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Política

Reclamaciones por mejores salarios en conferencia sindical de Cultura

El tema no dejó de salir en la conferencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC), diseñada para exaltar al régimen.

La Habana

Los actuales gobernantes cubanos suelen acudir con frecuencia a una frase que Fidel Castro expresó en aquellos momentos difíciles de los años 90, cuando la Isla atravesaba el denominado Periodo Especial en Tiempo de Paz: "La cultura es lo primero que hay que salvar".

Es probable que haya muchas personas, tanto dentro como fuera de la Isla, que escuchen la frase y no lleguen a comprender cabalmente lo que animó al máximo líder a pronunciar esas palabras. Sin embargo, todo se aclara al conocerse la composición del actual Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC), el cual acaba de celebrar su primera conferencia, la que contó con las palabras finales del presidente Miguel Díaz-Canel.

Resulta que ese gremio, además de agrupar a los artistas, creadores y trabajadores administrativos del propio aparato cultural, incluye también a la prensa —escrita, radial y televisiva—, así como a las dependencias del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC).

Es decir, que de acuerdo con la concepción castrista, cuando se habla de la creación cultural y artística, se piensa inmediatamente en la instancia superior que decide y controla la manera en que debe realizarse dicha creación, y además los canales para que ese trabajo cultural llegue a las masas en la forma que desea la maquinaria del poder.

Ese afán gubernamental quedó confirmado mediante las palabras pronunciadas por el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, durante una de las jornadas de la Primera Conferencia del SNTC. Después de expresar que el sindicato y las instituciones tienen que cerrar filas para defender la política cultural de la revolución, apuntó que "El SNTC dispone de los instrumentos necesarios para crear la conciencia que necesitamos para enfrentar a nuestros enemigos, en especial a la nueva dirigencia de EEUU".

En ese contexto, una de las comisiones de trabajo del referido evento sindical se dedicó al tema "Trabajo político ideológico versus la subversión". Puesto que para la cúpula del poder clasifica como subversión cualquier hecho o tendencia que se aparte de sus directivas, no es difícil imaginar que aquí tuvieran cabida las críticas a los creadores que se guían por las exigencias del mercado, así como las condenas a todas las voces que se han alzado en contra de la aplicación del Decreto 349, ese que les cierra las puertas a los artistas independientes.

Particular interés ha despertado entre la dirigencia castrista la incorporación de jóvenes a la conducción del SNTC. En declaraciones formuladas al semanario oficialista Trabajadores (edición del lunes 8 de octubre), la señora Nereyda López Labrada, ratificada como secretaria general de ese gremio, señaló: "Es necesario ponderar el papel de los jóvenes, especialmente de aquellos que despuntan como líderes en su firmeza revolucionaria".

A pesar del deseo gubernamental de que esta Primera Conferencia del SNTC se inclinara casi exclusivamente hacia la exaltación del Poder, fue inevitable que salieran a relucir algunas demandas de los trabajadores. En ese sentido, y en la comisión de trabajo que trató el tema "Economía de la cultura y programación cultural", hubo reclamaciones acerca de los salarios, que resultan insuficientes para encarar la carestía de la vida. Algunos delegados al evento expusieron su preocupación por el creciente éxodo de trabajadores del sector hacia otros mejor remunerados, lo que compromete la misión asignada a entidades como bibliotecas, escuelas de arte y casas de cultura, entre otras.

También trascendió la pobre percepción que muchos trabajadores de la Cultura tienen de su sindicato. Para ellos el oficialista SNTC solo se dedica a cobrar la cotización mensual a sus afiliados, encauzar la emulación socialista, y transmitir las indicaciones provenientes "de arriba".

A propósito, sería interesante que las autoridades informaran algún día el porcentaje de los trabajadores de la Cultura que han decidido no afiliarse al SNTC. Mas, ese parece ser uno de los tantos secretos de Estado que abundan en la Isla.

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