Mailén Díaz Almaguer, única sobreviviente del accidente aéreo del 18 de mayo pasado en Cuba, continúa en tratamiento dentro de su delicado estado siendo asistida en el Hospital Hermanos Ameijeiras de La Habana, con la participación de médicos de diversas especialidades.
Según el nuevo parte médico, ofrecido por la Agencia Cubana de Noticias, la paciente continúa el proceso de recuperación y estabilización de funciones de órganos, de la nutrición oral y del control de las infecciones.
"Asimismo, se mantienen las medidas de rehabilitación neurológica y de la mecánica respiratoria", agregó el parte oficial.
También se consolida el proceso de cicatrización de las lesiones de partes blandas, con buena evolución, y el estado emocional y nivel de cooperación de la paciente con el tratamiento médico es adecuado.
A solicitud de los familiares, "los partes relativos a la evolución de Mailén Díaz Almaguer son mantenidos de forma privada", subrayó el comunicado.
Desde el 1 de agosto, Díaz Almaguer recibe tratamiento y rehabilitación en el Ameijeiras por un grupo multidisciplinario de ese centro asistencial, con la colaboración de otras instituciones. Anteriormente fue asistida en el hospital universitario General Calixto García, donde recibió tratamiento y rehabilitación.
El accidente ocurrió el viernes 18 de mayo, cuando el Boeing 737-200 de la compañía mexicana Damojh, rentado por Cubana de Aviación, se precipitó a tierra instantes después de su despegue del aeropuerto internacional José Martí de La Habana, en el cual perdieron la vida 112 personas , incluida la tripulación.
El presidente del Instituto de la Aeronáutica Civil Cubana (IACC), Armando Daniel López, jefe de la Comisión Gubernamental que investiga el siniestro, dijo en septiembre que el contenido de la caja negra que capta las voces y los sonidos en la cabina de la aeronave "ya ha sido esclarecido entre el 90 y el 95%". En el caso del otro dispositivo que registra los parámetros técnicos del avión, "ya fue esclarecida en el 100% de su contenido".
Dijo entonces que "ahora se pasa a una fase de la investigación en la que se analiza minuto a minuto, segundo a segundo, cada detalle del vuelo, para determinar con exactitud si fue un error humano o una falla técnica lo que generó la catástrofe aérea".
La comisión investigadora trabaja según al protocolo establecido por la Organización de la Aeronáutica Civil Internacional para este tipo de siniestros. El avance de estas lecturas de las dos cajas negras de ha dado primero en La Habana y más tarde en los laboratorios de EEUU.
El reporte coloca el examen de las cajas negras en el rango de tiempo que establece la OACI para determinar las causas de un accidente aéreo. Depende en gran medida del porte de la aeronave accidentada, hasta un año para los aviones de grandes dimensiones como el Boeing 737-200 que se estrelló en las cercanías de la terminal uno del Aeropuerto Internacional José Martí.
Han pasado cinco meses del suceso y falta uno para que se cumpla el plazo de seis meses dado por las autoridades cubanas para revelar las causas.
El avión siniestrado cubría la ruta La Habana-Holguín y llevaba casi 40 años en explotación. Fue arrendado por Cubana de Aviación a la mexicana Global Air, con un largo historial de irregularidades. El accidente causó la muerte de 109 personas en el acto. Tres mujeres sobrevivieron al impacto, pero dos de ellas fallecieron posteriormente en el Hospital Calixto García.