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Sociedad

'La Biblia' en lengua de señas: una cuestión de derechos, no de religión

Evangélicos cubanos con problemas auditivos decidieron no esperar por la caridad y crear ellos mismos la solución.

La Habana

Maykel Bravo pasa horas frente a la computadora. Es editor de vídeos desde hace al menos cinco años. La deficiencia auditiva con la que nació no ha sido impedimento para crear con sus ojos y sus manos.

En una iglesia evangélica de La Habana aprendió a hacer trabajos audiovisuales con ayuda de una computadora adaptada a sus necesidades. La asistencia al templo se convirtió en cercanía, al punto que Maykel se integró a un grupo de débiles auditivos en la Liga Evangélica de Cuba (LEC).

Esa denominación, la cuarta más grande de la Isla, concentra en la capital a más de 200 miembros con debilidades auditivas, según Luar González, líder y maestro de señas.

Maykel y esa población no cuentan en su totalidad con La Biblia en lengua de señas cubana, pero desde hace cuatro años han decidido meter las manos en el asunto y no esperar por ninguna caridad.

Elsa Tamez, consultora en Cuba de las Sociedades Bíblicas Unidas, tiene un llamado de atención para el liderazgo evangélico nacional: "que consideren a los no oyentes como un grupo importante dentro de la Iglesia. Ellos necesitan La Biblia en su propia lengua".

Maykel edita horas extra porque para él llevar a la comunidad cubana de débiles auditivos los textos bíblicos va más allá de la religión: se trata de un derecho, el de acceder a todo el material bibliográfico posible, como cualquier otro grupo social. Aunque, en verdad, hay quienes no logren verlo así.

"El DVD resultante de estas filmaciones no solo lo repartiremos entre los sordos cristianos —asegura Maykel—, sino también entre quienes no asisten a una iglesia".

Cooperación inclusiva

Alejandro Torres, coordinador en Cuba de "La Biblia para Sordos", extiende en su rostro moreno una sonrisa de satisfacción al hablar del asunto. Aun el Gobierno cubano, reacio a destacar el rol de las iglesias en la comunidad, ha ofrecido su apoyo desde la estatal ANSOC (Asociación de Sordos de Cuba).

Sin embargo, el equipo multidisciplinario integra también la colaboración internacional de intérpretes y consultores, para llevar a cabo la traducción. "Nos ha apoyado el Proyecto de Lengua de Señas de Colombia en la asesoría, la edición, la filmación", apunta Torres.

"Y la comunidad sorda lo ha recibido muy bien. Hay muchos de ellos que llevan años en la Iglesia, son cristianos fieles, son líderes, pero hay cosas de La Biblia que no entienden, porque está en español y la lengua de señas es diferente", comentó el coordinador.

Torres señala las dificultades por las que ha pasado el proyecto: "ha sido difícil, porque hay muchas palabras que las personas sordas no entienden, y es nuestra responsabilidad investigar todos esos conceptos, la historia, la cultura de esos pueblos en las historias que narra La Biblia".

Con esa finalidad también llegó a La Habana la facilitadora italiana Paola Giovanna Inoccente, quien se encontró a un equipo "con pocos recursos pero con gente sumamente inspirada". Esta es la tercera ocasión en que se reúnen para traducir un grupo de historias bíblicas.

"Antes de sacar este tercer volumen terminamos con un segundo con dos historias del Nuevo Testamento. El nuevo contiene tres historias del Nuevo Testamento y el Padrenuestro".

El apoyo de entidades como la gubernamental ANSOC allana el camino para que el resto de los libros bíblicos se unan a los siete ya traducidos y distribuídos en DVD por toda la Isla.

"El sueño es inmenso, es grande: tener toda La Biblia en lengua de señas, pero ahora se va por etapas, por pasos, pensando en historias clave del Antiguo y el Nuevo Testamento, y en cómo hacer el puente entre el uno y el otro", afirma la facilitadora del proyecto que, versículo a versículo, está acercando el libro sagrado al idioma de las manos.

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