El régimen condecoró este viernes postmortem a una de sus figuras históricas fallecida el pasado año, Armando Hart, según dio a conocer la oficial Agencia Cubana de Noticias.
Este reconocimiento se suma a los que también han entregado postmortem al dictador Fidel Castro. Dos universidades, una mexicana y otra nicaragüense, le dieron el pasado año la condición de doctor postmortem al fallecido.
La Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (UCPEJV) le entregó la distinción Educador Social a Hart.
El reconocimiento lo recibió su viuda Eloísa Carreras, de manos de Milda Lesvia Díaz, rectora en funciones de la universidad en una ceremonia en la Ciudad Escolar Libertad en La Habana.
Esta condecoración entregada postmortem a Hart le fue conferida en vida al propio Fidel Castro y la ostentan otros como José Ramón Fernández y Eusebio Leal.
Hart Dávalos fue ministro de Educación hasta 1965 y de Cultura de 1976 a 1997. Bajo su égida ministerial, según testimonios, varios estudiantes universitarios vieron tronchadas sus carreras "por llevar pelo largo, unos jeans de 'diversionismo ideológico' o una oreja perforada con un arete".
Fue miembro del Comité Central y del Buro Político del Partido Comunista desde su fundación. Desde 1997 pasó a dirigir la Oficina del Programa Martiano, adscrita al Consejo de Estado y al momento de su muerte era presidente de la Sociedad Cultural José Martí.
Tenía la Orden José Martí, la más alta distinción que otorga el régimen que fue instituida en 1972 y que solo la han recibido 93 personas, una lista en la que solo hay siete mujeres y en la que predominan dictadores y comunistas.
El régimen se empeña cada vez más en asuntos necrológicos y en "blindar" a sus fallecidos históricos.
La pasada semana el general Raúl Castro exhumó/ inhumó a un centenar de combatientes del Ejército Rebelde. El propio general ya tiene sitio escogido para su tumba, en el Mausoleo del Segundo Frente, en Holguín. La lápida ya está marcada con su nombre de pila junto a la tumba de su esposa, Vilma Espín (1930-2007).
El pasado mes de octubre el régimen hizo otra exhumación/ inhumación: trasladó sin consultar a nadie los restos de los héroes de la independencia, Carlos Manuel de Céspedes y Mariana Grajales, a la misma zona del cementerio de Santa Ifigencia donde está la piedra con las cenizas de Fidel Castro y el mausoleo con los restos de José Martí.
Este suceso puso en evidencia las intenciones de la nomenklatura de intentar "blindar" las cenizas del dictador escoltándolas con aquellos a los que cubanos de diferentes tendencias consideran héroes.
El régimen continúa haciendo gala de su necrológica predilección de mover cadáveres, de resemantizar la muerte de sus figuras y de continuar casi seis décadas después construyendo su semiótica del poder sobre los mismos signos que intentan reescribir la historia nacional siempre desde la óptica del castrismo.