Los "miniquince" son una nueva moda que se está registrando en la Isla y que consiste en realizar una sesión de fotos a niñas de cinco años similares a las que se toman las adolescentes cuando cumplen 15, informa la publicación digital El Toque.
"Comencé a tirar miniquinces hace poco más de un año. No sé a quién se le ocurrió la idea. Vi trabajos de fotógrafos de La Habana, Matanzas, Cienfuegos y adapté el concepto a mi casa estudio. Al menos en Placetas, Villa Clara, tienen tremenda aceptación en el público", aseguró a El Toque la fotógrafa Yanisleidys Montejo.
Las llamadas "cincoañeras" deben modelar y remedar expresiones de adultos, en poses similares a las que hacen las adolescentes al cumplir los 15.
"Reproducimos el trabajo que hacemos con las quinceañeras. Las peinamos y maquillamos de acuerdo al gusto de la familia. Algunos padres lo quieren más pronunciado que otros. Al final casi todas se maquillan porque de eso trata. Es una especie de juego en el que las chicas fantasean ser jovencitas. Por eso tratamos de hacerlas lucir mayores. Nuestro sello es el maquillaje con dibujos artísticos en el rostro. También le ponemos trajes de aro, disfraces y otros vestuarios típicos de las fotos de 15", abundó Montejo.
Luisa Díaz, madre de una niña pequeña, explicó que su hija fue quien le pidió hacerse las fotos de miniquinces.
"Cuando Lauren me pidió fotos de miniquince no entendía de qué me hablaba. Luego me puse al tanto con otras mamás del preescolar. Se le hacen 'books' (libros), ampliaciones y todo lo que uno quiera o pueda. Quise complacerla porque si todas sus compañeritas tienen, ella no va ser menos. Además son graciosas. Parecen mujercitas", dijo Díaz.
Otra madre, Lizdaimi Martín, reprueba esta práctica por la "hipersexualización" de la infancia: "No me gustan los miniquince. Resaltan la tendencia a vivir demasiado deprisa. Le hago fotos a mi hija en todos sus cumpleaños. Fotos que le cuenten en un futuro cómo era de chica, que hablen de la inocencia, no que la disimulen".
"El plan es arruinar a la familia. Desde que nacen empezamos a guardar dinero para los 15. Ahora este invento es una trampa al bolsillo. Toda esa fantasía que venden los estudios cuesta cara. Súmale además la fiesta de cumpleaños, temática, como se usan, con decoración a lo Disney, cake de Frozen y piñata de Minie. Luego a los diez años hablan de los prequince. Me pregunto si al año de vida tocará bailar un vals", se quejó Lisdán Lara, padre una bebé.
Según Montejo, los miniquinces son "un trabajo difícil" porque demandan mayor paciencia y dedicación.
"Muchas niñas llegan con ilusión al set, pero cuando van por cuatro fotos se cansan. En ocasiones dividimos la sesión en dos jornadas. En lo personal, termino más extenuada con los mini que con los propios 15", señaló la fotógrafa.
"Algunas personas piensan que este tipo de fotos no son adecuadas. Nunca lo he visto de esa manera. Son fotos divertidas y originales", concluyó Montejo.