"Fíjate si esto es un descaro que piden votar por todos los candidatos. Este país es un relajo. Al final votas para hacer bulto, porque ellos lo tienen todo amarrado".
Este fue el comentario de un joven a la salida de uno de los colegios electorales ubicados en el barrio de San Isidro, La Habana Vieja. De los más de 400 votantes inscritos en este colegio, 388 acudieron a urnas. Para la propaganda oficial sería un motivo de orgullo decir que 314 eligieron el voto unido como "expresión de apoyo a la Revolución".
Los cubanos fueron a las urnas el domingo para, en la práctica, ratificar una lista cerrada de candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y a los delgados a las asambleas provinciales.
La Asamblea Nacional se instalará el próximo 19 de julio, cuando debe "elegir" al Consejo de Estado y al sucesor de Raúl Castro.
"Yo fui a votar para no marcarme", dijo una joven de 25 años. "Pero no puedo ni decirte por quién voté porque no me fijé".
"Le trajeron la boleta a la casa a mi abuelo, que está con las piernas amputadas. El pobre no tiene ni idea de la realidad y, si le preguntas, no sabe ni qué es una elección, pero nunca lo hemos declarado incompetente legal así que sigue registrado como elector. En fin, le dijeron que marcara el voto unido y se fueron. Así de fácil".
Aunque el voto es voluntario, el Partido Comunista y las "organizaciones de masas" se encargan de hacer presión para garantizar la participación.
"Dijeron que van a poner teléfonos en la cuadra hace un par de semanas", contó a DIARIO DE CUBA otra votante del mismo colegio. "Tú sabes cómo es el cubano, todo el mundo a sacarse trapos sucios. La presidenta del CDR, que es una corrupta, pero es amiga mía, me dijo que tenía que votar para acumular méritos. Dime tú si eso no es comprar el voto. Pero yo, contenta de venderlo. Arranqué tempranito y voté de las primeras".
Olga también acudió a votar por el mismo motivo. "Lo malo es que vivo con mis padres y ellos se sentían mal y no querían salir. Casi me da un infarto", relató.
"Cuando llegué a la mesa electoral, les pedí que mandaran a alguien a la casa, pero no tenían ganas de trabajar y me dijeron que yo podía marcar las boletas. Quiero que me pongan el teléfono, pero eso es demasiado y les dije que ellos tenían que ir a la casa", aseguró.
"Al final, me mandaron un pionerito con una muchacha y mis padres votaron", añadió. "Te digo que eso que ponen en televisión de ponerte el voto en un sobrecito es mentira. Aquí llegaron con las boletas en las manos y diciendo que pusieran el voto unido. Además, miraron como marcaban y después se fueron con las boletas al aire también".
La Ley Electoral establece el que voto es secreto.
En el colegio electoral visitado en San Isidro solo se depositaron siete votos en blanco. Pedro fue uno de los que no otorgó su apoyo a ningún candidato.
"Acababa de llegar de Santiago de Cuba y ya tenía a la mujer del CDR tocándome la puerta. Tenía un encaramamiento del carajo, casi me arrastra para que fuera a votar. Claro que no voté por ninguno, los pasajes de tren están malísimos de conseguir y ninguno de los candidatos lo va a arreglar".
La mayoría de los votantes interrogados coincidió en que la opción del "voto unido" es solo una muestra de desinterés. "A nadie le importa quién salga. Votas por todos porque da igual. Ellos (el Gobierno) lo tienen todo bien controlado", opinó Damian.
El conteo de los votos comenzó sobre las 6:20pm y se realizó a puertas cerradas. Aunque fue posible acceder para verlo, hubo algunas miradas inquisidoras por parte de los miembros de la mesa electoral, no acostumbrados a "presencias ajenas".
Aunque algunos de ellos pidieron que se abrieran las puertas, para garantizar que la gente interesada accediera al local, la sugerencia nunca fue escuchada. "Solo tienen que girar el picaporte para entrar", comentó la presidenta de la mesa.
Pero muy pocos vecinos asistieron al conteo.
"Quién pierde su tiempo mirando esa bobería?", comentó una mujer. "Por mí, como si tienen diarrea colectiva y están limpiándose con todos los papelitos esos".