El Departamento de Estado de EEUU indicó este jueves que respondió "adecuadamente" a los supuestos "ataques" que dañaron la salud de 26 de sus empleados en la embajada estadounidense en La Habana, aunque sigue sin determinar cuál fue la causa, reportó EFE.
Esas son las principales conclusiones de la investigación de la Junta de Revisión de la Responsabilidad (ARB, por sus siglas en inglés), que ordenó crear el 12 de enero el entonces secretario de Estado, Rex Tillerson, para evaluar de manera independiente la respuesta de EEUU a lo ocurrido en Cuba con sus funcionarios.
El objetivo de esa junta no era determinar la causa de los "incidentes sanitarios sin explicación", sino evaluar la respuesta del Departamento de Estado, incluyendo los procedimientos de seguridad, explicó este jueves en un comunicado la portavoz de la diplomacia estadounidense, Heather Nauert.
Para su investigación, la Junta de Revisión de la Responsabilidad entrevistó a 116 individuos en cuatro meses e hizo una serie de recomendaciones al actual secretario de Estado, Mike Pompeo, quien a su vez entregó este jueves al Congreso otro informe con las medidas que ha tomado para prevenir futuros incidentes.
Según la portavoz, el órgano de supervisión ha concluido que los procedimientos y sistemas de seguridad del Departamento de Estado eran "en general adecuados y se aplicaron correctamente", aunque apunta que había "algunos desafíos" en el proceso de comunicación.
Por ejemplo, según la junta, la designación de un solo diplomático para responder a los supuestos "ataques" resultó en una "comunicación insuficiente" con los empleados en La Habana y "obstaculizó" la coordinación dentro del Departamento y con otras agencias gubernamentales.
Entre las agencias que investigan el ataque se encuentra el FBI, que no ha dado a conocer sus conclusiones.
Los supuestos ataques contra los diplomáticos estadounidenses en Cuba tuvieron lugar entre noviembre de 2016 y agosto de 2017 y, hasta ahora, el Gobierno de EEUU no ha podido determinar "quién o qué" dañó la salud de su personal, que llegó a sufrir conmociones cerebrales.
Ese incidente deterioró las ya delicadas relaciones bilaterales, puesto que Washington ha acusado a La Habana de saber quién perpetró los supuestos ataques y de no haber protegido a su personal adecuadamente, algo que niega el régimen cubano.
Debido a esas agresiones, que en principio Washington calificaba de acústicas aunque luego reconoció no tener confirmada su naturaleza, EEUU ordenó la salida del personal no esencial de su legación en Cuba, es decir, un 60% del total.
EEUU también ha detectado problemas de salud similares en su personal diplomático en el consulado de Guangzhou (China).