varados desde el domingo en este punto de la frontera mexicana con Texas.
"La autoridad americana ha emitido un aviso de cierres aleatorios en los puentes internacionales sin previo aviso, actualmente se concentran en el Puente Paso del Norte; sin embargo, pueden ocurrir en cualquier puente, les pedimos su colaboración y paciencia, estén pendientes de más información", anunció el Fideicomiso de Puentes Fronterizos tras la incursión de las fuerzas de la CBP.
Los efectivos llevan a cabo acciones "de disuasión y contención, en caso de un ingreso masivo de inmigrantes ilegales", en medio de la gran caravana de emigrantes centroamericanos que marcha hacia EEUU. Además del equipo antimotines y el armamento reglamentario, están apoyados de dos helicópteros y perros adiestrados.
Los emigrantes varados en el puente internacional de Santa Fe aseguraron que continuarán en el lugar hasta que los dejen pasar a los EEUU.
El medio señaló que ciudadanos mexicanos de Ciudad Juárez les han llevado cobijas, ropa y alimentos.
Ivonne López, trabajadora social de la asociación Casa del Migrante, citada por El Financiero, dijo que tienen informes por medio de una red nacional de apoyo que parte de la caravana migratoria llegará a esta frontera, por lo que preparan una serie de acciones para albergar a la mayor cantidad posible de personas.
Actualmente, el albergue tiene capacidad para atender a 350 personas y, en caso de ser necesario, se anexó un espacio para otras 150.
Por medio de la Diócesis de Ciudad Juárez, se podrían adaptar espacios con dormitorio para 1.000 personas, todo con la donación de familias juarenses.