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Emigración

Un emigrante cubano en Trinidad y Tobago enfrenta problemas de salud que no puede costear

Por tercera vez la ACNUR le dice a Ruslan Adames Cisneros que no puede resolver su solicitud de refugio.

Miami

El emigrante cubano Ruslan Adames Cisneros, varado desde hace casi dos años en Trinidad y Tobago, está ahora enfermo y enfrenta problemas económicos para recibir atención médica.

Según recoge un reporte de Martí Noticias, el joven de 30 años llegó al país con su esposa. Dejaron atrás a una hija de nueve años con una abuela. Adames aseguró al medio miamense que sobreviven en Trinidad y Tobago con el dinero que envía un tío que vive en Atlanta, EEUU.

La organización local Living Water Community le brinda ayuda, como lo ha hecho con decenas de emigrantes cubanos, pero no es suficiente para suplir sus actuales gastos médicos, declaró.

"No estoy gozando de buena salud, no tengo atención médica ni ayuda", dijo Adames, que se dedicaba en su natal Santiago de Cuba a reparar equipos electrodomésticos.

El emigrante explicó al sitio de noticias que tiene "síntomas extraños" como falta de aire, mareos, calambres y dolor en el brazo izquierdo y el pecho.

Adames Cisneros es parte de unos 1.000 emigrantes cubanos que esperan en Trinidad y Tobago por procesos para obtener asilo a través de la oficina en ese país del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Son una representación de aquellos que vieron frustrados sus planes de llegar a EEUU tras el fin de la política de "pies secos/pies mojados" en enero del 2017, decretado por el entonces presidente Barack Obama.

Adames Cisneros dijo a Martí Noticias que entregó pruebas a ACNUR de que estuvo preso dos años en 2012, acusado de intentar ingresar en la Base Naval estadounidense en Guantánamo, pero el organismo no ha fallado a su favor.

"Por tercera entrevista me dice que no dispone de ningún veredicto final conmigo (…) las pruebas mías como que podían ser una falsificación, me dijo ella (la funcionaria) en mi cara", expresó.

Lamentó que mientras sigue aguardando su salud se deteriora y no cuenta con dinero para pagar exámenes médicos.

En Trinidad y Tobago unos 18 cubanos fueron encarcelados en diciembre pasado y luego liberados tras pagar fianzas por protestar frente a la sede de la ACNUR durante varias semanas.

Ahora están a la espera de un juicio previsto para agosto próximo. Autoridades del país dijeron entonces que es un proceso largo y que las protestas no catalizarían la solución de los casos.

De acuerdo con la Convención de Ginebra, un refugiado es una persona que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentra fuera del país de su nacionalidad.

Trinidad y Tobago es parte de la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados y de otros documentos de la ONU, referidos al mismo tema entre 1967 y 2000.

Cifras divulgadas por ACNUR indican que el número de refugiados creció en ese país en un 40%, de enero a junio de 2017, respecto al mismo período de 2016.

"Yo nunca salí de Cuba a Trinidad y Tobago por problemas económicos (…) bastante regular vivía en Cuba y vivía mejor que como estoy ahorita", dijo Adames Cisneros a Martí Noticias.

"Estoy aquí sin resolver nada, ando como en un túnel oscuro y no veo una luz por ninguna parte, ni al final, nada", concluyó.

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