En la agitada etapa de viajes por las vacaciones de verano en Cuba, una larga fila de personas espera horas bajo el sofocante calor, fuera de la oficina de la aerolínea Cubana de Aviación, la mayoría ansiosas por visitar a sus familiares en provincias.
Pero no esperan para reservar pasajes, lo hacen para recuperar el dinero de boletos de avión de vuelos cancelados o para cambiarlos por billetes de autobús.
Cubana de Aviación, que tiene el monopolio de los vuelos nacionales, suspendió casi todos sus viajes debido a la falta de aeronaves, generando un caos y poniendo de relieve los problemas de lo que otrora fue vanguardia de la aviación latinoamericana.
La cancelación de vuelos ocurrió un mes después de que un avión arrendado por Cubana de Aviación se estrelló tras despegar del aeropuerto de La Habana el 18 de mayo, causando la muerte de 112 personas entre pasajeros y tripulantes.
La suspensión choca con la política de incentivar el turismo, una de las principales fuentes de ingreso del Gobierno cubano, con la promoción de resorts y visitas a ciudades coloniales a cientos de kilómetros de La Habana.
"Ahora serán 16 horas en la guagua hasta Guantánamo, pero ¿qué voy a hacer?", dijo Marlene Mendoza, empleada de una guardería infantil, luego de hacer fila durante unas siete horas ante la oficina de ventas.
Analistas atribuyen los problemas de Cubana de Aviación a varios puntos que afectan a la economía estatal en su conjunto: el embargo comercial de Estados Unidos, una política económica errada y un modelo de negocios ineficiente. El Gobierno suele magnificar el primero y minimizar los otros dos.
Cubana de Aviación no respondió a las solicitudes de comentarios.
Fundada en 1929 como una de las primeras aerolíneas de América Latina, fue nacionalizada tras la llegada al poder de Fidel Castro. En su archivo incluye el traslado de tropas cubanas a África y viajes a todos los países del antiguo campo socialista europeo.
Durante décadas sorteó las sanciones de Washington que le impedían comprar aviones fabricados con mayoría de componentes estadounidenses, incluidas aeronaves de la europea Airbus y de la brasileña Embraer, al adquirir aviones soviéticos y luego rusos.
Cubana de Aviación mantuvo un registro estable de seguridad, pero su reputación fue declinando por un servicio mediocre y retrasos de vuelos que provocaron que los turistas en Cuba usaran principalmente el transporte terrestre.
Desde el año pasado, la empresa cubana comenzó a cancelar una mayor cantidad de vuelos y con frecuencia ubicaba a los pasajeros en hoteles durante varios días sin comentar públicamente la problemática.
Después de que el Boeing 737, con 40 años de explotación, se estrellara el 18 de mayo, Cubana explicó que había arrendado ese avión a la compañía mexicana Damojh (Global Air) debido a la falta de naves para completar los vuelos locales.
Un segundo avión rentado a Damojh fue dejado en tierra luego de una auditoría de seguridad de las autoridades mexicanas, según datos de Flightradar24, lo que ha agravado la escasez.
Autoridades cubanas, mexicanas y estadounidenses aún investigan el accidente y no han comentado sobre las posibles causas. Damojh dijo en un comunicado que está cooperando con las investigaciones.
Solo cuatro de los 16 aviones de Cubana están volando, según una revisión de Reuters de los datos de Flightradar24 y Planespotters.net.
El mes pasado la aerolínea anunció que estaba cortando las rutas a Camagüey, Moa, Manzanillo, Bayamo y Guantánamo, en la zona este de Cuba, principalmente usadas por pasajeros cubanos, y disminuyendo las frecuencias de vuelos a Santiago, Holguín y Baracoa, todos populares destinos turísticos.
En un comunicado, dijo que estaba trabajando para resolver la situación y se disculpó por la interrupción.
Cubana de Aviación también canceló rutas internacionales, excepto las de Buenos Aires y Madrid, dijeron empleados a Reuters. La empresa no ha hecho comentarios públicos al respecto, lo que ha dejado a los viajeros compartiendo su confusión en foros online.
"Ha perdido mucho prestigio. Ya no es la famosa Cubana que solía volar a todas partes del mundo", dijo un exempleado que se jubiló hace seis años y medio, después de trabajar 40 años para la compañía, y que prefirió el anonimato.
"En cualquier otro lugar del mundo, una empresa actual como Cubana se habría retirado", señaló.
Cubana dijo a mediados de junio que no tenía suficientes aviones debido a problemas de mantenimiento y falta de piezas que —según expertos en aviación— pueden costar millones de dólares.
La aerolínea vende boletos domésticos a precios altamente subsidiados. Su presupuesto está asimismo limitado por viajes para delegaciones oficiales, a veces también con pérdidas financieras, dijo un exdiplomático cubano familiarizado con las operaciones.
El golpe de gracia posiblemente fue la compra de seis Antonov An-158 del fabricante ucraniano desde 2013.
Cubana ha dicho que esos aviones han tenido problemas técnicos y obtener piezas para el proyecto conjunto ruso-ucraniano ha resultado difícil como resultado de la anexión de Crimea a Rusia en 2014.
Un representante de Antonov dijo a Reuters que Cubana no había pagado por el trabajo necesario, pero que firmó un acuerdo de cooperación con la aerolínea en abril "para reanudar el uso de los aviones AN-158 antes de que termine el año en curso".
Tradicionalmente, las aerolíneas rentan aviones cuando están en mantenimiento o hay mucha demanda, pero el embargo y los problemas financieros probablemente "complican también esto para Cuba", dijo Richard Aboulafia, vicepresidente de Teal Group, una empresa de consultoría de aviación estadounidense.
En mayo, el arrendador lituano Avión Express y el italiano Blue Panorama terminaron sus contratos con Cubana, dijeron ambas compañías a Reuters sin explicar las causas. Datos de Flightradar24 muestran que retiraron, respectivamente, cuatro Airbus A320 y un Boeing 737.
Fue en ese momento en que Cubana recurrió a la poco conocida Damojh, arrendando el Boeing 737 que se estrelló.
Damojh ha enfrentado problemas de seguridad en otros países de la región. La autoridad de aviación de Guyana dijo a Reuters que revocó el permiso de vuelo a la mexicana el año pasado debido, entre otros, a problemas como la sobrecarga de las naves. La aerolínea se negó a comentar sobre el tema.
"A mí me gusta viajar en avión, es más rápido y cómodo", dijo Maylín López, de 48 años, quien esperaba en la estación de autobuses de La Habana para iniciar un trayecto de unas 15 horas a la parte oriental de la Isla. "Pero ahora prefiero ni pensarlo", agregó