Back to top
Economía

Cuentapropistas cubanas quieren reunirse con Marco Rubio para hablar sobre la nueva política de Trump

Las nuevas medidas contra la cúpula militar de La Habana, dicen estas mujeres, 'nos preocupan y afectan nuestros negocios'.

La Habana

Una asociación de cuentapropistas cubanas solicitó reunirse cara a cara con el senador republicano Marco Rubio para explicarle el impacto del retroceso en las relaciones con Estados Unidos en el sector privado, informa Reuters.

El político cubanoamericano apoya el embargo comercial y una política de "no contacto" con el régimen de La Habana.

"La situación actual nos preocupa mucho y nos gustaría compartir nuestra historia personal y nuestras observaciones desde Cuba", señala una carta enviada el mes pasado a Rubio, senador por Florida.

Las empresarias sostienen que ahora los negocios están decayendo, por lo que les gustaría que Rubio, quien nació en Estados Unidos, visite Cuba por primera vez y sea testigo del impacto que está causando la política de Washington.

"Queremos invitarlo a él o a parte de su equipo para que vengan y aprendan sobre Cuba, los cubanos o acerca de nuestros negocios", dijo Niuris Higueras, propietaria del restaurante Atelier en La Habana.

Las mujeres agregaron que la oficina de Rubio no había respondido a sus reiteradas solicitudes escritas y verbales para programar un encuentro. Su oficina tampoco respondió a las solicitudes de comentarios de Reuters.

Julia de la Rosa, que administra una casa que incluye la renta de diez habitaciones con desayuno, dijo que los alquileres bajaron un 20% en octubre y que esperaba un nuevo declive a medida que entren en vigor este mes las nuevas regulaciones sobre comercio y viajes.

Las nuevas medidas limitan los viajes individuales de los estadounidenses a la Isla y les prohíben hacer negocios con unas 180 empresas administradas por los militares cubanos.

"No estamos pidiendo nada. Simplemente que no nos quite la oportunidad de seguir trabajando", afirmó De la Rosa.

El pasado 9 de noviembre entraron en vigor las nuevas medidas de Washington hacia La Habana que cierran más el cerco a los militares cubanos que controlan buena parte del turismo y de los sectores más rentables de la economía.

Dentro de las acciones para apoyar al pueblo cubano y al cuentapropismo, Washington autorizó a sus ciudadanos a "alquilar una habitación en una residencia privada cubana (casa particular), comer en restaurantes privados cubanos (paladares) y hacer compras en tiendas de propiedad privada gestionadas por cubanos que trabajan por cuenta propia".

Sin embargo, la Administración Trump restringió los viajes educativos y "pueblo a pueblo", y exigió que sus ciudadanos cuando viajen a la Isla pariticipen en actuvudades para incrementar el contacto con el pueblo cubano, apoyar a la sociedad civil en Cuba o promover la independencia del pueblo cubano respecto de las autoridades.

El sector cuentapropista, eufemismo que usa el Gobierno para evitar la palabra "privado", se encuentra maniatado por las disposiciones estatales y tiene poco margen de desarrollo.

El pasado mes de junio el Gobierno paralizó la entrega de nuevos permisos a cuentapropistas de determinadas actividades bajo el argumento de "irregularidades en los procedimientos". A principios de noviembre volvió a autorizarlos, pero solo "con carácter excepcional durante la etapa de recuperación de la infraestructura turística afectada" tras el huracán Irma y circunscritos a ciertas actividades como construcción y transporte y carga.

El pasado 31 de mayo ante la Asamblea Nacional del Poder Popular el vicepresidente Marino Murillo dejó claro que el Gobierno no permitirá la concentración de la propiedad y de la riqueza aunque se autoricen formas de gestión privadas. En sesión posterior también lo ratificó el general Raúl Castro.

Esa "redistribución", uno de los argumentos del Gobierno para justificar su control sobre los principales sectores de la economía, es cada vez más criticada por los cubanos, que no ven el resultado en sus vidas. Muchos trabajadores privados, además, consideran abusiva la política tributaria y ven restringidos sus horizontes a unas pocas actividades permitidas.

Varios expertos en economía cubana han criticado las políticas económicas de La Habana sobre este particular y especialmente estas últimas disposiciones tomadas para continuar el control sobre el sector privado.

"Cuba es el único país del mundo que persigue la riqueza y no la pobreza", lamenta el economista Omar Everleny Pérez.

Como señala el economista Carmelo Mesa-Lago, muchos profesionales cualificados del sector cuentapropista se dedican a actividades no cualificadas.

"Lo que tiene que hacer el Estado es permitir a los profesionales ejercer su oficio: de 201 actividades aprobadas por el Gobierno para el trabajo por cuenta propia, la mayoría son actividades no cualificadas. No llegan ni a diez las actividades cualificadas", lamenta.

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.