Las autoridades de Las Tunas invirtieron al menos 700.000 pesos en moneda nacional (alrededor de 30.000 dólares) y "decenas de miles de pesos en divisas" para reparar el inmueble que fungía como sede de la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, según dio a conocer el semanario oficial Tiempo21.
Sin embargo, después de concluida la reparación del inmueble, las autoridades locales decidieron cambiar su función y convertirlo en un centro polifuncional con ofertas gastronómicas y otros servicios, por lo que han empezado a destruir "a golpe de mandarria" todos los arreglos por los cuales se desembolsaron miles de dólares.
De acuerdo con el semanario oficial, no hay motivo para estas demoliciones por fallos constructivos ni de la reparación: "la obra se concluyó con inobjetable calidad".
"En momentos en que escasean los materiales de construcción, cuando mucha gente aún sufre la pérdida de su vivienda o graves daños, a causa de los huracanes, y un saco de cemento cuesta muy caro, se decide convertir en escombros parte de una espléndida obra", critica Tiempo21.
En la edificación recién reparada —prosigue Tiempo21—, "se han derrumbado paredes recientemente pintadas; los restos de bloques yacen por doquier, las cabillas de los cimientos se alzan hacia el techo, como acusadores dedos; los cables que iban a facilitar las redes informáticas son un amasijo, y cientos de losas enchapadas en paredes y mesetas hoy abundan, hechas pedazos, en el suelo y ni siquiera se dispone de un plano".
Asimismo, el semanario oficial señala que los 14 empleados de la Dirección de Trabajo y Seguridad Social en Las Tunas han abandonado sus puestos laborales.
La situación de la vivienda y el estado de las edificaciones en el país es preocupante. Hay familias que tienen que improvisar e incluso sobrevivir en sitios readaptados como vagones de tren.
Conseguir materiales para la construcción es bastante difícil o suelen tener precios demasiado elevados que el cubano de a pie no puede pagar con el salario.
No existe una política ni estrategia nacional para remodelar las edificaciones ni para la conservación de las viviendas.
Los cubanos tienen que improvisar e ir solucionando los problemas constructivos de sus viviendas con medios propios y muchas veces caen en lo que el Gobierno califica de "ilegalidades urbanísticas".
El Gobierno también impide las reparaciones realizadas por los propietarios y pone trabas y requisitos cuando no ofrece nada a cambio. Por ejemplo, en 2016 solo en La Habana las autoridades impusieron 5.471 multas por remodelaciones de exteriores.
Cuba cerrará este 2017 con un déficit de casi un millón de viviendas, según datos oficiales.
Informes oficiales reportaron 158.554 casas dañadas por el paso del huracán Irma entre el 7 y el 10 de septiembre pasados.
El Gobierno anunció a mediados de este año que desde 1990 hasta 2014 construyó 316.595 viviendas, con las cuales se han beneficiado 908.627 personas, en un esfuerzo que presenta significativo, pero muy lejos de dar solución a la tragedia habitacional en Cuba.
Solo en La Habana, con poco más de 2.100.000 habitantes, existe un déficit de 206.000 viviendas, seguido de la oriental Santiago de Cuba con 103.000, en un país con una población total de 11.200.000 personas.