El exguerrillero salvadoreño Joaquín Villalobos, del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), señaló este miércoles en un artículo de opinión publicado en el diario español El País que el régimen cubano ha enviado a Venezuela a 50.000 personas, entre ellos militares para controlar las Fuerzas Armadas.
"Han llegado a Venezuela más de 50.000 cubanos, unos son profesionales que apoyan programas sociales y el resto militares destinados a controlar a las Fuerzas Armadas. Los militares cubanos han organizado los servicios de Inteligencia para contrarrestar golpes de Estado, mientras otros adoctrinan a tropa y oficiales con la pretensión de lograr un cambio ideológico en la institución", afirma Villalobos.
En estos militares así como en el petróleo cifra el exguerrillero la causa de que no se haya derrumbado todavía el régimen de Nicolás Maduro.
Asimismo, Villalobos señala que La Habana ha desarrollado la táctica no de crear un nuevo Ejército, sino de controlar el existente en el país sudamericano.
"Cuba —prosigue el exguerrillero— se juega su futuro en Venezuela. Si ocurriese un cambio político en Caracas el régimen cubano sería el mayor perdedor. Quedarse solos frente al Gobierno de Donald Trump es un riesgo extremo. Por lo tanto, el sometimiento pleno de las Fuerzas Armadas venezolanas es un asunto esencial para la supervivencia de Maduro y del régimen cubano".
Sobre el Ejército venezolano, Villalobos destaca que son "una frágil banda de corruptos y narcotraficantes" y dice que difiere de los militares de la Isla que tienen en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) un cuerpo controlado por "unos duros revolucionarios ideológicos".
Explica, además, que por el antedicho motivo los militares comienzan "a dar señales de agotamiento" mientras la crisis en el país suramericano va in crescendo: "Las capturas de oficiales son tan comunes como las de opositores civiles. Más de 60 han sido arrestados en los últimos cuatro años y actualmente hay una cacería en marcha".
Otro punto que aborda Villalobos es el de los espías y la Inteligencia cubana en Venezuela: "El espionaje está en el ADN de la dictadura cubana y en Venezuela llevan 18 años usando todos los recursos posibles para mantener a raya a los militares venezolanos. Debemos concluir entonces que la cacería de jefes y oficiales que ahora está en marcha se ejecuta en Venezuela, pero se dirige desde La Habana; los cubanos saben que el poder de Maduro no está en los votos, sino en los fusiles".
En estos espías cubanos hace recaer parte de la responsabilidad de la actual crisis venezolana: "La intervención militar cubana al apoyar a Maduro contribuye a mantener la crisis humanitaria y convierte a Venezuela en un conflicto geopolítico. Esto justifica y obliga una mayor presión internacional".
"Chávez salvó a Cuba del colapso porque el petróleo fue útil para reducir el hambre de los cubanos. Pero los espías cubanos quizás pueden parar una conspiración, pero son inútiles para resolver el hambre, controlar la profunda crisis social y detener el grave descontento político de millones de personas que ahora incluyen también a decenas de miles de soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas", agrega.
Por otra parte, el exguerrillero salvadoreño remarca las similitudes entre los regímenes de La Habana y Caracas y cómo este último ha "imitado" y "copiado" al primero: "Copiaron las políticas económicas que han creado la crisis humanitaria actual, inventaron una Asamblea Constituyente para intentar construir un régimen de Partido único, pretenden acabar con los partidos de oposición, están estimulando la migración masiva de población para reducir la presión social y ahora Maduro propone que la solución al hambre es que los venezolanos tengas gallinas en la sala y chanchos en el baño como en Cuba".
Villalobos concluye su artículo de opinión en El País vaticinando un fin nefasto para el actual presidente venezolano: "No existe en la historia de Latinoamérica un Gobierno que haya soportado una crisis económica y social tan grave, ni un aislamiento internacional tan severo como el que enfrenta Maduro. Las dictaduras no se derrumban porque su poder de coerción se debilita, sino porque se rompe la cohesión en sus filas. La (actual) cacería de militares no es una manifestación de fuerza, sino una evidencia del resquebrajamiento del régimen".